Mábel Campuzano y Juan José Liarte, en una imagen de archivo. Foto: A. R. M. MURCIA. Último giro de guion que rompe por completo el curso final de la legislatura. La consejera de Educación, Mábel Campuzano, ha registrado este viernes una solicitud en la Asamblea Regional para pasarse al Grupo Mixto. De confirmarse, supondría el fin del grupo parlamentario Vox, formado hasta ahora por los tres parlamentarios que en su día fueron expulsados por el partido (aunque luego readmitidos por la Justicia): Juan José Liarte, Francisco José Carrera y la propia Mábel Campuzano. Este movimiento supone la puntilla para esta agrupación, que este jueves conocía que se marchaba también a la agrupación Mixta Pascual Salvador, el único parlamentario reconocido por Santiago Abascal.
En un comunicado que ha hecho público este mediodía, Campuzano explicaba que ha notificado de forma oficial a la Asamblea Regional su "decisión de abandonar el Grupo Parlamentario Vox para pasar a integrarse en el Grupo Parlamentario Mixto". No se expresó con paños calientes y aseguró que se sentía sola: "No me he sentido integrada, ni por un partido que no me quiere entre sus filas ni por unos compañeros que me han tenido al margen de la actividad y decisiones del grupo parlamentario, tanto a nivel político como administrativo". Y añadía: "Desde que acepté las obligaciones de consejera del Gobierno de la Región, todo mi trabajo, esfuerzo y decisiones han respondido a la responsabilidad y lealtad que tengo ante el Gobierno al que pertenezco. Basada en la responsabilidad antes mencionada y atendiendo a mi propia conciencia, tomo la decisión anteriormente expuesta y que hago pública mediante este comunicado".
Cabe recordar que se requiere de un mínimo de tres miembros para mantener un grupo propio en la Asamblea. Por tanto, la salida de Campuzano arrastraría al Grupo Mixto a todos los disputados que hasta ahora conformaban el grupo Vox, lo que desencadenaría otro conflicto para repartir los recursos económicos y los repartos de los tiempos en la Cámara.
El Grupo Mixto está formado en la actualidad por cuatro parlamentarios: dos representantes de Podemos (María Marín y Rafael Esteban) y, desde el año pasado, dos diputados de Ciudadanos (Ana Martínez Vidal y Juan José Molina). En su día morados y naranjas ya tuvieron sus diferencias para organizarse en el grupo y no llegaron a un acuerdo, por lo que la Asamblea tuvo que aprobar un nuevo reglamento de funcionamiento para el Grupo Mixto.
Las relaciones de Campuzano con sus dos compañeros estaban rotas desde principios de año. Se había mantenido fiel al grupo para no poner en peligro los equilibrios parlamentarios del Gobierno regional, que suma los 23 votos de la mayoría absoluta con los 16 diputados del PP, los 4 del grupo liberal (ex de Ciudadanos) y los 4 del grupo Vox.
Sin este apoyo, el Gobierno encabezado por López Miras tendría complicado aprobar sus iniciativas parlamentarias. Sin ir más lejos, la ley más importante quedaría en entredicho: los Presupuestos para 2023, que todavía se encuentra en una fase inicial, pues la Consejería de Economía aún ha presentado el techo de gasto, el paso previo. Con todo, Campuzano sigue siendo consejera y, por tanto, miembro del Ejecutivo regional. Habrá que esperar a saber si este movimiento implica una remodelación del Gobierno por parte del presidente (único que tiene la potestad para nombrar y destituir consejeros) y que tiene ante sí un papelón en la recta final de la legislatura.
En una entrevista concedida en la mañana de este viernes a EFE, Liarte todavía se mostraba fiel al Gobierno de López Miras y remarcaba que sus compañeros "cumplirían sus compromisos". La posición de estos diputados no reconocidos por Abascal ya venía siendo debatida en los últimos tiempos debido a los rumores de una remodelación en el Ejecutivo que podría arrebatarles la única cartera que poseen en estos momentos, la de Educación, en manos precisamente de Campuzano: "Es una posibilidad que puede suceder, pero con todo lo que ha pasado, temor no tengo" apostillaba. Por el momento Mábel se mantiene como consejera del ramo.
La primera gran crisis protagonizada por Campuzano tuvo lugar en febrero de este 2022, cuando la entonces consejera de Educación y Cultura quiso cesar al director general del Instituto de las Industrias Culturas y las Artes (ICA), José Ramón Palazón, sin recibir el visto bueno de San Esteban.
En aquel momento trascendió una carta de cese la que se le comunicaba que quedaba relevado de su puesto por la "falta de confianza generada por diferentes actuaciones muy graves". No obstante, la buena relación de Palazón tanto con el PP como con Francisco José Carrera, diputado del grupo Vox y compañero de bancada de Campuzano, acabaron por provocar una desautorización del Gobierno, que no ratificó el cese en un conflicto que desembocó en la pérdida de las competencias de Cultura para el grupo de los ex Vox, encontrándose en manos de Ortuño desde entonces.
Poco después de aquello, Campuzano admitía la ruptura de relaciones con sus compañeros en la Asamblea Regional, los diputados expulsados de Vox Juan José Liarte y Francisco José Carrera: "Ellos son ellos y nosotros llevamos Educación, y ya está. Simplemente ha habido un pequeño desencuentro con lo que es mi grupo".
Campuzano entró en el Gobierno en abril del 2021, en la última remodelación del Ejecutivo que llevó a cabo López Miras tras la truncada moción de censura. Campuzano fue nombrada consejera en virtud del acuerdo que selló el PP con los entonces expulsados de Vox (cuyo despido ha sido declarado nulo por la Justicia) para desactivar la moción de censura.
