primera marca de cartagena que las comercializa

Café Cavite entra en el mercado de las cápsulas con una apuesta por la eficiencia y el medio ambiente

18/07/2021 - 

CARTAGENA. No es habitual que marcas locales, tradicionales, se atrevan a meterse en mercados donde compiten con otros transatlánticos mucho más poderosos y asentados. Menos en un mercado como el café, con tantos actores en el mercado con más altavoz que una marca local. Cuando estas marcas locales entran a mercados en los que parten con desventaja, es más habitual que pierdan parte de sus principios para acelerar el paso en esa carrera por captar clientes. No es el caso de Cavite, marca cafetera de Cartagena que dirige Pepe López, portavoz de Movimiento Ciudadano y que fue alcalde de la ciudad durante dos años. Tras muchos cantos de sirena, se ha decidido a embarcarse en la venta de cápsulas de café pero sin perder ninguno de los principios que, al menos, intenta que tenga su marca: máxima calidad y respeto total por el medio ambiente.

Y es que si uno habla con Pepe López sobre Cavite no es impostado ese principio de sostenibilidad social y medioambientalmente que dice imponer a sus cafés. Lo repite a lo largo de la conversación de forma justificada, no como un discurso hueco. Una empresa que nace hace 34 años fruto de la indecisión a la hora de comenzar una carrera. “La empresa nace hace 34 años cuando termino bachiller y no tengo ninguna opción que nos atraiga y mi padre me anima a montar un negocio si no tengo nada que me atraiga. Me atraía Historia del Arte pero no me convencía del todo. Mi padre me dice que si luego lo tenía más claro podía estudiar y trabajar a la vez, pero mientras era perder el tiempo estudiar sin estar convencido. Mi familia tenía negocios de panadería desde siempre, pero teníamos que poner los huevos en otro cesto. En su juventud, mi padre había tenido un tostadero a medias de café y aquellos se le quedó clavado de no terminarlo bien. Por ello, le propuse montar un tostadero de café”, cuenta Pepe López sobre los orígenes de la empresa.

Su café es 100% arábica. No entró en el mercado del café para ser uno más, sino que se decidió a ofrecer un producto de calidad, que respetara tanto a sus trabajadores como al medio ambiente. Propietario de unas plantaciones en Nicaragua, López empezó desde el principio, viajando a los principales países productores de café e inspeccionando las plantaciones a las que les iba a comprar el café. Ir a origen, que llaman los actores del mercado. "En Nicaragua descubrí un grupo de empresas que se habían asociado para producir café sostenible social y medioambientalmente. Pagábamos un poco más que el Gobierno. Así, me cortaban el café como a mí me gustaba. Tenían tres comidas al día, en vez de una. Conociéndonos, todos saben a quién van", cuenta López. Su viaje por todo el proceso del café le ha permitido conocer a conciencia el mercado en el que se mueve, siendo consciente de los problemas que puede acarrear la importación y producción de café, desde razones geopolíticas (conflictos civiles y bélicos en las zonas de la plantación) como las inclemencias climatológicas.

Entrada en el mercado de las cápsulas

   

Según explica López, la aparición de las cápsulas surge de la incorporación de la mujer al mercado laboral y la caída del consumo en el hogar a diario. “Esto hace que las principales marcas pierdan ingresos ya que se empieza a consumir menos café en casa del habitual. Entonces inventan unas cápsulas monodosis, que las venden con unas connotaciones de elegancia. Pero estaban fabricadas en plásticos y productos poco reciclables. No me convencía. Si hasta ahora había sido modélico, no iba a dejar de serlo ahora. Y sabíamos que estábamos perdiendo dinero. Con el tiempo, la innovación ha logrado que se fabriquen unas cápsulas de almidón de maíz, por tanto biodegradables”, señala López. “Además, y no menos importante, han logrado que en la cápsula entren casi 6 gramos de café. Una cantidad que permite tostar el café casi a la par que el habitual, sin perder calidad, sin cambiar el sabor, dando a conocer nuestro conocimiento del café, y ofreciendo un buen precio sin dañar el medioambiente”, explica orgulloso López.

Una empresa, Cavite, que sigue gozando de reconocimiento en la ciudad. “Nadie vende mejor café que nosotros”, afirma tajante López. “No digo que seamos los mejores, pero nadie hace mejor café que nosotros”, aclara. Cavite abre camino en Cartagena a las cápsulas de origen cartagenero. Eso sí, biodegradables.

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