MURCIA (EP). La Comisión Europea ha celebrado este lunes el principio de acuerdo entre España, Francia y Portugal para abandonar el proyecto de gasoducto MidCat y trabajar en su lugar en una tubería que unirá por mar Barcelona y Marsella (BarMar) para transportar gas e hidrógeno verde, si bien ha precisado que es pronto para aventurar si podrá optar a financiación europea hasta conocer los detalles del proyecto.
"La Comisión Europea está a la espera de los detalles, es un acuerdo de principio anunciado por los Estados miembro que ahora trabajan en los detalles técnicos", ha indicado en una rueda de prensa el portavoz comunitario de Energía, Tim McPhie, sobre un pacto que fue anunciado en Bruselas el pasado jueves por los presidentes de España, Pedro Sánchez; de Francia, Emmanuel Macron; y de Portugal, Antonio Costa.
Al anunciar el entendimiento, Macron dijo a la prensa que el proyecto tiene "vocación" de ser elegible para recibir fondos comunitarios para su desarrollo, si bien McPhie ha considerado prematuro que el Ejecutivo comunitario se pronuncie sobre estas opciones hasta que se conozcan los detalles técnicos del proceso y se cumplan los procedimientos.
En este sentido, el portavoz comunitario ha recordado que ya no es posible destinar fondos comunitarios al desarrollo de proyectos energéticos basados en energías fósiles --como es el gas-- porque "no son elegibles", mientras que sí podrían ser candidatos proyectos para el transporte de hidrógeno verde.
Para optar a los fondos europeos los proyectos energéticos deben ser parte de la lista de Proyectos de Interés Común (PCI, por sus siglas en inglés) cuya próxima revisión tendrá lugar en "noviembre de 2023", ha indicado el portavoz. Hasta esa fecha, el proceso "seguirá su curso" para que autoridades y operadores puedan proponer sus candidatos a integrar la lista.
La nueva tubería marítima entre Barcelona y Marsella está llamado a transportar hidrógeno verde y otras energías renovables, pero también servirá como conducto para el flujo de gas durante un periodo de transición, según informaron Francia, España y Portugal tras el acuerdo.
La nueva solución tendrá unos 360 kilómetros de largo y necesitará al menos entre cuatro y cinco años para su construcción, según los estudios preliminares del Gobierno español, que fue el promotor de la propuesta para desbloquear el punto muerto en que se encontraba el desarrollo del gasoducto MidCat a través de los Pirineos por el rechazo cerrado de París.