Tubos del Trasvase Tajo-Segura, a la altura de Orihuela. Foto: CHSMURCIA. Las elecciones generales del próximo 23 de julio suponen una oportunidad para asegurar el trasvase Tajo-Segura y proponer una gestión nacional de los recursos hídricos que supere los enfrentamientos localistas y dé respuesta a las demandas de los ciudadanos.
El agua es un tema de especial importancia para nuestro país que en los últimos meses ha recobrado notable actualidad. Hemos pasado en pocas semanas de una feroz sequía que ha arruinado a muchos agricultores y ganaderos a las lluvias torrenciales que han sembrado el pánico y destruido bienes y servicios.
"El 23J es una oportunidad para que los partidos muestren su compromiso"
Sistemáticamente nos bombardean con futuros apocalípticos provocados por la actividad humana que esquilma los escasos recursos del planeta. Se trata a los agricultores y ganaderos como insaciables depredadores del agua y del suelo y responsables en buena parte del cambio climático.
Sin embargo, se obvia que la organización mundial para la alimentación (FAO) propone incrementar la agricultura intensiva y la disponibilidad de agua para regadío como medio imprescindible para luchar contra el hambre, la despoblación y el empobrecimiento.
Se nos advierte continuamente de que cada vez hay menos agua disponible y, por tanto, se incentiva el cese de explotaciones agrícolas y su sustitución por inmensos parque eólicos y fotovoltaicos con operaciones especulativas o en nombre de las denominadas políticas verdes. Pero, realmente, la cuestión no es la escasez de agua sino su gestión deficiente.
Los ríos Tajo y Duero vierten al mar, en la costa atlántica portuguesa, unos 12.000 hectómetros cúbicos anuales más de lo que correspondería según el tratado de Albufeira entre España y Portugal. Mientras que el Ebro, en la vertiente mediterránea, arroja un excedente medio anual de 17.000 hectómetros cúbicos.
Casi 30.000 hectómetros de agua que podrían utilizarse, cumpliendo los compromisos internacionales, para asegurar el suministro del actual regadío en toda España (más de 3,7 millones de hectáreas) e incluso aumentarlo de forma muy considerable para ampliar la producción de cultivos, crear empleo, abaratar los precios y reducir la dependencia del exterior.
Que nuestro país tiene agua suficiente para hacer frente a los necesidades actuales y futuras, es algo que cada día es más difícil de rebatir. Igual que cada vez está más asentada en la sociedad que la gestión del agua es manifiestamente mejorable en gran parte de nuestras regiones.
"El trasvase es el mejor ejemplo de gestión eficiente y sostenible del agua"
El trasvase Tajo-Segura es el mejor ejemplo de gestión eficiente y sostenible del agua, ya que ha posibilitado corregir el déficit hídrico estructural de la cuenca del Segura y crear unas 150.000 hectáreas de regadío que producen buena parte de las frutas y hortalizas que se consumen en Europa. Además, el manto verde generado previene el avance de la desertificación y representa un importante sumidero de carbono, más de 1,2 millones de toneladas de CO2 al año que equivalen al generado por una población de unas 160.000 personas.
Sin embargo, desde que en 2014 se modificara el Plan Hidrológico Nacional de 2001 eliminando el trasvase del Ebro, el trasvase Tajo-Segura ha visto cómo, primero, se endurecían sus condiciones de explotación y posteriormente se reducía el caudal trasvasable.
Por ello, las próximas elecciones son una oportunidad para que los partidos políticos muestren claramente su compromiso con el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura en sus términos primitivos. También, para que reflejen claramente cuál es su modelo de gestión del agua y que garantías ofrecen para asegurar su disponibilidad para el uso agrícola, industrial y doméstico.
Es el momento de blindar políticamente el trasvase Tajo-Segura para asegurar el progreso y bienestar de nuestra Región, seguir creando empleo, favorecer la balanza de pagos y contribuir a recuperar la soberanía alimentaria.
Miguel Ángel Cámara Botía
