hecho a mano / OPINIÓN

Bajar la ventanilla

15/10/2023 - 

MURCIA. Seguro que recuerdan aquella famosa campaña de BMW: ¿Te gusta conducir? A ver quién es el guapo que tiene huevos a preguntarle eso hoy en día a un murciano. Y es que el tráfico rodado en la ciudad se ha convertido en un infierno. Más que Plan de Movilidad deberían llamarlo Plan de Inmovilidad: cómo permanecer inmóvil treinta minutos para recorrer dos kilómetros.

Ríanse del nudo de Espinardo, ¡el lacito de la Ratita Presumida comparado con la que se monta en Ronda Norte! O en la nueva ensaimada de Diez de Revenga. Parece que estén haciendo el rodete de la Fallera Mayor más que una rotonda.

Pero en medio de la desesperación por llegar al trabajo a tiempo, aparece un brote de esperanza, un atisbo de cordura: bajar la ventanilla y respirar el refrescante aire de la mañana. Miras a tu alrededor y todos vamos atrincherados en nuestros coches, como soldados en un tanque. Vamos a la guerra. ¡No! Mejor dicho, vivimos en la guerra. Aire acondicionado artificial, noticias que nos elevan la tensión o podcast para no desaprovechar un minuto, notificaciones en el móvil de clientes, retrasos, colaboradores… De un lado para otro con los airpods puestos todo el tiempo. ¿Por qué? Me pregunto yo. ¿Por miedo a estar un rato con nosotros mismos?

¡Stop! Que se pare el mundo que yo me bajo.

¡Baja la ventanilla!

Respira.

La vida es otra cosa. Como evocaba aquel estimulante anuncio, recupera el placer: el placer de conducir, de mirar tu ciudad con ojos de turista, de apreciar los detalles que llevas meses perdiéndote a tu alrededor. Reconectar.

Bajar la ventanilla me llevó a ese primer coche familiar que nos dieron nuestros padres cuando portábamos la L de novato. ¡Qué excitante era conducir con la ventanilla abajo y cantando a voz en grito el último hit del momento! Volver a cantar con el cucharón de la sopa por micrófono frente al espejo, comer Nocilla a cucharadas o escribir a mano. Son placeres que hay que recuperar.

Tomemos los atascos como una bendición. El momento del día que se nos regala para poner nuestra lista de reproducción favorita, animarse a mover los labios acompañados por la cabeza y repiquetear con las manos en el volante al ritmo de la música. Disfrutar y provocar que ese momento se convierta en el mejor del día. Al fin y al cabo, no sabemos qué nos depara el resto, pero éste, este lo podemos transformar a nuestro antojo.

He de reconocer que tanto lío circulatorio me ha empujado a andar más por la ciudad pero aún así he decidido que si me preguntan en un atasco "¿Te gusta conducir?", la respuesta será un Sí rotundo.

Gracias por su lectura.

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