MURCIA. Verano. Dos meses con los niños sin clase, nuevo problema para muchas familias -qué hacer con los niños- cuando debería ser un tiempo amable y de disfrute.
El verano de niños y niñas puede dar para mucho: para no hacer nada, para descansar… pero son días largos que permiten además convertirlos en días para "hacer" actividades creativas, divertidas y útiles frente a días para "estar" delante de pantallas de televisión, videojuegos, tabletas, ordenador, móvil…
"Si sumamos todo el tiempo que un chaval pasa delante de una pantalla, equivaldría a 30 cursos escolares"
En los países occidentales, los niños de entre los 8 y los 12 años pasan delante "de una pantalla" casi cinco horas al día; una cifra que se eleva hasta siete horas diarias en los jóvenes de 13 a 18 años. Si sumamos todo el tiempo que un chaval pasa delante de una pantalla (del tipo que sea, desde los 2 hasta los 18 años) sería el equivalente a 30 cursos escolares según publica Michel Desmurget, doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia.
Son miles de horas las que pasan nuestros chicos y chicas sentados en lugar de estar corriendo, saltando, andando… que es lo saludable y recomendado a esas edades. Miles de horas en las que ven ficción con altas dosis de escenas emotivas que afectan a su manera de entender los afectos, los desafectos, la ira, la resolución de conflictos… y que contienen a veces escenas de violencia y agresividad. Miles de horas que inevitablemente afectan al desarrollo intelectual de los chavales y que numerosos estudios señalan que conducen a un empobrecimiento del lenguaje, de la comunicación verbal y de la memoria.
Recuerdo en su día a compañeros docentes comentar en la sala de profesores las maravillas de los Baby Einstein, unos vídeos para bebés que tenían en casa y que compraron como educativos. Años después, una demanda millonaria obligó a Disney a retirar la palabra "educativo" de esos productos porque se demostró que los niños después tenían problemas de lenguaje y un vocabulario más reducido.
Verano. El cuidado de niños y niñas debería ser una corresponsabilidad de las familias y los poderes públicos. En nuestra sociedad, con distintos tipos de familias y con la incorporación de las mujeres al mercado laboral es preciso repensar los períodos vacacionales desde los poderes públicos y coadyuvar a las familias.
Se puede aprovechar para cientos de actividades divertidas, lúdicas, formativas, deportivas… Se puede aprender jugando nuevos saberes -muchas veces saberes prácticos-, es bueno aprender a hacer, socializar con otros niños y niñas, aprender a compartir el ocio, los juegos, la creatividad…
Ayudar a las familias a conciliar es hacer estado del bienestar, para muchas familias es incluso política social y desde luego es siempre invertir en futuro.
Rosa Peñalver Pérez.
Docente. Jubilada.