MADRID. El compromiso de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) con una política restrictiva pone un techo a la valoración de los activos de riesgo, mientras que la resistencia de la economía estadounidense proporciona un sólido suelo. Esto nos deja tácticamente en una posición neutral en cuanto a la renta variable, donde nos posicionamos con cierta cautela y nos centramos en expresiones de valor relativo eficientes para diferentes regímenes económicos.
La FED está subiendo los tipos de interés para reducir aún más el impulso económico. En comparación, otros bancos centrales, incluido el Banco Central Europeo (BCE), están respondiendo a un contexto de naturaleza más estanflacionaria. En nuestra opinión, esta combinación favorece una mayor fortaleza del dólar estadounidense.
También puede apoyar a la renta variable estadounidense frente al resto del mundo con la divisa cubierta. Esto se debe a que las dos mayores amenazas para los activos de riesgo, en nuestra opinión, serían una recesión mundial o una campaña de endurecimiento más duradera y agresiva de la FED, y ambas serían probablemente positivas para el dólar estadounidense.
Adoptamos de manera selectiva el momento cíclico a través de las materias primas y las compañías energéticas. El petróleo sigue estando limitado por la oferta, y la actual base política -entre el fin de las entregas de la Reserva Estratégica de Petróleo y las sanciones europeas programadas a Rusia- hace prever otro shock negativo de la oferta en el cuarto trimestre y en 2023.
Jaime Raga es senior CRM de UBS AM Iberia