Fotografías: Estudio Joaquín Clares
MURCIA. La Plaza de la Iglesia de Santomera, uno de los espacios públicos más emblemáticos de la localidad, ha experimentado una radical transformación tras las obras de renovación encargadas por el Ayuntamiento de Santomera a la firma murciana HA_HA Estudio de Arquitectura y urbanismo sostenibles, que ha llevado a cabo el proyecto junto al Estudio Ecoproyecta. El objetivo era mejorar sus instalaciones, mobiliario y pavimentos, pero también desarrollar Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) para mejorar la calidad ambiental del entorno urbano. Terminados los trbajos, los vecinos ya cuentan con una plaza donde poder disfrutar de un jardín con vegetacion autóctona y donde tienen más espacio paracelebrar diferentes actos frente a la Iglesia, cuyo edificio gana en presencia. Los arquitectos han bautizado el proyecto como "plaza renaturalizada".
Desde el estudio HA_HA explican que para llevar a cabo un proyecto así, en un espacio público de estas características -que forma parte del día a día de la localidad-, era necesario contar con la participación de diferentes actores para su definición. Por ello, mantuvieron reuniones con técnicos del Ayuntamiento, concejales, representantes de la Policía Local, miembros de las cofradías y el párroco de la iglesia. "Y es que uno de los asuntos importantes era hacer compatible el diseño con la celebración de ciertos eventos religiosos, como bodas y procesiones de Semana Santa", señalan.
Recuerdan que la plaza, de 3.970 m2, está delimitada al norte por la fachada principal de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, al sur por la calle Maestro Puig Valera (Carretera Nacional N-340) y al este y oeste por edificios de viviendas. Y que antes de su intervención contaba con unos parterres de césped con seis palmeras y cuatro naranjos; había poca sombra; el pavimento estaba bastante deteriorado; y, sobre todo, era una plaza muy condicionada por el tráfico, el ruido y la contaminación de una carretera muy transitada.
El diseño de renovación de la Plaza de la Iglesia de Santomera partía de la incorporación de un jardín en el extremo sur de la plaza que aportase una cuarta 'fachada a este espacio público, filtrando las vistas a la carretera y todos los inconvenientes que vienen de ella (ruido, contaminación, indisciplina vial). "Se ha buscado renaturalizar la plaza con el uso de vegetación autóctona, típica de la huerta, muy importante en la localidad como por ejemplo con plantas aromáticas, tapizantes y árboles que aporten sombra como el almez y la morera", comentan los arquitectos.
Como contrapartida se ha liberado espacio frente a la iglesia, retirando parterres e incorporando nuevos bancos. Esto aumenta la superficie pisable y permite que pueda acudir más gente a las celebraciones y eventos religiosos.
Además, también se ha ganado espacio para el peatón eliminando plazas de aparcamiento junto a carretera nacional; se ha enfatizado el eje que da a la iglesia con un corredor que atraviesa en nuevo jardín; se han incorporado un par de fuentes ornamentales que a modo de pequeñas acequias ayudan a dar un ambiente agradable al nuevo jardín; y se han introducido unos parterres en el lateral de la iglesia que aumentan la base de apoyo de la vegetación existente (palmeras) y permiten incorporar algo más de vegetación.
Otra de las cuestiones estéticas que se ha tenido en cuenta es la de vincular geométricamente la iglesia con el jardín a través del dibujo del pavimento. Así, mediante el contraste colorimétrico, se destaca el contorno de la iglesia, simulando el efecto de una alfombra. De hecho, el templo gana en presencia, al crearse un juego de miradas hacia su entreda. La eliminación de barreras arquitectónicas y la instalación de nuevo pavimento, con direccionales y botoneras para personas invidentes, permite, además, mejorar también la accesibilidad.
Los arquitectos de HA_ HA_ también apuntan a que una de las estrategias fundamentales basadas en la naturaleza (SbN) integradas en el diseño la Plaza de la Iglesia está ligada a la gestión del agua de lluvia y sus escorrentías. "El pavimento de la plaza está planteado para que filtre parcialmente el agua de lluvia, y en parte la dirija hacia la zona baja, que es donde está el jardín. La base del pavimento es zahorra obtenida a partir de la demolición del pavimento actual. El jardín, gracias a una serie de zanjas drenantes, hace de gran esponja que capta e infiltra el agua de escorrentía. Esto por un lado reduce problemas de encharcamientos y por otro aporta humedad allá donde más se necesita, es decir, donde hay vegetación", explican.
Las obras han contado con un presupuesto de 445.000 euros, de los cuales 270.000 euros proceden de fondos de la Comunidad y los 175.000 euros restantes los aporta el Ayuntamiento.