MURCIA. "Juan Antonio Abellán Juliá nació en 1961 en un pueblo de Murcia en donde siglos antes nació la madre del último rey de Granada; estoy hablando de Cieza". Así presentaba el periodista Paco Ignacio Taiboa a este artista ciezano en el periódico 'El Universal' de México. La herencia de esta tierra mora de sus ancestros cobra fuerza en la exposición que este viernes 26 de enero, a las 19.00 horas, inaugura en la galería Babel de Murcia bajo el título En la Almunia del Rey Lobo.
Formas inspiradas en la naturaleza y una geometría que busca la verticalidad se encuentran en la pintura de Abellán, quien en esta muestra evoca la Almunia del rey Ibn Mardanish -el Rey Lobo en las crónicas cristianas- y el vergel que albergó huertas, embalses, acequias, azudes, canales, norias y acueductos que se diseminaban en el siglo XII en la ladera de lo que hoy son Monteagudo y Cabezo de Torres.
Así lo apunta el director de la galería Babel, Javier Cerezo, quien compara la Almunia del Rey Lobo con un lugar tan emblemático en las crónicas de la época como lo fue en el siglo X Medina Azahara de Córdoba. "Abellán Juliá cree que sí y los espacios pintados por él nos remiten al denso follaje de los árboles de sus huertos, a los densos y remolinantes racimos de juncos de las riberas de sus acequias y embalses y al agua de transcurría entre canales, acueductos y norias".
Añade Cerezo que "el artista consigue crear entornos vegetales y acuosos que tienen su propio ritmo y sus singulares respiración y latido. Pero estos entornos vegetales comparten una doble naturaleza: su propia esencia botánica y la que revela su territorio gemelo, esto es, la humanización que le imponen las estructuras humanas de las huertas y sus conducciones de agua".
En este sentido, la pintura de Juan Antonio Abellán Juliá muestra la lucha -que también se encuentra en la vida- "entre el caos y el orden, entre el olvido y la memoria, entre, por qué no decirlo, nuestra seguridad gregaria y nuestros arriesgados individualismos". Así, el artista ciezano ha conseguido en sus obras "hacerse con una evocadora mirada con la que simplifica y se deshace de todo lo superficial en su discurso de la esencia y la herencia que han dejado los ecosistemas de cultivos, lagunas y arbolados que fueron creados en la Almunia del Rey Lobo, esto es, la Huerta de Murcia".
Esta herencia y esta memoria común propicia que las pinturas de Abellán Julián se relacionen unas con otras, encadenándose y manteniéndose vivas. "Proponen al espectador una mirada a la Almunia sin construcciones arquitectónicas visibles, pero el agrupamiento de sus telas genera nuevas obras de mayor tamaño al organizarse en murales cuyos elementos armonizan poderosamente entre sí. Esta es la verdadera arquitectura que el artista propone al espectador para ser buscada".
"¿Puede quedarnos algún paraíso o todos los que nos habían sido permitidos ya se perdieron? Las obras de Abellán Juliá nos invitan a seguir buscándolos. ¿Podríamos encontrarlos en sus pinturas? Se dice que los paraísos perdidos serán nuestros carceleros cuando vayamos a buscarlos, pero nunca será demasiado tarde para crear otros y enamorarse de ellos", asevera Cerezo.
Por su parte, el periodista y escritor Paco Ignacio Taibo señalaba en su artículo: "Tendré que decir que Abellán Juliá es un artista imaginativo y que sus lienzos tienen mezclados la gracia de las mariposas junto con multitud de vuelos y revuelos que quien sabe de donde se los habrá sacado el tataranieto de la reina mora".