CARTAGENA. En julio de 2020 se inauguraba en La Manga la nueva plaza al mar en el entorno del hotel Galúa. El lugar y las vistas son espectaculares, no así la propia instalación, de la que se quejan los vecinos, los visitantes y los turistas que pasan por aquel enclave para disfrutar del aire, las vistas y el entorno. Solo cinco meses después de su puesta de largo, a la que acudía el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, llegaron las primeras críticas por la calidad de los materiales empleados: la corrosión hacía estragos solo unos pocos días después de su estreno. Pues ni que decir tiene ahora, dos años y medio después, y a pesar de que se haya repintado en alguna oportunidad las barandillas que protegen la plaza.
Un comentario en redes sociales de Salvador Martínez, miembro activo de algunas asociaciones culturales y sociales de La Manga, ha vuelto a poner en actualidad esta actuación, que, recordemos, se enmarca en la iniciativa regional 'La Manga 365', una Estrategia Europea de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (DUSI), y que supuso una inversión de 786.772 euros cofinanciada al 80 por ciento por los Fondos de Desarrollo Regional (Feder) y el 20 por ciento restante por la Comunidad Autónoma.
Tras las críticas de Martínez en redes sociales, no han sido pocos los visitantes que se han acercado por la plaza del mar para ver la realidad de este espacio que "da el protagonismo absoluto al ciudadano al que le abrimos un nuevo espacio de estancia y disfrute, y al que le brindamos nuevas posibilidades de paseo accesible", decía López Miras en el momento de su apertura.
Ahora, los usuarios lo califican de chapuza, de falta de atención, de mala calidad de los materiales y de desidia de algunas de las instituciones implicadas en este asunto, que, lejos de convertirlo en un atractivo turístico y paisajístico más, lo añade a la lista de infortunios que no dejan de perseguir a La Manga.
