MURCIA. Este martes finaliza la tercera fase del proceso de ampliación de capital del Real Murcia, el cual comenzó a finales de febrero y ya lleva cumplidos tres meses y recaudados 730.000 euros en acciones, pero lo verdaderamente esencial para el futuro de esta centenaria institución comenzará este miércoles 27 de mayo, que es la fecha en la que se abrirá la cuarta fase, la cual se plantea como una oportunidad para que los empresarios realmente interesados en hacerse con el poder en el club den el paso adelante de invertir.
La entidad que preside el notario Francisco Tornel, quien está al frente del consejo de administración, se debate entre mantener su filosofía de contar con un club atomizado, en el que ningún accionista tenga más del 50% de las acciones -el conocido como modelo alemán- o abrir el club a un inversor que haga frente a las deudas acumuladas -en torno a 11 millones a la Agencia Tributaria y cerca de 3 a la Seguridad Social, como principal caballo de batalla-.
Hasta ahora Tornel y su equipo han defendido la idea de que haya detrás del Murcia un accionariado muy repartido -actualmente son más de 30.000-, pero las obligaciones financieras ahí siguen y difícil será reducirlas si no es con la llegada de alguien que aporte billetes o avales y ahí es donde entra, por ejemplo, Alfonso García, quien fuera presidente y dueño de la Unión Deportiva Almería durante más de 10 años y que ha sonado en varias ocasiones como futuro propietario del club grana.
El empresario aguileño se reunió con el propio Tornel a finales de pasado año y los contactos se han mantenido durante estos primeros cinco meses de 2020.
El actual dirigente murcianista ya ha dicho que si alguien llega con garantías de acabar con la referida deuda el grupo que dirige se hará a un lado de inmediato y ha emplazado a los interesados a invertir en acciones en esta cuarta fase del proceso, en la que la comparecencia será libre e ilimitada durante 15 días y más de un millón y medio en acciones por vender. En este periodo se establece una prima de emisión, por lo que cada accionista recibirá la mitad de las acciones del dinero pagado. Es decir, si un inversor aporta 1.000 euros constará que tiene acciones por valor de 500.
Al nombre de Alfonso García se suman otros de posibles futuribles dueños del club como los también empresarios Enrique Roca, quien da nombre al estadio antes denominado Nueva Condomina y en el que el Real Murcia disputa sus partidos como local; y Mariano Albaladejo, patrocinador del club mediante la correduría de seguros Gesa Mediación.
En todo caso, García, Roca, Albaladejo o cualquier otro que muestre interés -varias empresas se han puesto en contacto con el grupo de Tornel realizando la gestión a través de intermediarios-, deberían convencer al actual consejo para hacerse con el mando de la entidad y la condición es clara: aportar un acuerdo con los acreedores que son de la Administración Pública -Hacienda y Seguridad Social- y comparecer en esta cuarta fase de ampliación.
Si estas premisas se cumplieran los gestores granas transferirían acciones para que el nuevo gran inversor llegara al significativo 51% que da el poder a quien lo tenga. Todo a cambio de saldar una deuda histórica que se ha ido reduciendo pero que continúa siendo un lastre. No en vano, en caso de ascender la próxima campaña ese déficit seguramente impediría dar el salto al fútbol profesional, que será el gran objetivo deportivo de un Real Murcia que afrontará su séptima temporada consecutiva en el pozo de la Segunda B.
"Haremos un equipo para estar arriba sí o sí en un club el que vamos a defender hasta el final el modelo de la atomización, aunque la situación es difícil en lo económico, no lo vamos a esconder". Son palabras del todavía presidente y dueño de los granas en una entrevista concedida hace unas semanas a Murcia Plaza. Ahora mantiene el objetivo deportivo, aunque lo de la filosofía de club está próxima a cambiar pues seguramente para estar arriba haga falta alguien que aporte financieramente lo que hoy por hoy le falta al club.