Apertura de terrazas con muchas dudas: "¿Es que nos pueden pedir el contrato de alquiler?"

MURCIA Y CARTAGENA. No estaban todos las que son, pero fueron muchos los hosteleros de la Región los que se remangaron y levantaron este miércoles las persianas de sus locales. Tras más de un mes cerrados o sólo con servicio para llevar por orden del Gobierno regional para frenar la tercera ola de la pandemia, en esta vuelta a la actividad se mezclaba el malestar por algunas de las restricciones con la resignación y sobre todo con las dudas en el procedimiento de admisión de clientes.  

El Comité de Seguimiento de la Covid tomó la decisión el pasado lunes de permitir la reapertura de la hostelería en 19 municipios, entre los que se encuentran Murcia, Cartagena y Lorca. Las limitaciones marcadas eran: sólo terrazas, con un aforo máximo del 75%, abiertas hasta las 8 de la tarde, sin límite para las mesas de un mismo núcleo familiar y con dos clientes no convivientes como máximo por mesa. Todo claro, excepto por el último punto. 

La dificultad para verificar la relación de convivencia entre comensales, como ya adelantaron desde Hostemur, sembró de dudas las terrazas de muchos de los establecimientos. Voluntad había por parte de los hosteleros y uno a uno, los clientes eran preguntados sobre su relación de convivencia y/o informados sobre las nuevas restricciones, bien presencialmente o por teléfono al hacer reservas. 

Pero era el primer día y las dudas pesaban más que las bandejas llenas de tapas. En algunos establecimientos preguntaban y repreguntaban, y dejaban sentarse a las personas que les aseguraban la convivencia. En otros intentaban ubicar a los comensales de dos en dos para no tener problemas. Es más, este miércoles había tantas parejas sentadas en mesas que parecía San Valentín en vez de un miércoles cualquiera. Los menos, precavidos hasta más no poder, habían intentado pedir algún tipo de documentación ante sospechas concretas aunque, confesaban, los clientes les habían dicho que "tururú" e incluso preguntaban si aquello era un bar o el Registro Civil. 

Y hablando de clientes, ellos también vivieron situaciones de incertidumbre. Luis, Dani y Domingo son tres estudiantes que comparten piso en Murcia y querían sentarse juntos en una terraza. No tenían manera de demostrar que eran convivientes y preguntaban si es que "tenían que ir enseñando el contrato de alquiler para tomarse una cerveza". 

Una apertura "necesaria para todos"

Los hosteleros volvieron a la carga con una mezcla de sentimientos. Conforme avanzaban las horas, las terrazas cobraban vida, algunas más llenas que otras. La buena temperatura y las ganas de degustar el trabajo de los profesionales llevó a muchos murcianos de vuelta a estos establecimientos. 

En Cartagena, los profesionales del sector sentían tristeza por seguir siendo señalados como causantes de los sucesivos repuntes de contagios. "Ha sido duro. Además del problema que te supone estar cerrados y el tener empleados en ERTE, se suma que tienes que estar en casa sin nada que hacer. Esta apertura era necesaria para todos. Esperemos que la gente sea responsable y consciente para no tener que volver a cerrar", señalaron desde El Rincón del Perlita, en la plaza San Francisco de Cartagena.

En Murcia, en la cafetería Cónclave, Jorge Martínez se mostraba esperanzado ante la respuesta de la gente. Eso sí, el cierre a las ocho de la noche le parecía un horario demasiado reducido para el desarrollo del sector. Para Juan, de La Pepita Burguer Bar, el poder abrir aunque sólo sea para las comidas era una motivación. "El Delivery funciona el fin de semana, pero entre semana está más flojo, y si podemos tener unas cuantas mesas, pues eso que ganamos", afirmaba con algo de resignación. 

Y a propósito del 'Delivery', cabe destacar que muchos restaurantes han optado por compaginar el servicio en terraza con los encargos a domicilio durante el día y continuar con los pedidos para llevar por la noche, ya que la hora de cierre dificulta mucho el servicio de cenas en el establecimiento.