Imagen de archivo de clientes consumiendo en una terraza. Foto: LA ROCAEl Gobierno regional reconoce la dificultad para los controles y apela a la "máxima responsabilidad" de los clientes
MURCIA. La hostelería vuelve a levantar sus persianas en Murcia, Cartagena, Lorca y otros 16 municipios el próximo miércoles, y esta tercera reapertura desde que comenzó la pandemia no se libra de las restricciones: sólo terrazas, al 75% del aforo y no más de dos comensales no convivientes o un núcleo familiar conviviente.
Para el presidente de la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo (Hostemur), Jesús Jiménez, la tarea de verificar la relación de convivencia entre los comensales es todo un reto no sólo para el hostelero, es que "hasta la Policía tendría problemas".
El representante de los profesionales del sector exponía: "Imagina que yo vivo con mi pareja, pero no estamos casados, ¿cómo demuestro yo que esa persona es conviviente?" En su lugar, Jiménez proponía medidas que fuesen fáciles de verificar, como "poner restricciones en las mesas para dos, cuatro, seis personas... Si nos hacen responsables, que al menos las limitaciones sean cuantificables", reclamó.
Por su parte, desde el Gobierno regional, preguntados por Murcia Plaza, respondieron al respecto que "lógicamente los hosteleros no disponen de herramientas para hacer esos controles ni se puede exigir presencia policial en cada terraza, por lo que se ruega la máxima responsabilidad a todas las personas, ya que la lucha de la pandemia nos compete a todos".
"No vamos a dejar a nadie atrás, decía el Gobierno central, y están dejando atrás al sector turístico y hostelero", lamentó el presidente de Hostemur, quien recordó que el Ejecutivo de la nación está "desaparecido", ya que todavía no ha puesto en marcha ninguna línea de ayudas.
Por el contrario, destacó que el Gobierno regional se encuentra perfilando un segundo plan de rescate, que esperan que sea una realidad en corto espacio de tiempo.
En último lugar, Jiménez aclaró que algunos establecimientos estaban planteando retrasar la puesta en marcha del negocio, porque con estas limitaciones no les resultaría viable. Se trataría de bares con poco espacio para terraza o que no fuesen a rentabilizar la apertura.
