MURCIA. En la historia suelen trascender sólo las hazañas de los héroes. Entre los militares que ocuparon la escena en el primer tercio del siglo XX podemos encontrar vidas muy interesantes, muestras de gran valentía (o de temeridad, que la línea entre ambos atributos es muy etérea) y rimbombantes victorias (con algunas sonadas derrotas).
Pero a mí me interesan más las causas perdidas y aquellos personajes cuya trascendencia fue menor que la que merecieron y donde sus miserias no les permitieron un hueco en la historia.
"Podía haber abierto el Rick´s en la ciudad marroquí muchos años antes que Humphrey Bogard y haber tenido una larga amistad con el capitán Louis Renault"
Dentro de este grupo, voy a hablar de D. Emilio Alzugaray Goicoechea. Como arquitecto y hombre de negocios en la Melilla del ensanche de la segunda década, ha dejado una imborrable huella por el diseño modernista de varios edificios que aun hoy son parte del patrimonio arquitectónico de la Ciudad. Entre ellos, podemos citar el Colegio de La Salle El Carmen, muy querido por mí tras cursar allí desde parvulitos a BUP un total de 13 años. Paradojas del destino, un colegio que se transformó en hospital de campaña tras el Desastre de Annual, parte clave de la historia de nuestro antihéroe.
Como militar, sin embargo, son muchos los claroscuros. Formado en la Academia de Ingenieros, llega a Melilla en 1906 y es condecorado con la Cruz al Mérito Militar en 1909 por su actuación en la toma de La Restinga y, posteriormente, en el Barranco del Lobo y el Gurugú.
Asciende a capitán en 1911 y en 1912 pasa a ser excedente voluntario, lo que le permite desarrollar su actividad empresarial fructífera y profesional emblemática felizmente casado y con sus tres hijos. En esta época asciende a una posición social privilegiada en la ciudad. Según algunas alusiones leídas, lo describen como una persona intensa, genio distraído, con varias causas relacionadas con sus negocios (aunque archivadas), extrovertido y, sobre todo, muy prolífico.
Pero en el año 1920, con el grado de comandante, solicita el reingreso. Decisión que seguro no hubiera tomado si llega a saber sus consecuencias. Sí que es cierto que en ese año el estancamiento en la construcción en Melilla era evidente.
Se encontraba en la famosa tienda de campaña en Annual el día 21 de julio de 1921 donde el general Silvestre debatía con la junta de jefes responsables de tropas si resistir o retirarse ante el inminente ataque de las numerosas harkas rifeñas. Consiguió llegar a Ben Tieb con las compañías a él asignadas con un número de bajas razonablemente bajas, pero dejó muertos y heridos por el camino sin atender. Declara en el Expediente Picasso llevar una orden expresa del comandante general para llegar hasta el segundo jefe (general Navarro) personalmente y darle cuenta de lo ocurrido en la retirada. Por ello, se monta en un coche y tras dar cuenta al general cerca de Arruit, prosigue hasta Melilla ileso.
Ya sea por merecimiento o por ser un mero chivo expiatorio, esta circunstancia causa su procesamiento y condena a veinte años y un día, por negligencia en el servicio, y a doce años y un día, por delito contra el honor militar, siendo encarcelado en el fuerte de María Cristina de Melilla. No sé hasta qué punto, también influye una negociación a nivel particular con Abd el Krim para la liberación de algunos prisioneros de Axdir, que Berenguer aborta radicalmente. Huye del fuerte en 1923 y se exilia entre Orán y Casablanca donde retoma sus negocios.
Podía haber abierto el Rick´s en la ciudad marroquí muchos años antes que Humphrey Bogard y haber tenido una larga amistad con el capitán Louis Renault, pero en agosto de 1936 sí que consigue el reingreso como comandante de ingenieros y se pone a las órdenes del general Miaja en la defensa de Madrid. Cinco años antes ya lo había intentado en el advenimiento de la república, pero no le permiten el acceso.
Dos acontecimientos le pesan (probablemente relacionados): es encargado del desarme de la Columna de Durruti y cae gravemente herido en el frente de la Ciudad Universitaria (según algunos, por disparos de sus propias líneas). Para entonces, no era precisamente el favorito de Líster o Modesto, por lo que mantiene una situación problemática. Tras su recuperación y al mando del II Cuerpo del Ejército fracasa en el Cerro del Águila, por lo que al final es destituido y, aunque absuelto, acusado de deslealtad.
De ahí, a puestos secundarios en Barcelona hasta que se exilia en Francia.
"en 1943 es detenido por la Gestapo en territorio colaboracionista e interrogado y torturado en París"
No termina aquí la desdichada vida de Emilio Alzugaray. Desde 1940 reside en Perpiñán, donde toma contacto con el Intelligence Service británico. En un infortunio más, en 1943 es detenido por la Gestapo en territorio colaboracionista e interrogado y torturado en el centro de esta siniestra organización en París, siendo su responsable el coronel Boemelburg. Tras su estancia allí, comienza a colaborar con los ocupantes alemanes, no creo que con mucha devoción.
Y otra nueva paradoja termina con su vida. La resistencia francesa organiza una emboscada a un convoy de alemanes cerca de Toulouse donde matan en el tiroteo a nuestro antihéroe junto al jefe de la Gestapo en la zona, Messak, y la novia de éste.
Muere a manos de esa Resistencia francesa a la que podía haber ayudado si llega a abrir Rick´s en Casablanca mucho años antes que lo hiciera Humphrey Bogard.
Cuando paseemos en Melilla por la calle Cardenal Cisneros en dirección a la calle Gabriel de Morales y subamos por la escalera donde se encuentra la Fuente de Trara para continuar por la cuesta hasta el Colegio La Salle, acordémonos de este brillante arquitecto, hábil empresario y desdichado militar. Mi respeto y mi tributo a estos antihéroes españoles, más numerosos que los héroes trascendentes y tan necesarios para el esplendor de éstos.