CARTAGENA. A poco más de un año para que vuelvan a nuestras vidas las elecciones a los gobiernos municipales, en Cartagena todos los partidos y todos sus políticos, gobiernen o no, formen parte del espectro municipal o no y estén adscritos a un partido o no, andan apuntando en sus agendas las etapas del rally que se pone en marcha casi desde el mismo momento en el que arrancaba este 2022. Aunque nadie lo confiese, todos han encendido el 'clic' de precampaña electoral: discursos, actuaciones, proyectos, promesas, decisiones, críticas o peleas van a tener o ya tienen un claro componente electoralista y tan solo hay que ver, extrapolando la idea, a Núñez Feijoo estos días de gira por toda España, siendo, como aún lo es, solo presidente de la Xunta y de su partido en Galicia.
Pero volvamos a Cartagena, ese reducto infranqueable de la Región, con carácter, historia y fisonomía únicas y en el que gobierna un tripartito en el que, no podemos decir otra cosa, no se han mostrado fisuras aparentes. Ahora bien avenidos, cada uno de ellos ha puesto su rumbo a junio de 2023, algunos con más o menos determinación y otros, como es el caso que hoy nos ocupa, con muchas dudas y pocas certezas.
La vicealcaldesa Ana Belén Castejón es más que consciente que su regreso al PSOE es una utopía -al menos a corto o medio plazo- en la que creyó por momentos meses atrás. Pero le han dado un portazo cada vez que ha tratado de ponerse a soñar con su vuelta. Algunos consideran que José Vélez, secretario general del PSRM-PSOE, no le perdona no tanto que pactara con el PP, sino que se posicionara en su día con Susana Díaz y María González Veracruz.
Observan, los concejales no adscritos, con estupefacción cómo a ellos se les ha cerrado la posibilidad de regresar, mientras que Esther Clavero, exalcaldesa de Molina de Segura, obligada a renunciar a su cargo por vacunarse saltándose el protocolo y readmitida un año más tarde por el propio Partido Socialista sin más polémica. O cómo la Comisión de Ética y Garantías del PSOE federal haya readmitido Emilio Ivars un año después de ser suspendido por acceder a un correo del partido y filtrar información de carácter interno a medios de comunicación.
Por tanto, la opción que se puede plantear en estos momentos, y de la que llevamos elucubrando meses y meses, es la puesta en marcha su proyecto propio, contando con todos aquellos concejales que crean que tiene fuerza social para afrontar una idea que no se convierta en un fracaso.
Hay mucha gente que ha militado, de colectivos y de la sociedad en general, que le dice que monte un partido para evitar que Cartagena, en la próxima legislatura, no tenga un mapa político que podría convertirse en ingobernable si las distancias entre MC Cartagena, PP, Vox y Ciudadanos se hacen insalvables. "Ana Belén, ¿no vas a hacer nada?", le preguntan frecuentemente conocidos, y no tanto, en actos, encuentros y presentaciones a los que acude la vicealcaldesa.
No son pocos los que piensan que hay mucha crispación entre los bloques políticos y que esto dificulta el entendimiento. Tres partidos se unieron en junio de 2019 para desbancar a MC de gobernar, cuando el partido cartagenerista había conseguido ser la fuerza más votada en el Municipio. La crispación no ha dejado de ser una constante en los Plenos municipales, alentada por un José López que ‘calienta’ el ambiente con salidas de tono día sí y día también en las sesiones.
El entorno de Castejón considera que si no hay nadie que sea capaz de tender puentes entre bloques, irán camino de una legislatura, la próxima, de incertidumbre e inestabilidad. Pero lo cierto es que Ana Belén los escucha, toma nota, pero sigue obsesionada, añaden, con hacer cosas dentro de su área del gobierno hasta el último día. Es bueno, añaden fuentes próximas a Castejón, que ella siga escuchando a la sociedad sin la presión que tienen los partidos políticos a poco más de 1 año de las elecciones.
Ana Belén Castejón ha sido alcaldesa y lógicamente no quiere hacer el ridículo si esa experiencia sale mal. Es una decisión que tiene sus riesgos, pero si no hay ninguna formación política que haga ese papel visagra, Cartagena deberá aceptar que habrá en la próxima legislatura con mucha probabilidad un gobierno en minoría o con un pacto en el que VOX entre de lleno a formar parte de la partida.