LOS ALCÁZARES. Las conductas llamadas disruptivas pueden ser un problema vital si no se ataja a tiempo. Algo que de forma indirecta, afecta a la sociedad y al entorno del alumno si no se ataja a tiempo. Por ello, las concejalías de Educación y de Política Social del Ayuntamiento de Los Alcázares han puesto en marcha en el municipio un aula alternativa a la que pueden acudir aquellos alumnos y alumnas que han sido expulsados de alguno de los centros escolares del municipio. "Era una demanda de la comunidad educativa para aquellos alumnos que tienen conductas inadecuadas de forma reiterada en el tiempo", apunta la concejala de Educación Josefa Lajara.
Esta aula alternativa tiene por objetivo principal ayudar a estos menores a superar esos problemas de conducta que los han llevado hasta ella, y trabajar de forma individualizada con las materias que están cursando en el centro para facilitar la posterior reincorporación al aula. "Se trata de un programa de carácter preventivo que interviene con menores que comienzan a presentar ciertas conductas disruptivas en el centro educativo para que estas conductas no lleguen a convertirse en un problema grave que pueda derivar en situaciones de fracaso o abandono escolar", ha explicado la concejal de Educación, Lajara, durante su visita a esta aula alternativa a la expulsión y para la convivencia escolar que se encuentra ubicada en el Polideportivo de Los Alcázares. "Tiene el objetivo de actuar con carácter preventivo y, además, de evitar el absentismo escolar".
El aula está disponible de lunes a viernes en horario escolar, y a ella pueden acudir aquellos alumnos expulsados con la autorización de sus padres o tutores legales. "Profesionales en educación e integración social se encargan de atender esta aula y de supervisar todo el proceso para ayudar a los alumnos a transformar su dinámica relacional en el entorno educativo y que su reincorporación al aula sea lo más fácil y segura posible", apunta el concejal de Política Social, Francisco Javier Pacheco. "Suelen ser alumnos en la adolescencia, entre los 14 y 15 años. Aquel alumno que está ya en el bachillerato suele tener las ideas más claras y no tiene este tipo de conductas", apunta Lajara, que sin embargo no establece más patrones. "En ocasiones puede influir el ámbito sociocultural", añade.
Es importante subrayar, además, que este programa establece una comunicación fluida y directa con la familia con el objetivo de capacitar a los progenitores para la resolución de conflictos y que puedan afrontar las dificultades propias del día a día. "No se obliga a nadie. Para acudir necesitas la autorización de la familia. Es un servicio que ponemos a disposición de la familia", apuntan desde el Ayuntamiento. Salvar la edad escolar es uno de los objetivos principales del proyecto.