MURCIA. No hace falta más que una inocente copa para comenzar a perjudicar al futuro bebé. Por culpa del consumo de alcohol durante el embarazo, todos los días nacen niños en la Región con Trastorno del Espectro del Alcoholismo Fetal (TEAF), lo que les genera problemas para integrarse en la sociedad y daños cognitivos. Sin embargo, no es necesario tener un problema de adicción para que se dé este síndrome, pues ingerir cerveza con la comida durante la gestación es más que suficiente para causar daños irreversibles al feto.
Así pues, el TEAF surge cuando la madre toma alcohol y este se trasmite a través de la placenta al embrión para atacar a las neuronas que aún se está formando, pues aún no tiene hígado ni riñones formados para defenderle. En este sentido, Natividad Ruiz, la presidenta de la asociación Zero Saf destinada a visibilizar este problema, indica que "el alcohol es más grave para el feto que cualquier otra droga, más que el tabaco o la cocaína".
En consecuencia, se producen daños en el cerebro que pueden derivar en dificultades de aprendizaje, falta de memoria y problemas para entender el comprender el comportamiento social. En consecuencia, muchos de estos niños crecen con sus capacidades cognitivas mermadas, lo que provoca fracaso escolar en la mayoría de los casos. Asimismo, es frecuente que muchos de ellos tengan un coeficiente intelectual límite.
En específico, un 3% de los bebés que nacen en la Región de Murcia sufren este trastorno, lo que resulta el equivalente estadístico a decir que un niño por aula aún es diagnosticado de alcoholismo fetal.
Dicho de otra manera, todos los días nace al menos una persona con TEAF en nuestra comunidad, lo que implica que cada año unos 400 bebés son traídos a este mundo con este problema. No obstante, en algunos casos la estadística crece considerablemente, pues alrededor del 50% de los niños adoptados padecen este trastorno. Por tanto, encontramos que la mitad de los niños cuyos padres no tienen la custodia serán especialmente propensos al fracaso escolar.
"El alcohol es más grave para el feto que cualquier otra droga, más que el tabaco o la cocaína"
Asimismo, se trata de personas con problemas para madurar y para entender las normas sociales, lo que deriva en complicaciones a la hora de integrarse. En consecuencia, muchas de ellas frecuentarán malas compañías, lo que sumado a su tendencia natural a dejarse llevar implica que muchos de ellos tendrán problemas con las adicciones.
"Normalmente, los afectados por este trastorno suelen tener una personalidad débil, por lo que son arrastrados con facilidad por los demás. Los engañan mucho", indica la presidenta de la asociación Zero Saf.
No obstante, cuando crecen esta falta de desarrollo resulta cada vez más limitantes, pues tienen problemas para conservar los trabajos o para gestionar su propio dinero ya que no entienden el valor del mismo y no es infrecuente que se gasten el sueldo de un mes en una semana. Por tanto, muchas de estas personas nunca podrán tener una vida independiente y tendrán que ser supervisadas.
De hecho, resulta habitual que la exclusión social y la mendicidad pasen a ser la realidad de aquellos que sufren TEAF. Asimismo, Ruiz indica que hasta el 20% de los jóvenes en las cárceles padecen este trastorno.
En cualquier caso, uno de los motivos por los que se ha convertido en un problema de tal magnitud en nuestra sociedad es debido a las complicaciones existentes a la hora de detectarlo, pues suele se puede vislumbrar a través de los síntomas y no son infrecuentes los diagnósticos erróneos, como el de hiperactividad. Al fin y al cabo, rara vez se tiene certeza sobre la actividad alcohólica de la madre por lo que esto se convierte en un problema invisible ya que, en apariencia, estos niños resultan normales: "Solo después de hablar un rato con ellos se puede apreciar la falta de madurez", indica la presidenta de Zero Saf.
En consecuencia, muchos de estos niños aún tienen que ser diagnosticados correctamente, lo que resulta especialmente complejo si tenemos en cuenta que la mayoría de los maestros desconocen la existencia de este trastorno, al igual que muchos psicólogos y padres. Por suerte para la Región, la Arrixaca es pionera en la detección del TEAF gracias a profesionales especializados.
Además, Ruiz recuerda que si no se diagnostica en una edad temprana pronto comenzarán a desarrollar problemas de salud mental según van creciendo por su falta de capacidad para adaptarse: "La vida para ellos es una frustración continua".