Fotos: MMO Y ATP
MURCIA. Un inicio en el que debió sufrir, y mucho, para reaccionar y acabar ganando con autoridad y comportándose como un ciclón en el Mutua Madrid Open. Su comienzo de la defensa del título en este Masters 1.000 deparó un triunfo de los que se recuerdan de Carlos Alcaraz Garfia, que superó por 2-6, 6-4 y 6-2 al finlandés Emil Ruusuvori en 2 horas y 16 minutos. El siguiente rival del murciano, ya en tercera ronda, será el búlgaro Grigor Dimitrov el domingo en horario por determinar.
Tras conquistar el título el domingo en el Trofeo Conde de Godó, en Barcelona, el actual número 2 del mundo -a una semana de cumplir 20 años está cada vez más cerca del liderato del serbio Novak Djokovic- saltó a la pista Manolo Santana, la central de la Caja Mágica, para jugar delante de 12.000 espectadores que casi llenaron sus gradas frente a un rival de 24 y que ocupa el puesto 41 del ranking ATP. Había un precedente de un duelo entre ambos y favorecía al finés, que se impuso en la primera ronda del Masters 1.000 de Miami en 2021 por 4-6, 6-2 y 5-7.
Cada tenista comenzó ganando su saque pero el español, tras lograr el 1-1 en blanco, cedió el servicio en el cuarto juego del partido (1-3). Alcaraz, algo errático ante un rival que mostró un tenis muy fluido de salida, estaba a merced de Ruusuvuori, quien estableció el 1-4 con su segundo juego ganado por la vía rápida. El de Helsinki seguía sin dar opciones al de El Palmar y, con otro servicio sacado adelante en blanco, llegó al 2-5.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero necesitaba elevar mucho el nivel para reaccionar y tratar de llevarse la primera manga frente a un tenista que estaba siendo claramente superior. El público de Madrid, viendo a Carlos incómodo y alicaído -hasta tiró la raqueta al suelo con rabia-, respondió dando su aliento al murciano pero tampoco así reaccionó. Su contrincante, en su cuarta opción de break en el octavo juego del encuentro, logró su propósito y volvió a romper el saque de CA, quien cedió el set después de 36 minutos con sólo 20 puntos ganados por los 32 del escandinavo.
Después de no entregar ningún set en sus cinco partidos en el ATP 500 de Barcelona el palmareño arrancó mal en Madrid con ese 2-6.
El arranque de la segunda manga tampoco fue bueno por parte de Alcaraz: 0-1 y un 0-30 que le ponía en más problemas. Reaccionó, esta vez sí, para salir del apuro pero al resto seguía sin rascar nada. Era momento de agarrarse a la pista y lo hizo para resistir con el 2-2.
Por una vez que pudo hacer daño esperando la bola, CA cometió errores con el 15-30 a su favor y eso le hizo seguir yendo a remolque también en el segundo parcial. Después de una hora de encuentro el segundo tenista del mundo no había dispuesto ni siquiera de una pelota de ruptura, algo extrañísimo, y, la situación de le torció todavía más en el siguiente juego, en el que Ruusuvuori tuvo un 15-40. Un tremendo bote pronto y varios derechazos de categoría le hicieron levantarse al español -y también a la hinchada- cuando se veía contra las cuerdas. Superando luego otras tres amenazas de break, consiguió un agónico 3-3 tras 18 puntos disputados, muchos de ellos bajo gran presión para Carlos.
Esa batalla ganada cambió el rumbo del encuentro. La primera bola de break no la aprovechó Alcaraz pero sí la segunda. El 4-3 dio confianza al que lo logró y se la quitó al contrario. Dos aces seguidos y su tercera dejada vencedora posibilitó a Alcaraz confirmar la ventaja. Emil, quien tampoco es que aflojara, continuó exigiendo, pero Carlos amarró su saque en blanco para obtener el 6-4 después de una hora justa.
El choque se reanudó ya con un dominador y éste era Alcaraz, quien inició el tercer y definitivo set con una ruptura que le hizo mandar y ya no cedió el control. Progresando para acercarse a su mejor nivel y con un puntazo que acabó llevándose el murciano, éste colocó 4-1 con otro break y además conseguido en blanco. El partido lo tenía en el bolsillo tras haberlo tenido que sufrir mucho y sólo faltaba rematarlo, que es lo que hizo: 6-2 después de otros 40 minutos y llevándose 10 de los 13 últimos juegos de un partido al que le dio la vuelta para sumar 88 puntos, tres más de los que consiguió su oponente.
Al acabar la firma a la cámara fue dedicada a su padre, quien también fue tenista y la persona que más influyó para que su hijo siguiera sus pasos y obviamente le superara. Lo hizo el día de su cumpleaños. Carlos Alcaraz González era un padre muy orgulloso.
En la tercera ronda el obstáculo será Dimitrov, de 31 años y jugador número 32 del mundo, que superó al francés Gregoire Barrere, de 29 y que está en la posición 56, por 7-6 (6) y 7-6 (2). Supondrá el segundo enfrentamiento entre el español y el búlgaro. En el primero Alcaraz se impuso por un claro marcador de 6-1 y 6-3 en los octavos de final del Masters 1.000 de París-Bercy el pasado año.