Alcaraz alcanza la mayoría de edad en el puesto 120 de la ATP cuando Nadal lo hizo en el 47

MURCIA. Carlos Alcaraz Garfia, el joven tenista murciano que es una de las sensaciones del tenis mundial con apenas 18 años -los cumplió este miércoles-, está todavía muy lejos de su ídolo, el también español Rafael Nadal Parera, tal y como quedó demostrado en el duelo que enfrentó a ambos en la segunda ronda del Mutua Madrid Open y al alcanzar la mayoría de edad el de El Palmar es el jugador número 120 el mundo cuando el de Manacor era el 47.

Nadal, actualmente segundo jugador de la clasificación ATP y considerado de forma generalizada como el mejor deportista que ha dado España en la historia, se deshizo en elogios hacia Alcaraz tras ganarle en la Caja Mágica por 6-1 y 6-2 en apenas una hora y cuarto y llegó a decir que el tenis "necesita" el aire fresco que trae este adolescente que lo tiene todo para llegar alto, tal vez hasta los lugares en los que el balear, próximo a cumplir los 35 años, -los hará el 3 de junio- se ha movido durante toda su carrera. No en vano tiene el récord de 804 semanas seguidas en el top 10, desde el 25 de abril de 2005, de las cuales 209 las ha pasado como número 1.

El de El Palmar, quien manifestó que celebraba su cumpleaños "haciendo realidad un sueño" al compartir el momento en una pista con el que siempre ha sido su referente deportivo, puede ser un digno sucesor del rey del tenis español, aunque también es consciente de que le queda un larguísimo camino para eso.

Las comparaciones son difíciles de sostener con el maestro, pero Alcaraz es de los pocos que se acercan a lo que hizo cuando tenía su edad.

Profesional desde 2002, Nadal sabe lo que es ganar 20 torneos de Grand Slam, un tope que comparte con el suizo Roger Federer. Trece Roland Garros, más que ningún otro tenista; cuatro Abiertos de Estados Unidos, dos Wimbledon y un Abierto de Australia han concluido con el clásico mordisco del mallorquín al trofeo.

A ellos hay que añadir un sinfín de triunfos -entre ellos 35 en torneos Master 1.000, como el que actualmente disputa en Madrid y que se ha llevado cinco veces- y su bagaje en la ATP es de 1.015 victorias y 206 derrotas.

Dos oros olímpicos jalonan su carrera, el individual en Pekín 2008 y el de dobles junto a Marc López en Río 2016.

Al cumplir 18 años, Nadal, quien por cierto ya lleva ganados más de 124 millones de dólares en premios -629.046 en este 2021-, era el jugador número 47 del mundo cuando Alcaraz, un recién llegado al profesionalismo y cuyos ingresos ascienden a 274.572 dólares, está en la posición 120, aunque la semana que viene subirá algunos puestos tras vencer en su debut en el Mutua Madrid Open al francés Adrian Mannarino por 6-4 y 6-0.

Ambos son entrenados por dos ex tenistas profesionales que fueron número 1 de la ATP a lo largo de sus trayectorias -Carles Moyà y Juan Carlos Ferrero- y destacan por su extraordinaria ética de trabajo, cualidad básica para alcanzar los objetivos planteados ante la máxima exigencia.

El manacorí, quien también cuenta con el respaldo técnico de Francis Roig y que durante muchos años fue dirigido por su tío Toni Nadal, con quien comenzó a practicar el tenis a la edad de cuatro años, es una institución no sólo en el ámbito deportivo sino también en el social y precisamente ha resaltado de Alcaraz sus "valores", además de sus condiciones tenísticas.

El murciano, quien antes pasó por las manos de Kiko Navarro -éste sigue formando su equipo de trabajo- y de Carlos Santos Bosque, su primer entrenador, presenta un bagaje de siete partidos ganados y ocho perdidos en el circuito ATP World Tour y ya sabe lo que es debutar y además ganando su partido en un Grand Slam, el Abierto de Australia de este año.

En 2020 ganó los torneos ATP Challenger de Trieste, Barcelona y Alicante y en el ATP 250 de Andalucia llegó a las semifinales.

Nadal, el presente del tenis español, es zurdo y Alcaraz, que representa el futuro, diestro y, como curiosidad, ambos son madridistas, por lo que el día en el que se cruzaron por primera vez no lo acabaron contentos por la derrota y la eliminación del equipo blanco a manos del Chelsea inglés en la Liga de Campeones de fútbol.