Águilas como escenario de películas: un recorrido por su historia de cine

MURCIA. La ciudad de Águilas ha servido de fondo para multitud de títulos cinematográficos. Además, uno de los actores más célebres del cine español, Paco Rabal, era oriundo de allí. Así, en homenaje y para rememorar y reivindicar las posibilidades de la ciudad como escenario de cine, el Casino de la ciudad acogió este jueves una conferencia de Pedro Francisco Sánchez Albarracín, quien repasó la historia de la ciudad como plató de cine.

La situación geográfica de la ciudad, sus calas, sus playas, las sierras litorales y la diversidad de especies que adornan su paisaje han propiciado que muchos directores la hayan elegido como localización de sus cintas. La primera de todas fue El beso de Judas (1954), de Rafael Gil; aquí Águilas sería Palestina y uno de los actores de reparto fue Paco Rabal. Más tarde, continuando con la temática religiosa, llegó Los quince misterios del Rosario (1957), de Joseph Breen.

La siguiente década trae el género conocido como spaghetti western con Tierra brutal (1962). Las escenas fueron tomadas en el cortijo del Tío Roque de la finca Huerto del Abad en el Cocón y el rodaje contó con Paquita Rico y Fernando Rey. Además, este mismo año escogen Águilas para simular el paisaje argelino en Marcha o muere; este rodaje reportó beneficios económicos y popularizó la ciudad. También, se realizaron dramas como La otra mujer (1963), donde también tuvo un papel protagonista Paco Rabal y cuyas escenas se grabaron en las inmediaciones de Cabo Cope.

Otro cambio de década: los 70. Ahora es el turno del cine de aventuras con La rebelión de los bucaneros (1972), en la que participarían numerosos aguileños y para la que se emplearían escenarios urbanos como el edificio del Casino, la Glorita o el Castillo. Después, fueron las costas aguileñas (la playa de la Colonia) las elegidas para que los piratas de los mares del sur grabaran La isla del tesoro, inspirada en la obra de Stevenson.

La acción también tiene su lugar con títulos como El tramposo (1975) con escenas grabadas en la bocana de puerto simulando una situación en Centroamérica. Y el drama retorna con Los restos del naufragio (1978), en la que participó como actor principal Fernando Fernán Gómez.

... y llegó la democracia

Llegó la democracia y con ella las libertades. Aparecen nuevos géneros y estilos cinematográficos despojados de censura, como Las orgías inconfesables de Enmanuelle (1982). Tras un largo período sin producciones en la ciudad del Alto Guadalentín, regresa el cine a Águilas con la interpretación de Ariadna Gil en Malena es nombre de Tango (1996). Por su parte, Sancho Gracia, al morir Paco Rabal, protagonizará, con el embarcadero del Hornillo y Marina de Cope de escenario, El furgón (2002).

Desde entonces, se rodaron El sueño de Paco (2002), de Federico Bruno: un homenaje a Paco Rabal y un paseo por su infancia en la Cuesta de Gos, donde se crió. Del mismo director es Rebelde, sobre corrupción urbanística. También, hay espacio para el cine de autor con la sueca Komplett Salen (2004), que tendrá gran acogida en Suecia y recoge las calles céntricas de la ciudad.

Imanol Uribe adaptó la obra de Pérez-Reverte y grabó en la playa de Calabardina La carta esférica en 2007. Otro playa escogida de la costa aguileña fue la de los Cocedores para la grabación de Camino, de Javier Fessier, en 2008.

Las últimas producciones grabadas en Águilas han sido La promesa (2016), con Christian Bale y con la playa del arroz para simular el litoral del Egeo. También, Pepe Puertas rodó Cambiaremos en 2019, y las tranquilas aguas del litoral de Marina de Cope fueron las escogidas para determinadas escenas de Adú.

La ciudad de Águilas ha demostrado la versatilidad y variedad paisajística que presenta para acoger a infinidad de producciones cinematográficas con diferentes géneros y exigencias, aún sin la Film Commission que se encuentra en vías de desarrollo.