MURCIA. La guerra de los espías, que los últimos días acapara las noticias nacionales, solapa la atención sobre un grave problema que divide nuevamente a España: el uso partidista y sectario del agua como factor de enfrentamiento y discriminación según el lugar de residencia o nacimiento.
La necesidad de garantizar agua suficiente, limpia y de calidad para todos es el centro de las estrategias para conseguir superar las desigualdades, crear empleo o luchar contra el hambre y la despoblación que lideran FAO y Naciones Unidas. Además, las acciones contra el cambio climático necesitan de una buena gestión del agua para luchar contra los fenómenos climatológicos extremos que provocan inundaciones y sequías.
"el agua debería ser una cuestión de Estado que uniera voluntades"
El acceso al agua debe ser un derecho fundamental que las autoridades deberían garantizar para evitar discriminaciones entre territorios y avanzar hacia una igualdad de oportunidades real. Por ello, el agua debería ser una cuestión de Estado que uniera voluntades, vertebrara territorios y propiciara el desarrollo socioeconómico de las naciones.
En los años 80 el agua procedente del río Tajo propició la mayor transformación económica y social del sureste español, pasando de tierra de emigrantes a convertirse en generadora de empleo y captación de población. La Región de Murcia, a través del trasvase Tajo-Segura, se convirtió en uno de los mas eficaces motores económicos para el progreso y modernización de España.
Sin embargo, la excesiva politización y los sucesivos cambios en sus condiciones de explotación, con una continuada reducción de los caudales trasvasados han ido deteriorando la situación y generando cada vez más incertidumbre sobre las posibilidades de futuro, lo que pone en serio peligro la calidad de vida de los ciudadanos.
Los planes de cuenca del Segura y del Tajo, recientemente aprobados, pueden ser el inicio de lo que algunos desde hace años pretenden: cerrar el trasvase Tajo-Segura. El Plan del Tajo en el horizonte de 2027 prevé en origen una merma de unos 117-176 hm3; mientras que el del Segura reconoce para la cuenca un déficit hídrico de 288 hm3, lo que supondría la disminución de más de 10.000 hectáreas de regadío.
La justificación más utilizada se basa en la necesidad de mejora ambiental de las aguas del Tajo mediante el incremento del caudal ecológico. No se evitan los vertidos contaminantes sino que se pretende diluirlos con más agua; así se enmascaran los deficientes sistemas de depuración de las aguas residuales en la cuenca.
"no intentan solucionar los problemas del Tajo, sino impedir que parte de sus aguas rieguen en el Levante"
Se discuten poco más de 300 hm3 para el Levante, con el beneficio social y económico que supone; mientras, se dejan verter mas de 10.000 hm3/año en el Atlántico sin rechistar. Parece que no se intentan solucionar los problemas del Tajo, sino más bien impedir que parte de sus aguas rieguen en el Levante.
¿Los partidos políticos serán capaces de priorizar el agua en su agenda nacional y dar una respuesta igual en todos los territorios o seguirán mirando los beneficios electorales parciales antes que el interés general?
¿Tan difícil es recuperar el agua como asunto de Estado, gestionarla de forma que se garantice el acceso universal a un agua suficiente y de calidad que además permita recuperar la soberanía nacional alimentaria y contribuya a disminuir la dependencia energética?
En España no falta agua sino que está mal gestionada y lo que se necesitan son adecuadas infraestructuras hidráulicas y una buena planificación agrícola de regadío que nos evitaría depender de terceros y mejorar la calidad de vida de los españoles rurales o urbanos.
La sociedad demanda responsabilidad y compromiso para convertir el agua en factor de progreso y vertebración de una España soberana. Con razón, ciencia, tecnología y voluntad política hay agua para todos ¡Si se quiere se puede!
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia