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muere a los 94 años

Adiós a Asunción Balaguer: actriz por encima de esposa y viuda de Paco Rabal

Los restos mortales de la intérprete descansarán en Águilas

23/11/2019 - 

MURCIA. Durante medio siglo, Asunción Balaguer fue la esposa y después, la viuda, del enorme actor aguileño Paco Rabal, pero la vida le reservaba aún tiempo suficiente para reivindicarse como la actriz que era y a la que decidió renunciar por su familia.

En la madrugada del viernes, un fallo multiorgánico ponía fin a los 94 años de vida que hicieron de ella la intérprete más longeva de los escenarios españoles. Balaguer, que fue ingresada en el madrileño hospital de la Fuenfría hace una semana tras sufrir un ictus en su domicilio de Alpedrete, donde vivía, descansará junto a su marido en el pueblo natal del protagonista de Los santos inocentes, Águilas (Murcia).

Nacida el 8 de noviembre de 1925 en Manresa, Barcelona, era hija de un médico y de una empresaria textil. A los 14 años su familia se trasladó a Barcelona, donde terminó el Bachillerato Superior. Tras estudiar dos años de Filosofía y Letras, ingresó en el Instituto de Teatro que dirigía Guillermo Díaz-Plaja, donde se tituló; su primer papel fue el de Bernarda en La Discreta Enamorada, de Lope de Vega, bajo la dirección de Arturo Carbonell.

Posteriormente, ingresó en la Compañía Lope de Vega de José Tamayo, donde trabajó con grandes actores como Carlos Lemos, Alfonso Muñoz o Josefina Santaolalla.

Con Tamayo fue la Reina Isabel en María Estuardo, de Schiller; Emilia en Otelo, de Shakespeare; la protagonista de Nuestra Ciudad, de Torthon Wilder; y Sole en Plaza de Oriente, de Joaquín Calvo Sotelo.

Allí conoció al actor Francisco Rabal, de quien se hizo novia en 1949, y con quien se casó en 1951 para no separase de él hasta su muerte en 2001, tras cincuenta años de matrimonio.
Tuvo a su primera hija, Teresa, en 1951, y aún seguía trabajando: en el Teatro Romea de Barcelona representó en catalán María Rosa de Angel Guimerá.

Después, Balaguer abandonó por un tiempo su carrera profesional y tras esa primera retirada, volvió brevemente al teatro, también con Tamayo, con el que interpretó, Diálogos de Carmelitas, Proceso a Jesús, de Adolfo Marsillach, y Después de la Caída, de Arthur Miller.

En el cine trabajó en pequeños papeles: La Guerra de Dios y El Canto del gallo (1955); 091, Policía al habla (1960), de José María Forqué; María Rosa (1965), de Armando Moreno; o Lulú de noche (1985), de Emilio Martínez Lázaro, película con la que compartió el Premio Ondas con Chus Lampreave.

En 1986 actuó en El hermano bastardo de Dios, dirigida por su hijo Benito Rabal, y en El sueño del mono loco, de Fernando Trueba; y en 1991 lo hizo en Cómo ser mujer y no morir en el intento y El largo invierno. En 2004 comenzó a participar en series de televisión, entre ellas, Juncal, Una Gloria Nacional o Truhanes, que protagonizaba su marido junto a Arturo Fernández.

El 29 de agosto de 2001 quedó viuda al fallecer Paco Rabal cuando regresaba a Madrid procedente de Burdeos (Francia). Tres años después presentó Las cartas de nuestra vida, un libro sobre la correspondencia que mantuvo con su marido.

En 2005, Balaguer volvió a subirse a los escenarios para protagonizar La Luna de lluvia, una versión sobre el cuento de la escritora francesa Gabrielle Colette, donde actuaba con su nieta Candela Rabal. Y al año siguiente, compartió escenario con Amparo Soler Leal en la obra Al menos no es Navidad.

También en series célebres de la televisión

A pesar de su avanzada edad, en los últimos años trabajó en famosas series como Chiringuito de Pepe (2016), Merlí (2015), Olmos y Robles (2015), Los misterios de Laura (2014) o La que se avecina (2013) o en capítulos de Amar en tiempos revueltos e hizo cameos en otras, como Los Serrano, Hospital Central y Ana y los Siete.

Premio Max de Teatro 2012, Balaguer ha recibido de la Unión de Actores cuatro importantes premios por su trabajos en teatro y televisión, además del premio Toda una Vida en 2010 por el monólogo El tiempo es un sueño, bajo la dirección de Rafael Álvarez El Brujo, donde contaba su vida como actriz y junto a su marido.

En 2015, la Fundación AISGE le organizó una fiesta de homenaje con motivo de su 90 cumpleaños, en la Casa de la Cultura de Alpedrete, que desde ese mismo día lleva su nombre. Como dato entrañable, la plaza donde se ubica ese epicentro cultural del municipio había sido bautizada años antes como plaza de Paco Rabal.

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