Adaptarse o morir: los restaurantes se aferran al reparto a domicilio para resistir a la pandemia

29/08/2020 - 

MURCIA. Cuando el 14 de marzo el presidente del Gobierno anunció el confinamiento de toda la población, la situación de incertidumbre era inmensa. Aunque el tiempo ha demostrado que la cuarentena fue una medida necesaria para evitar la propagación del virus y doblegar los contagios, no es menos cierto que los negocios que funcionan de cara al público se vieron perjudicados por la situación.

En concreto, los restaurantes murcianos llegaron al estado de alarma tras dos meses, enero y febrero, que siempre son más flojos en cuanto a clientes. Al salir, los locales se encontraron con el verano, que tiene la cualidad de vaciar la ciudad hasta bien entrado septiembre, por lo que la facturación en estos meses tampoco ha podido ser elevada. De esta forma, la mayoría de establecimientos se han visto en la necesidad de apostar por el reparto de comida a domicilio para poder mantener el negocio.

Durante el tiempo que duró el confinamiento, esta actividad fue la única forma de conseguir ingresos, por lo que muchos locales tuvieron que reconvertir su modelo de negocio, al fin y al cabo, el reparto a domicilio pasó de suponer un pequeño porcentaje de la facturación a ser el 100%.

En consecuencia, los restaurantes se vieron en la obligación de reforzar este sistema de ventas con la contratación de empresas dedicadas al reparto de comida a domicilio, como Just Eat, Deliveroo, Uber Eats o Glovo. El sistema de trabajo cuando alcanzas un acuerdo con estas compañías es sencillo, ellas se encargan de gestionar los pedidos y el transporte a cambio de un porcentaje de la facturación, que oscila entre el 25 y el 35 por ciento.

"A estas multinacionales sí que les ha venido bien la pandemia".

José María Rubiales, propietario del restaurante El Parco del Parlamento Andaluz, afirma que potenciar el reparto a domicilio fue "una decisión tomada para sobrevivir, para poder mover la economía y sacar algunas personas del erte". También asegura a Murcia Plaza que desde la comunidad pidieron descongestionar un poco el sector de la hostelería durante el estado de alarma.

El dueño de este local murciano indica que el reparto a domicilio gestionado por las empresas externas no siempre sale rentable para el negocio, pues un 35% de la facturación en cada pedido es una gran cantidad de dinero que no alcanza a ver la empresa, pues el cliente no asume costes adicionales. En consecuencia, ha habido casos en los que el restaurante ha perdido dinero con los pedidos.

Asimismo, Rubiales señala que para El Parco del Parlamento Andaluz el reparto de comida a domicilio durante la pandemia no ha sido un gran negocio, sino que "lo ha sido para las empresas de distribución de comida y para las que tienen un sistema de entrega propio. A estas multinacionales sí que les ha venido bien la pandemia", concluye.

 Empresas con un servicio de reparto propio

Por su parte, la hamburguesería El Favorito no se ha visto tan afectada por este aumento en la demanda de pedidos a domicilio, ya que esta actividad es su fuente principal de ingresos desde antes de la pandemia. A pesar de haber permanecido cerrado durante el estado de alarma, este restaurante abrió sus puertas con tres repartidores propios y un acuerdo con una empresa externa para garantizar el servicio a los clientes.

La demanda respondió bien durante el primer mes después de la cuarentena, pero el restaurante ha sufrido un final de verano mucho más flojo en cuanto ha facturación. Ahora espera que la llegada de septiembre y el fin de las vacaciones suponga una mejora para el negocio.

Además, El Favorito plantea la posibilidad de aumentar su capacidad de absorber pedidos a domicilio y contratar más repartidores propios si la demanda aumenta lo suficiente. Al fin y al cabo, este establecimiento puede presumir de una mayor rentabilidad de la comida a domicilio porque es el modelo de negocio en el que se basa el restaurante: "La gente se fía más de que le lleven la comida que de venir al salón, que además es bastante pequeño, por lo que una gran parte de los ingresos van a llegar a través del reparto".

Foto: EP 

En el caso del restaurante Los Bocatas de Antonio, donde la facturación que llega desde el reparto a domicilio no supera el 15% en los últimos meses, aunque llegó a ser del 70% durante el final del estado de alarma.

Ya realizaba ventas a domicilio antes de la crisis sanitaria, pero solo trabajaba con una empresa, por lo que tuvo que reforzarse con el resto de en el momento en el que la entrega a domicilio se convirtió en la mayor fuente de ingresos. "Era la única vía de venta en ese momento". Ahora esa venta ha disminuido porque ya tienen la opción de venta directa en el local, pero siguen trabajando con las compañías de reparto a domicilio.

Las complicaciones de adaptarse al reparto a domicilio

No obstante, el dueño de la bocatería, Antonio, recuerda que "gran parte de la venta a domicilio es humo porque se lo queda la empresa de reparto" y que la comida en el local es mucho más rentable para el negocio.

Asimismo, también reconoce que ha sido una experiencia muy estresante tener que adaptar el sistema de trabajo a las exigencias del reparto a domicilio. Por un lado, con las comidas en el local el servicio es más escalonado, la gente se sienta, pide las bebidas y se toman su tiempo para elegir lo que van a comer. Primero, llega el entrante y luego el plato principal, con lo que hay mucho más tiempo para elaborar la comida.

En contraposición, los pedidos para entregar requieren que esté toda la comida preparada al mismo tiempo en cinco minutos desde que llega el encargo, pues los repartidores están esperando a que esté listo para poder llevarlo lo antes posible. Además, todos estos pedidos suelen llegar al mismo tiempo, entre las nueve y las diez de la noche durante la cena, por lo que resulta complicado hacerse cargo de todos ellos al mismo tiempo. Con este tipo de actividad "las cosas son de otra forma", remarca Antonio.

Una actividad cada vez más necesaria

Según avanzaba la pandemia y llegaba el estado de nueva normalidad, los restaurantes han comprobado que el reparto de comida a domicilio es una modalidad de negocio que no puede ser ignorada. Al fin y al cabo, a la covid aún le queda mucho recorrido y las empresas deben adaptarse a esta situación extraordinaria del mercado.

El dueño de Los Bocatas de Antonio remarca que se muestra abierto a todas las posibilidades y hará lo que sea necesario para adaptarse a la demanda. "Esas decisiones las tomo sobre la marca según las directrices del mercado", concluye.

Por su parte, el propietario de El Parco del Parlamento Andaluz también reconoce la necesidad de adaptar el sistema de comidas a los cambios sociales que se están produciendo. No obstante, asegura que cuando acabó el estado de alarma la gente comenzó a acudir a los locales, por lo que la evolución de los restaurantes está ligada a la del coronavirus, con la incertidumbre que esto conlleva.

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