MURCIA. El pasado miércoles se realizó en la Universidad de Murcia un interesante seminario para abordar las causas y consecuencias de la contaminación costera y sus implicaciones con el Mar Menor. Contó con la presencia de un reconocido experto en contaminación de lagunas costeras, el Dr. Brian Lapointe, del Instituto de Oceanografía Harbor-Branch de la Universidad Atlántica de Florida.
Durante muchos años el grupo del profesor Lapointe ha trabajado en la recuperación ecológica del Indian River Lagoon en Florida. Esta laguna es uno de los estuarios biológicamente más diversos de América del Norte y, al igual que el Mar Menor, es objeto de una gran preocupación derivada de su mal estado ecológico.
En la laguna del rio Indian en los años 90, como consecuencia de la presión social, política y ecologista, se focalizó en la agricultura la responsabilidad de su deterioro ambiental. Se sobreestimó la contribución del nitrógeno agrícola al boom de fitoplancton y la mortandad de peces, lo que indujo a la criminalización del sector y la aprobación de muy estrictas regulaciones agrarias.
"La agricultura ya está haciendo su trabajo; Es el turno de las administraciones"
Sin embargo, posteriores estudios demostraron que la contribución de la carga de nitrógeno de los fertilizantes era muy inferior que la procedente de los sistemas sépticos. Constataron que pese a reducir a la mitad el uso de fertilizantes, la situación de la laguna no sólo no mejoraba, sino que empeoraba. Se consiguió establecer analíticamente que el uso de fertilizantes no era la causa principal de los problemas ambientales en la laguna, eran las aguas residuales.
Tras el colapso del Mar Menor de 2016, de manera similar a lo que ocurrió hace más de 20 años en la laguna de Florida, se señaló social y políticamente a la agricultura como responsable de la degradación del ecosistema lagunar y en consecuencia, obviando cualquier otro factor de influencia, se aprobaron normativas muy restrictivas únicamente para la actividad agraria.
En el Mar Menor al igual que en otras lagunas del mundo, numerosos estudios demuestran que la eutrofización está directamente relacionada con los nutrientes procedentes de las aguas residuales, de manera muy singular el fósforo. En consecuencia, las autoridades no han tenido más remedio que reconocer el impacto de las aguas residuales en la degradación del ecosistema lagunar, destinando decenas de millones de euros para renovar y ampliar las redes de saneamiento y redimensionar las EDAR para evitar vertidos contaminantes.
"las Sostenibles prácticas de los agricultores del Campo de Cartagena LOGRAN minimizar el impacto de los nitratos"
En los últimos años, las innovadoras y sostenibles prácticas de los agricultores del Campo de Cartagena han conseguido minimizar el impacto de los nitratos en la laguna y en el acuífero. Los últimos análisis no detectan nitratos en la columna de agua de la laguna, ya que gracias a una sofisticada red de sensores se ha conseguido disminuir el empleo de fertilizantes manteniendo la productividad.
La actual propuesta de modificación de la Ley de Defensa del Mar Menor muy acertadamente impone, junto a una gestión eficiente del acuífero, la necesidad de contar con redes separativas de pluviales, mantener adecuadamente la red de saneamiento, eliminar las fosas sépticas y modernizar las EDAR para impedir los vertidos dañinos a la laguna.
La solución a los problemas medioambientales del Mar Menor, como en su día ocurrió en el Indian River Lagoon y en otros estuarios del mundo, requiere no caer en distracciones, como centrar únicamente en la agricultura la carga de la responsabilidad del estado ambiental y aprender de experiencias contrastadas de otras zonas del mundo para evitar cronificar el problema.
La agricultura ya está haciendo su trabajo. Es el turno de las administraciones para, entre todos, conseguir recuperar nuestro Mar Menor.
Miguel Ángel Cámara Botía