MURCIA La crisis de la pandemia global de COVID-19 generó en el sector empresarial la búsqueda de nuevas alternativas en tiempo récord. La identificación de necesidades esenciales se intensificó producto de la pausa que enfrentaron diversos sectores.
A más de dos años de iniciada la emergencia sanitaria se comienzan a ver los efectos, tanto negativos como positivos de esta situación global. Para Yossi Abadi, abogado y empresario israelí, la pandemia tuvo un impacto positivo en la economía latinoamericana, particularmente en el sector de capital de riesgo, “llevándolo a nuevos récords”.
Según su análisis, 2021 fue histórico pues se lograron recaudaciones "de casi 16.000 millones de dólares para emprendimientos latinoamericanos".
“De hecho, varios fondos extranjeros, que anteriormente no operaban en el continente, hoy consolidan su actividad y reconocen el ecosistema de emprendimiento latinoamericano. Esto es un logro verdadero y evidente”, asevera el empresario.
Abadi añadió que, dentro de las dificultades naturales y trágicas de la crisis sanitaria, esta realidad ayudó a impulsar un nuevo entorno emprendedor en el continente.
“La economía Latinoamérica fue tradicionalmente muy ‘cerrada, es decir, no era común, aunque no imposible, ver un dinamismo importante entre las clases sociales”, estima.
Y es que, anteriormente, las grandes industrias provenían de tradición familiar, consideró, por lo que difícilmente se veían “nuevos millonarios”.
“Hoy, evidenciamos más ‘atrevimiento’ latino”, recalca Abadi, quien se ha ganado la confianza y reconocimiento en América Latina por ser un líder en la promoción de la responsabilidad social empresarial.
De acuerdo con el punto de vista del empresario, ahora ya no hay que pertenecer a las “grandes familias” para crear nuevos y grandes emprendimientos.
“Hoy es quizá la mejor era para ser latinoamericano en términos de oportunidades de emprender, pues se visualizan más oportunidades que nunca. Hay más apertura de parte de inversionistas para evaluar nuevas tecnologías”, afirma.
“En esta nueva etapa en el continente”, consideró el también Cónsul Honorario de el Salvador en Israel, “vemos que quien se arriesga no es solo el emprendedor, sino el inversionista ‘tradicional’ también. Las familias ‘tradicionales’ buscan hoy negocios ‘no tradicionales’, emprendimientos más y más atrevidos. Ese es quizá el cambio más importante y visible en la región”, dice.
Entorno a la importancia del emprendimiento en la economía latinoamericana señaló que la innovación es clave en el crecimiento y la mejor calidad de vida de los países.
“El emprendimiento es clave para un crecimiento inclusivo y sostenible, especialmente en una región donde las brechas son grandes y donde los desafíos sociales son evidentes. Países que cultivarán un buen ecosistema emprendedor verán que, además de apoyar el desarrollo económico actual, lograrán reducir daños inmediatos en las próximas crisis”, adelanta.
Como empresario, Abadi recomienda a otros emprendedores conformar un equipo profesional, multidisciplinar, y armónico. “El inversionista sabe que la mayoría de los emprendimientos fallan. Por eso mismo, invierte no solo en la ‘idea’, sino en el equipo humano. He evidenciado casos donde la idea inicial resulto disfuncional, pero un buen equipo logró darle un giro e imprimirle un nuevo enfoque ganador al producto. El equipo es la verdadera clave del éxito”, enfatiza.
Buscar soluciones nuevas es una manera de lo que los especialistas llaman “pensar fuera de la caja”; es decir, salirse de la zona de confort. Para Abadi, los emprendedores deben arriesgarse también fuera de su territorio geográfico. Más aún cuando 2021 demostró la gran cantidad de capital de riesgo existente en la región, especialmente en México, Brasil, Chile y Argentina.
“Cualquier emprendedor debe voltear a ver estos países, abrir esas puertas. Atreverse a que, en pleno desierto, se puede construir un paraíso”, recomienda.
“Israel se convirtió en una ‘Start-Up Nation’ gracias a su política estatal enfocada a apoyar la investigación y el desarrollo. Además de cultivar talento humano, financiar emprendedores y crear un ecosistema que fomente el experimento. América Latina está dando pasos agigantados hacia su crecimiento y a medida que estas áreas crezcan en la región, se convertirá en un imán. Así se logrará atraer tanto más talento como inversionistas no solo locales, sino también internacionales”, enfatiza.
Por ello considera que la tarea más apremiante es emprender políticas públicas que fomenten el talento humano, garantizando infraestructura adecuada para el emprendimiento tecnológico.
“Sin fortalecer y dinamizar la investigación y desarrollo, no se acelerará la productividad. El éxito dependerá eventualmente en el sector privado, pero el entorno público debe garantizar la base de una sociedad emprendedora”, concluye.
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