demostración artesana

Tradición, arte y reciclaje tras el cristal: la nueva vida del Museo del Vidrio de Santa Lucía 

25/01/2020 - 

MURCIA. El vidriero cartagenero Manolo Gil mantiene viva la tradición artesana que comenzó su abuelo como tallador en la Fábrica de Cristal y Vidrios de Santa Lucía. Se le conocía como Riquelme, nombre 'artístico' que se ha conservado durante las tres generaciones de artesanos de esta familia que se han dedicado a este oficio. La fábrica, que estuvo funcionando entre 1834 y 1955, es hoy en día el Museo del Vidrio de Santa Lucía donde, además de albergar una exposición con piezas históricas y otras más contemporáneas, se realizan talleres y demostraciones para mantener viva esa parte de la historia de Cartagena que estuvo tan estrechamente ligada a esta industria. Es el caso del trabajo 'en vivo' que ha tenido lugar este sábado, enfocado al reciclaje y que lleva por título Maestros del cristal: dando nueva vida al vidrio.

La Asociación de Artesanos Vidrieros de Santa Lucía es la encargada de mantener viva la llama del Museo del Vidrio, que este sábado ha acogido esta actividad enmarcada en el programa de la concejalía de Cultura Cartagena Piensa. Así, el artesano  Manolo Gil y la aparejadora y artesana del vidrio, Mónica Elche, mostraron al público el proceso por el cual el vidrio reciclado puede transformarse en objetos de arte.

De esta forma, la demostración de las principales técnicas artesanales en la elaboración de una pieza de vidrio permiten dar a conocer y poner en valor este oficio local, destacando las posibilidades que ofrece un material infinitamente reciclable.  "La técnica, el cuidado y el cariño que pone un artesano al crear cualquiera de sus productos proporciona un carácter único a la creación, pudiendo transformar objetos industriales en objetos con alma. Sin olvidar que rodearse de objetos que traen recuerdos y evocan sensaciones agradables, transmite paz y armonía", aseguran los organizadores del acto. 

     

Manolo Gil, cuyo taller se encuentra en la calle Lope de Rueda, reconoce que hoy en día ser artesano no es tarea fácil, pero confía en jubilarse en este oficio que aprendió de su padre y que él ha ampliado aprendiendo otras técnicas en la Real Fábrica de Cristales de La Granja. Atrás quedaron los tiempos en que la familia Valarino, por la que corría sangre genovesa, abriera la Fábrica de Cristal y Vidrios de Santa Lucía, que con el tiempo pasó a formar parte de la Unión Vidriera de España. Manolo recuerda historias de la época contadas por su familia y recogidas en documentos de la época. Así, por ejemplo, destaca el hecho de que en la Unión de Vidrieros de España hubiera 14 fábricas y la de Cartagena estuviera situada la primera por ser la de más tradición. 

Igualmente, este artesano vidriero señala que la fabrica de Santa Lucía llegó a tener 450 trabajadores, con lo que eso suponía de prosperidad para la ciudad. De hecho, "Santa Lucía era entonces el polígono industrial de Cartagena", dice. Esto permitió que los habitantes del barrio percibieran sueldos que les permitieron atravesar sin penurias una época de verdadera recesión económica en la ciudad. La fábrica se benefició de su posición estratégica en el puerto de Cartagena para realizar sus transacciones comerciales con el resto de la Península Ibérica y Europa.

Hoy en día son pocos los artesanos que continuan esta tradición que dejó diseños propiamente cartageneros y que Manolo Gil, Riquelme, sigue perpetuando en sus grabados. 

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