MURCIA. “El tiempo es mirar las fotos de tus hijos cuando eran pequeños, y después mirarlas otra vez y ver que tienen bigotes y barbas”. Lo cuenta a cámara la afroamericana Fox Rich, protagonista del documental Time (2020), disponible en Amazon Prime Video. Fox ha estado 20 años luchando por la liberación de su esposo, Robert, sentenciado a una pena de 60 años en una cárcel de Luisiana. En 1997, muy jóvenes y con hijos pequeños, cometieron un robo en una sucursal de crédito. “La gente desesperada hace cosas desesperadas. Es tan simple como eso”, asume.
En Estados Unidos hay más de dos millones de personas condenadas a vivir en una penitenciaría. Un 63% pertenece a minorías étnicas. Mientras que dos terceras partes de los presidiarios cumplen condena por delitos contra la propiedad o relacionados con las drogas, otro tercio están encerrados por cometer actos violentos (homicidios, violaciones…) Las condenas, sin embargo, no difieren tanto según la clase de delito. La desigualdad sistémica tiene más que ver con el color de la piel y el origen socioeconómico. A un ladrón le pueden caer 60 años de cárcel, como a Robert, una persona pobre de color. O simplemente tendrá que pagar una multa, como la hollywoodiense Winona Ryder.
Mientras que Fox, embarazada de gemelos, aceptó un acuerdo con la fiscalía que redujo su pena de cárcel a tres años y medio, Robert no quiso llegar a un acuerdo y terminó siendo sentenciado a 60 años de cárcel sin libertad condicional. Al salir de prisión, Fox comenzó una incansable lucha por liberar a su esposo, por conseguir el indulto, mientras hacía filigranas para sacar a sus 6 hijos adelante.
Su relato en primera persona en iglesias, universidades y auditorios comenzó a calar entre la comunidad negra. “Antes usaban el látigo. Ahora usan el tiempo de una madre”, se escucha en el documental. De esta manera, Fox se convirtió, durante los veinte años siguientes, en una potente activista a favor de la abolición de las prisiones y la reforma penitenciaria. Un ejemplo de resistencia y crecimiento personal.
Según esta tenaz madre, la comunidad negra ha pasado de la esclavitud al encarcelamiento masivo. El sometimiento hacia la comunidad afroamericana continúa siendo un estigma, como bien sabemos por múltiples casos a través del movimiento #BlackLiveMatters, entre otros.
Material doméstico, blanco y negro…
En Time contemplamos una historia sobre cómo el amor puede ser una forma de resistencia muy poderosa por parte de una comunidad invisible, los que sufren la condena de un ser querido. También es la historia sobre ser negro en los Estados Unidos. La directora del documental, Garrett Bradley, lo materializa a través de la combinación de material doméstico grabado por la propia Fox durante años, junto con el seguimiento actual en su pelea por mantener a su familia unida, por asegurarse que sus hijos no olviden a su padre, por sacarle de ahí tras unos larguísimos 20 años.
Los vídeos caseros fueron grabados por Fox para enseñarle a Robert la vida cotidiana que se estaba perdiendo y hacerle partícipe de esos momentos a los que la mayor parte de las veces no damos valor alguno, pero que aquí se muestran como joyas vitales únicas.
El blanco y negro se ocupa de fundir los diferentes materiales y de darle un tono trágico. Vemos cumpleaños, premios escolares y llamadas telefónicas a prisión por parte sus hijos de pequeños, grabados por su progenitora. Vemos cómo los niños han crecido y son ahora unos hombrecitos concienciados y responsables. El hijo mayor estudia en la actualidad para ser odontólogo, mientras que uno de los gemelos se prepara para la política. Quiere cambiar el mundo. Como su madre.
Primera mujer negra en ganar en Sundance
Durante el relato, Garrett Bradley avanza y retrocede constantemente e incide así en el lento paso del tiempo con un montaje vibrante y una mirada compasiva. En 2020 la directora ganó el premio a mejor dirección de documental en el Festival de Cine de Sundance, convirtiéndose en la primera mujer de color en conseguirlo. Este año, 2021, su documental está entre los nominados a los premios Oscar. Aunque el largometraje tiene pocas posibilidades de superar al acongojante Collective, el fenómeno del año, no hay duda de que es una de las obras audiovisuales imprescindibles procedentes de la industria norteamericana.
Time es uno más de esos relatos imprescindibles en el que las víctimas encuentran de alguna forma un resarcimiento, una expiación. Señala el reinicio de una familia (o una persona) después de décadas de sufrimiento, mientras que reconoce el tiempo que se ha perdido en el camino. En muchos momentos parece que Fox y Robert no iban a llegar a ninguna parte. Pero no cabe duda de que a algún sitio termina por aterrizar. El paso del tiempo es, por una parte, una cruel condena pero, por otra, una forma de que se termine haciendo justicia. La clave está en resistir.