La Eurozona va hacia un fuerte repunte de la actividad, EE UU asiste a la reapertura de la economía y China ofrece estadísticas dispares
MADRID. Las cifras de crecimiento del primer trimestre en la Eurozona reflejan que las restricciones sanitarias siguen impactando en la región. El PIB de la zona euro registra una contracción del 2,5% anualizado en el primer trimestre, situándose un 5,5% por debajo de su nivel del cuarto trimestre de 2019. Cae un 6,6% en Alemania, un 1,6% en Italia y un 0,5% en España. Se espera que la flexibilización de las medidas sanitarias en la mayoría de los países de la eurozona conduzca a un fuerte repunte del crecimiento y del empleo en el segundo trimestre, como en el tercer trimestre de 2020. Las cifras de Eurostat muestran una caída del 0,3% en el número de personas empleadas en el primer trimestre, lo que significa que se han destruido 3,6 millones de puestos de trabajo desde el inicio de la crisis COVID-19. Este descenso del 2,2% a partir de diciembre de 2019 es comparable con el punto más bajo alcanzado durante la crisis de 2008-2009, pero el hachazo en la actividad en 2020 ha sido mucho más fuerte. A diferencia de Estados Unidos, la inflación sigue contenida en la zona del euro. El índice de precios al consumo registra un aumento del 1,6% interanual en abril y un 0,7% si se excluyen la energía y los alimentos.
Por su parte, el PIB estadounidense crece a una tasa anualizada del +6,4% en el primer trimestre, situándose a un 0,9% de su nivel anterior a la crisis. El consumo es el principal motor del crecimiento, ya que los cheques gubernamentales enviados a los hogares en enero y marzo han provocado un aumento sin precedentes de los ingresos. La inversión y el gasto público también son favorables, mientras el comercio exterior y los inventarios siguen pesando sobre la economía. Las ventas al por menor se estancan en abril, permaneciendo planas en el mes y cayendo un 1,5% si se excluyen los artículos volátiles. Sin embargo, en marzo registran una subida de 10,7%, lo que relativiza la corrección. Los índices ISM2 bajan ligeramente en abril, pero siguen en niveles elevados: 60,7 (-4,0 puntos) en el sector manufacturero y 62,7 (-1 punto) en el sector servicios.
La principal decepción ha sido el dato de creación de empleo en abril. El consenso estimaba la creación de un millón de nuevos empleos pero la cifra apenas alcanza los 266.000. Varios indicadores sugieren que se trata más de un problema de oferta de mano de obra que de un posible estancamiento de la recuperación. El aumento del número de horas trabajadas y la fuerte subida de los ingresos por hora (+0,7% en el mes) podrían ser trabas a la hora de contratar, y las pequeñas empresas señalan dificultades históricas para contratar. Esta situación puede deberse al impacto del subsidio de desempleo (300 dólares por semana), que reduce el incentivo para encontrar un trabajo. Este régimen expira a principios de septiembre, pero el gobierno de Biden ya ha anunciado que las personas que rechacen un trabajo ya no podrán cobrar su prestación por desempleo. El Gobierno también ha anunciado un plan de gasto social financiado con subidas de impuestos a las rentas más altas, que aún debe ser votado en el Congreso.
La otra gran sorpresa es la inflación. Se aceleró mucho más de lo previsto en abril, alcanzando el +4,2% interanual en general y el +3,0% excluyendo la energía y los alimentos, debido al bajo dato de comparación del año pasado y al fuerte aumento de los precios en el mes. Hacía 30 años que la inflación subyacente no alcanzaba el +0,9% en términos mensuales. La mitad de este aumento se explica por la subida de los precios de los coches usados, los billetes de avión y el alojamiento, vinculada a las dificultades de oferta en el sector del automóvil y a la recuperación del turismo. El carácter temporal de esta aceleración no debería cambiar la posición de la Fed, que mantuvo el status quo en su última reunión de finales de abril. El Comité de Política Monetaria tomó nota de la recuperación, al tiempo que consideró que aún era prematuro pensar en una reducción del ritmo de QE. Las actas de esa reunión indican que algunos miembros estarían, sin embargo, dispuestos a participar en el debate si se mantuviera el rápido progreso de la economía.
Mientras tanto, las estadísticas de China de actividad del mes de abril reflejan, en general, datos inferiores a las expectativas. En términos interanuales, la producción industrial disminuye del +14,1% al +9,8%, las ventas al por menor del +34,4% al +17,7% y la inversión del +19,4% al +10,9%. Estas cifras son difíciles de interpretar porque los efectos de base son menos favorables, pero los datos de variaciones estacionales también muestran una ralentización respecto al mes anterior, en un contexto en el que el crecimiento del crédito sigue moderado. Por el contrario, las exportaciones siguen siendo muy dinámicas. En abril registran un 32,3% interanual, tras el 30,6% de marzo. Las importaciones siguen siendo también muy fuertes, con una subida del 43,1% interanual. Las encuestas del PMI son positivas y apoyan el repunte iniciado en marzo. La media de los PMI oficiales y de Caixin/Markit sube de 51,3 a 51,5 en el sector manufacturero y de 55,3 a 55,6 en el sector servicios.
La buena noticia es la clara aceleración del ritmo de vacunación en las últimas semanas en China. Según datos de ourworldindata.com, el 18 de mayo el número de inyecciones diarias equivalía al 0,92% de la población, frente al 0,25% del mes anterior. En comparación, Estados Unidos había alcanzado un máximo del 1,01% a mediados de abril. La tasa del 0,92% corresponde a 436 millones de dosis inyectadas, pero no se dispone de detalles sobre las primeras y segundas inyecciones. Por lo tanto, desconocemos el número de personas vacunadas. Suponiendo que todas las personas vacunadas hayan recibido dos dosis, al menos el 15,1% de la población está protegida. Si el ritmo de vacunación continúa así, el país tendría la capacidad de vacunar completamente a toda su población para el próximo otoño.
La Oficina Nacional de Estadística ha publicado los resultados de su censo nacional, que se realiza cada diez años desde 1990. El país sigue siendo el más poblado del mundo, con 1.410 millones de habitantes en 2020, 72 millones más que en 2010. La tasa media de crecimiento anual se ralentiza moderadamente, pasando del 0,57% entre 2000 y 2010 al 0,53% entre 2010 y 2020. En contra de los pronósticos, la población china no está aún en declive. Sin embargo, el dividendo demográfico es claramente menos favorable para el crecimiento que en el pasado. En su escenario medio, las Naciones Unidas estiman que el pico de población podría alcanzarse en 2030.
Equipo de Análisis de Lazard Frères Gestion