MURCIA. Hace ya unos cuantos años, un joven diseñador murciano llamado Pedro García tuvo la necesidad de buscar un alter ego que le representara y le sirviera para contar con libertad todo aquello que quería decir y no sabía cómo. Pedro pensó en la fábula y encontró en el Lobo de esta historia con moraleja su ‘segundo yo’ perfecto. Ahora ya no existe esa dicotomía, porque Pedro y el Lobo se han fusionado y han construido una sola identidad, dando lugar a Pedro Lobo, uno de los creativos más reconocidos de la moda murciana. Quizá porque lo suyo no se basa en cuentos, ya que sus colecciones son Historias (así se llaman y van numeradas) cargadas de vivencias, de conceptos y de disfrute por el trabajo artesanal y los materiales. De hecho, dice entusiasmado que “yo me compraría todo lo que tengo en la tienda”. Así que si ustedes oyen “qué viene Pedro Lobo”, no hace falta que se suban a ningún árbol como en la fábula, porque seguramente será el anuncio de la presentación de una próxima colección/historia. Va a por la séptima...
Pero mientras llega ese momento, que seguramente tendrá lugar el próximo mes de noviembre en la pasarela Bloque Emergente del Centro Párraga, Pedro Lobo ha vuelto a la 'normalidad' en su ‘guarida’ de la calle Andrés Barquero de Murcia, una tienda-taller que inauguró a finales del año pasado sin imaginar –quién podía hacerlo- que se vería obligado a cerrarla temporalmente a los pocos meses por culpa de la pandemia del coronavirus.
"Un poco turuleta” tras el periodo de confinamiento, el diseñador se ha reencontrado con este espacio creado a su imagen y semejanza, donde le acompañan dos especies de robots de hierro que irrumpieron en el desfile de su Historia Nº6 para quedarse como figurines de la tienda. Pan y Mantequilla se llaman, aunque él se refiera a ellos como “los bichos”. Viéndolos, es difícil imaginar en esta tienda/taller unos maniquíes convencionales. Pedro Lobo espanta la sola idea con las manos. El caso es que este creativo no ha dejado de trabajar durante el confinamiento y ahora anda organizando y preparando todas las novedades que ha estado gestando.
Porque, aunque de momento el tema de las pasarelas esté aparcado - la cita que tenía en La Encartada de Bilbao en mayo, por ejemplo, se ha aplazado-, el creativo murciano ha decidido sacar en estos momentos una minicolección de transición de todas sus Historias, desde la 1 a la 6 (cada año ha sacado una distinta), con una serie limitada de sus prendas más emblemáticas (2 ó 3 unidades de cada una), que contarán con el propio espacio de la tienda como un elemento más de la instalación.
Con este ejercicio de reedición, Pedro Lobo quiere "revisar el imaginario que envuelve sus colecciones" para "mirar al futuro sin olvidar el pasado; es importante recordar de dónde vienes", asegura; y más después de la experiencia vivida durante la pandemia del coronavirus. "Tenemos que cuidar más el espacio que habitamos", añade el diseñador, que se puede permitir licencias como esta minicolección atemporal porque, como él mismo dice, "no sigo las fechas de la moda".
La tienda de Pedro Lobo muestra estos días, por lo tanto, un recorrido por la evolución del diseño de este murciano, quien asegura que tiene un público muy variado y que lo mismo le vende una prenda a un joven de 16 años que a una persona mayor. El secreto es que sus diseños, según explica, son muy versátiles y, dependiendo de quién o cómo los lleven, pueden ser tradicionales o rompedores. Nos muestra, como ejemplo de ello, algunas blusas de corte clásico en las que se nota un mimo especial o una gabardina para hombre en un tono ocre, de cortes rectos y elegantes; esta última tiene como complemento un capuchón con aberturas en los ojos que ya no todo el mundo se atrevería a llevar. Él sí, desde luego.
Porque, en definitiva, y es la frase que más repite el diseñador, se trata de "hacer y vestir prendas que te representen". Igualmente, Pedro Lobo señala los detalles que presentan y diferencian sus diseños, en las costuras y los materiales escogidos, y que evidencian la exquisitez con la que trabaja este creativo murciano.
"Hay que adaptarse a lo que viene", señala Pedro Lobo, que como todo comercio abierto ha adecuado su tienda a las medidas de seguridad recomendadas y que, como no podía ser de otra forma, también está confeccionando mascarillas en consonancia con las prendas de sus colecciones. "Ya que hay que llevarlas, por lo menos que digan algo de quien las lleva".
Pero no es la única novedad, porque Pedro Lobo ha vuelto a su tienda con una colección de complementos, formada por bolsos, monederos (realizados con elástico, sin tejido y con anclajes) y riñoneras, "muy de ciudad", que ha querido realizar en distintos tamaño -"a mí siempre se me quedaban pequeñas", explica- con un doble correaje que da mucho juego y permite distintas formas de llevarlas, y un doble anclaje que es funcional y ornamental al mismo tiempo.
Igualmente, la tienda estrena sudaderas y camisetas con estampaciones de bordados, de serigrafías del esqueleto de una pantera (a la que Pedro Lobo ha añadido huesos inexistentes); con sus 'compañeros' Pan y Mantequilla; o con la propia firma de la marca, un diseño circular realizado por Bruno Baeza, que tiene completamente enamorado al diseñador.
Ahora que la tienda de Pedro Lobo ya ha regresado a la 'nueva normalidad', el diseñador continúa reuniendo ideas y recopilando documentación para su próxima colección, Historia Nº7. "Todo lo que me afecta influye en el diseño", adelanta, y aunque de alguna forma esté ahí, asegura que el tema principal no será el del coronavirus. De hecho, Pedro, que es bastante noctámbulo como cualquier lobo que se precie, está investigando sobre la nictofilia, que no es otra cosa que el amor por la noche y por la oscuridad.
Pedro Lobo no le da mucha importancia a que personajes famosos lleven sus prendas. Vale que la premiada actriz murciana Marta Nieto lució uno de sus diseños en el cartel de las Fiestas de Primavera de Murcia o que "si mañana me llama Beyoncé para vestirla, estaría encantado. ¿Te imaginas?", dice riendo. Porque lo que realmente le importa al diseñador es que quien lleve sus prendas se sienta a gusto con ellas, representado, que se pueda expresar a través de ellas. Es por eso que, hace no mucho, estaba encantado oyendo los comentarios que hacían en el probador de la tienda sus amigas del grupo murciano Pájara Rey, quienes eligieron sus diseños para un videoclip que grabaron.
No son las únicas, porque los diseños de Pedro Lobo se pueden encontrar en los lugares más inesperados. Muchas veces relacionados con el mundo del arte -en performances, en una obra de Ferroviaria Teatro o en un montaje de Onírica Mecánica, entre otros-; pero también en lugares de trabajo, ya que es el creador de los uniformes de las cafeterías Drexco o del casino y centro de ocio Odiseo, por ejemplo.
"Me alegro de haber vuelto a Murcia. Si no, no sé si lo podría haber conseguido", asegura Pedro Lobo, quien se aventuró a probar suerte en Madrid tras formarse en la Escuela Superior de Diseño de Murcia (completó sus estudios en Madrid y Milán) y después de ser galardonado en 2007 en el concurso de Jóvenes Diseñadores de la X Edición de la Mustang Fashion Weekend (FIB). Pero coincidió con la crisis de 2008 y el diseñador tuvo que combinar sus incursiones en el mundo de la moda con trabajos que le iban saliendo. "Cuando decidí regresar estaba vendiendo tarjetas de crédito", cuenta Pedro, quien asegura que "trabajar en Murcia es más fácil, no sólo por la calidad de vida, sino también por todo el talento que te rodea".
Así, y después de trabajar para distintas firmas y como estilista para publicidad, cortometrajes y videoclips de grupos como La Buena Vida, en 2014 lanzó su primera colección bajo la marca Pedro Lobo, la Historia Nº 1. Además, en 2017 ganó el Certamen CreaMurcia en la modalidad de Diseño de Moda y fue elegido para representar a Murcia en la Bienal de Jóvenes Creadores de Europa y del Mediterráneo en Nottingham.
En fin, "todo un sueño" que culminó, dice Pedro con ilusión, cuando abrió su nueva tienda después de haber tenido un estudio en la calle González Adalid. "Entra mucha gente a conocer la marca y ¡compra!", dice el diseñador, quien agradece que se apoye al pequeño comercio. Él, por su parte, ya tiene las puertas abiertas de su refugio/guarida/fortaleza/tienda/taller para mostrar a quien llame a su puerta que "todo esto es Pedro Lobo". No hay que enseñar la patita para poder entrar, basta con llevar mascarilla y echarse gel hidroalcohólico en las manos.