MADRID. El teletrabajo y la deslocalización de los equipos ha permitido a muchos huir de los grandes núcleos urbanos y elegir un lugar de residencia más de su agrado. Máxime si ese lugar al que nos sentíamos unidos por el trabajo implica el pago de unas rentas de alquiler descomunales. Es el caso de Silicon Valley donde, a raíz del coronavirus, han empezado a experimentar la marcha de numerosas empresas y empleados.
“Si hablamos sólo de Silicon Valley, te diré que sí está perdiendo fuelle de cara a los emprendedores, pero si hablamos de Estados Unidos, la respuesta es no”, declara Luis Basagoiti, cofundador y VP Data de Capchase. Se trata de una startup surgida para ayudar a otros fundadores de compañías tecnológicas SaaS en sus problemas de financiación sin necesidad de diluirse.
Con el equipo tecnológico radicado en España, Capchase se constituyó en Estados Unidos en mayo de 2020. Lo hicieron en Boston aunque ahora planean ya su traslado a Nueva York. Entre los grandes hitos de esta startup a los pocos meses de su nacimiento se encuentran: haber levantado una ronda de inversión de 4,6 millones en agosto y, poco después, haber conseguido recaudar 60 millones de dólares procedentes de un fondo de venture debt de donde extraen el dinero que anticipan a otras compañías. “Conseguir este apoyo en España con un recorrido tan corto como el nuestro es inimaginable”, apunta Basagoiti como una de las razones que les llevaron a constituir en Estados Unidos.
El otro motivo de peso al que alude es que las dos terceras partes de las compañías SaaS que se crean surgen allí “y nosotros pensamos que una empresa debe estar donde quieren sus clientes. En cualquier caso, no se me ocurren empresas con aspiración global y de escalabilidad que puedan renunciar a un mercado con la magnitud del estadounidense. Aquí se sigue jugando otra liga”.
Como alternativas a Silicon Valley, empiezan a cobrar relevancia otros hubs. Uno de ellos es Miami. Atraídos por el clima, la proximidad de la playa, menos restricciones de movilidad, unos costes de vida más bajos y unos incentivos tributarios acordados por las autoridades locales, Miami se ha convertido en uno de los destinos preferidos no solo por los neoyorkinos, sino también por otras corporaciones que han optado por la migración interna durante la pandemia. De hecho, hay quien habla ya de un cambio estructural de la zona.
Otro polo que refiere Basagoiti de atracción para los emprendedores estadounidenses se encuentra en Austin (Texas), aspirante desde hace años a destronar a Silicon Valley como capital de las startups. Elon Musk estaría entre esos emprendedores que han anunciado su intención de mudarse al estado de Texas. También el CEO de Dropbox, Drew Houston, ha declarado la intención de mover su residencia permanente a Austin. Es lo que algunos denominan ya ‘Silicon Hills’, un equivalente a Silicon Valley pero ubicado en la zona montañosa situada al oeste de Austin.
Quitando estos movimientos migratorios, EE.UU., como mercado y como ecosistema emprendedor, continúa ejerciendo el mismo atractivo para los españoles, pese a que las barreras de entrada siguen siendo altas. “No es una cuestión de apetencia o de que te guste o no, es algo medible. La diferencia con el resto de los ecosistemas, incluidos los europeos, sigue siendo brutal en parámetros como la financiación, captación de talento o mercado”, insiste Basagoiti.
También Javier Argente, CEO de AR Visión, considera que ninguna empresa tecnológica que aspire a la globalidad, puede despreciar una plaza del tamaño de EE.UU. Entre los planes de esta startup está abordar este mercado una vez se consoliden en el nacional. “Puede que Silicon Valley esté perdiendo algo de atractivo, pero su modelo continúa siendo un referente para las empresas tecnológicas”, declara.
Andrés Mejía es un ingeniero colombiano de 32 años residente en EE.UU. desde finales de 2015. Actualmente trabaja como ingeniero de software en la desarrolladora de videojuegos Riot Games, con sede en West Los Angeles (California). Llegó a EE.UU. siguiendo su deseo de explorar y conocer mundo y allí estuvo durante su primer año trabajando para Google.
Cuestionado sobre si, una vez allí, sus expectativas se desinflaron o si, por el contrario, se cumplieron, responde: “Honestamente digo que Estados Unidos ha superado mis expectativas. Lo que más me ha sorprendido es la riqueza natural y la diversidad de paisajes que hay en este país. He sido afortunado y he tenido la oportunidad de viajar y visitar lugares que me han dejado boquiabierto. Por ejemplo,
el Parque Nacional de las Secuoyas en California tiene árboles literalmente del tamaño de un edificio que te hacen sentir como un insecto. En Nevada puedes pasar de estar en el desierto a esquiar en una sierra nevada en un par de horas. Las montañas de Colorado te hacen dar ganas de nunca volver a la ciudad y las playas de Florida te hacen sentir como en una película”.
Quitando su asombro ante una naturaleza impresionante, pocas críticas hace a su experiencia vital y laboral, salvo que en algunas de esas empresas tan ‘happy’ tipo Google, Facebook o Amazon que se nos presentan existen “muchos lujos y comodidades, como comida gratis en la oficina, gimnasios, piscinas, canchas de tenis, lavandería y flexibilidad de horario. Pero también es verdad que los proyectos son difíciles y hay momentos bastante estresantes”, concluye.