"No soy un iluminado ni nada de eso, sólo uno más que lucha por un sueño", reconoce el hombre que ha guiado al Cartagena a Segunda División, alguien que, con apenas 35 años, lleva dos saltos seguidos al fútbol profesional tras el logrado en 2019 con el Mirandés. Las críticas que acumuló en sus primeras semanas como blanquinegro hoy son agua pasada
CARTAGENA. El Fútbol Club Cartagena competirá la próxima temporada en Segunda División gracias a un ascenso que tiene nombres propios y uno de ellos, sin duda, es el de Borja Jiménez Sáez. El joven entrenador de 35 años (Ávila, 21 de enero de 1985) y llegado a la entidad blanquinegra a finales diciembre para sustituir a Gustavo Munúa -el uruguayo optó por marcharse al Nacional de Montevideo de su país-, ha sido clave para lograr lo que en la ciudad portuaria llevaban años persiguiendo con ahínco.
"No soy un iluminado ni nada de eso. Sólo soy uno más que lucha por un sueño y nadie especial, simplemente un profesional que le dedica muchas horas a su trabajo y que ha tenido suerte", afirma a Murcia Plaza el que muchos consideran ya 'técnico milagro', un tipo que se siente cómodo pasando desapercibido pero que sabe lo que tiene que hacer para hacer mejorar al grupo al que dirige. "La tranquilidad es una de mis características, pero la exigencia es otra. Pienso que no hace falta dar voces para imponer una idea y sí tener las cosas claras y hacérselo ver a los jugadores. El tono de voz en un entrenador es irrelevante", asegura.
- Ya desde la tranquilidad que dan los días transcurridos desde el partido que les llevó al fútbol profesional, ¿cómo recuerda ese momento, la parada de Marc Martínez en la tanda de penaltis y lo que pasó luego?
- Lo cierto es que no recuerdo muy bien lo que me pasó por la cabeza en ese instante. Fue un conjunto de emociones muy grandes y todo sucedió demasiado rápido. Eso sí, me queda claro que me abracé a muchísima gente del club, personas que han estado muchos años detrás de este sueño y a los que vi comportarse como niños pequeños disfrutando y corriendo sin parar.
- ¿Lloró Borja Jiménez?
- En ese primer momento no, pero luego con las llamadas de mi madre, de Raquel, al ver a mi padre antes de subir al autobús… entonces sí me emocioné, como lo hice este pasado domingo viendo por televisión en La 7 la tanda de penaltis enfocando la cámara al banquillo y comprobando cómo la vivimos.
- ¿Se reconoció viéndose en un momento de tantísima tensión?
- Sí. Estaba bastante tranquilo para lo que nos jugábamos, primero sentado con los primeros lanzamientos y luego ya de pie y tratando de pedir calma a quienes estaban a mi lado. Era yo.
"MANTENGO LAS PULSACIONES BAJAS HASTA EN LOS PEORES MOMENTOS, PERO ES QUE ES MI FORMA DE SER Y CREO QUE ESE CARÁCTER Y LA CONVICCIÓN QUE TENÍA PARA CONSEGUIR EL OBJETIVO HA SIDO MUY POSITIVO PARA EL GRUPO"
- Paco Belmonte, el presidente, dijo que usted no sube de 60 pulsaciones ni en un momento como el de esa tanda de penaltis de La Rosaleda que ya es parte de la historia del club. ¿Cómo lo hace para mantenerse tan entero?
- Es verdad que mantengo las pulsaciones bajas hasta en los peores momentos, pero es que es mi forma de ser y creo que ese carácter y la convicción que tenía para conseguir el objetivo ha sido muy positivo para el grupo.
- En los dos ascensos al fútbol profesional que ha vivido en apenas un año -el anterior en 2019 con el Mirandés también a Segunda División- ha estado presente su padre. ¿Va camino de convertirse en un amuleto?
- Eso parece y me alegro muchísimo de que haya vivido esto. Para un hijo no hay nada más importante que ver que sus padres se sienten orgullosos de él. Yo hice todo lo posible para que estuviera en Málaga aun sabiendo que poca gente podría entrar en el estadio y la verdad es que su presencia me llena de tranquilidad.
- A su edad muchos jugadores apuran su carrera futbolística y usted ya es un entrenador de éxito. De hecho, ha conseguido dos veces algo que muchos técnicos no consiguen nunca aunque lleven entrenando décadas. ¿Se siente un iluminado?
- No, no soy un iluminado ni nada de eso. Sólo soy uno más que lucha por un sueño y nadie especial, simplemente un profesional que le dedica muchas horas a su trabajo y que ha tenido suerte, pero soy el mismo que hace siete años cuando empezaba con el Real Ávila con apenas 28 y tras haber sido segundo entrenador en ese club, al que por cierto también llevamos a un play off de ascenso a Tercera, en el que nos eliminó el Mérida.
"EL FÚTBOL ME GUSTÓ SIEMPRE Y RECUERDO MI INFANCIA VIVIENDO POR Y PARA ESTE DEPORTE, PERO NO NOS VAMOS A ENGAÑAR: CON EL BALÓN EN LOS PIES ERA MUY MALO. ESO HIZO QUE ME DECANTARA POR LOS BANQUILLOS SIENDO JOVEN"
- ¿Qué le llevó a ser entrenador cuando lo normal es que quisiera disfrutar dándole patadas al balón sobre el césped?
- El fútbol me gustó siempre y recuerdo mi infancia viviendo por y para este deporte, yendo a jugar con los amigos y lo hice hasta juveniles, pero no nos vamos a engañar: con el balón en los pies era muy malo. Eso hizo que me decantara por los banquillos siendo joven. Lo de ser entrenador es algo vocacional y para lo que debe haber pasión y en mí se daban los dos aspectos.
- Ha coincidido con futbolistas que le superaban en edad y en el Cartagena ha habido algunos casi de su misma quinta como Pablo Caballero, Carlos David, Verza, Quim Araujo y Cordero. ¿Le resulta extraño?
- Los primeros años que eso sucedió se podía ver como algo raro, pero con el paso del tiempo se le da normalidad. En mis inicios era más pequeño que muchos de mis jugadores.
- En el día a día transmite la imagen de entrenador sosegado, metódico y cerebral. Queda claro que con esas pautas también se llega al éxito, ¿verdad?
- Igual hablando con algún jugador cambia ese concepto de lo que yo soy. Es cierto que la tranquilidad es una de mis características, pero la exigencia es otra. Pienso que no hace falta dar voces para imponer una idea y sí tener las cosas claras y hacérselo ver a los jugadores. El tono de voz en un entrenador es irrelevante.
- ¿Tiene algún entrenador referente, en el que se fije más?
- No, pero me gusta muchos con distintos estilos y me quedo con cosas de ellos. El entrenador perfecto no existe, ni va a existir nunca pues todos tenemos nuestras taras.
"NO TENGO NINGÚN ENTRENADOR COMO REFERENCIA, PERO ME GUSTA MUCHOS CON DISTINTOS ESTILOS Y ME QUEDO CON COSAS DE ELLOS. EL ENTRENADOR PERFECTO NO EXISTE, NI VA A EXISTIR NUNCA PUES TODOS TENEMOS NUESTRAS TARAS"
- Desde fuera da la sensación de que el buen ambiente es natural en el vestuario y eso incluye también al técnico, que al fin y al cabo es el jefe de los jugadores. ¿Es realmente así?
- He mantenido muy buen feeling con los jugadores y cada uno tiene un rol importante. Ellos mismos se han manifestado en ese sentido y yo me siento partícipe e integrante del grupo y encantado con todos los que lo forman.
- Volviendo a lo que ocurrió en Málaga y a lo que se gestó antes. ¿Cuál cree que ha sido la clave del éxito?
- Principalmente la plantilla con la que contamos y la convicción que tenía para alcanzar el objetivo. A la final por el ascenso llegamos con 22 futbolistas activos y queriendo disputar el encuentro y hubiesen jugado unos u otros no se hubiera notado, lo cual es buenísimo para el entrenador. El compromiso de todos los miembros del grupo durante el confinamiento también fue un aspecto decisivo.
- Habrán sido muchos los detalles que han marcado el camino hacia Segunda. ¿Con qué se queda?
- Sin duda con el compromiso de todos los futbolistas, con las horas que ha echado el cuerpo técnico para tenerlo todo bajo control y con el esfuerzo de gente que está en segundo plano y para los que es fundamentalmente este ascenso y principalmente para Paco y para Manolo.
- Belmonte y Sánchez Breis, el presidente y el director general, son el motor del club. Da la sensación de que usted les conociera de toda la vida y esa buena línea que existe entre los ejecutivos y el entrenador también habrá contribuido a lograr el objetivo...
- Tenemos muy buena sintonía y los dos son muy trabajadores y están contentos con el perfil que yo tengo, por mi dedicación y lo responsable que soy. La relación fluyó con total normalidad desde el comienzo y el nuestro es un vínculo de trabajo muy sano que a veces llevamos al ámbito de la amistad.
"LA CRÍTICA FORMA PARTE DEL FÚTBOL Y ASÍ HAY QUE ENTENDERLO. CADA UNO ES LIBRE DE OPINAR LO QUE QUIERA, PERO YO SUELO DECIR QUE HAY QUE OÍR A TODO EL MUNDO Y ESCUCHAR A POCA GENTE. HABRÁ A QUIEN LES GUSTE MÁS O MENOS EL JUEGO O INCLUSO COMO VAYAS PEINADO"
- Hoy todo son parabienes, pero en sus primeras semanas como entrenador del Cartagena hubo críticas hacia su persona y dudas por algunos resultados adversos, las cuales han quedado disipadas. ¿Cómo vivió aquello?
- La crítica forma parte del fútbol y así hay que entenderlo. Siempre que sea constructiva y con educación la admito y cada uno es libre de opinar lo que quiera, pero yo suelo decir que hay que oír a todo el mundo y escuchar a poca gente.
- ¿Cómo valora su relación con la afición en líneas generales?
- Hemos empatizado muy bien y la afición se portó bien conmigo desde que llegué, aunque luego haya seguidores a los que les guste más o menos el juego o incluso como vayas peinado.
- Pese a su juventud usted tiene experiencia en retos e incluso a nivel internacional, pues dirigió durante seis meses al Asteras Trípolis griego el pasado año. ¿Hasta qué punto le puede servir eso a afrontar lo que le viene?
- En Grecia lo pasé bien y guardo un grato recuerdo de mi paso por allí. A nivel profesional fue una experiencia única en una de las grandes ligas europeas, en Primera División, y el hecho de haber estado ya en el fútbol profesional me va a ayudar.
- En clave 2020/2021, el Cartagena pasa de ser un firme aspirante al ascenso a un equipo recién llegado a Segunda. ¿Hasta qué punto cambia la perspectiva en cuanto a objetivos?
-Hemos estado acostumbrados a ganar cada semana y ojalá sigamos ganando tanto, pero intuyo que eso será muy difícil. A la afición le diría que nos apoye como lo ha hecho hasta ahora, que nos dé cariño y que disfrute de una categoría a la que el equipo se agarrará con uñas y dientes.
"QUIERO QUE NUESTRA PROPUESTA DE JUEGO SEA LA MISMA QUE HASTA AHORA Y MI IDEA NO VA VARIAR INDEPENDIENTEMENTE DE LA CATEGORÍA EN LA QUE ESTEMOS. EL PROPÓSITO ES SER PROTAGONISTAS EN LOS PARTIDOS Y DOMINADORES CON EL BALÓN SIEMPRE QUE PODAMOS"
- Partiendo de la premisa de que la meta a perseguir tiene que ser consolidar al Cartagena en Segunda, ¿qué nos dice de la propuesta futbolística que tendrá?
- Quiero que sea la misma que hasta ahora y mi idea no va variar independientemente de la categoría en la que estemos. Habrá que adaptarse lo más rápidamente posible, pero el propósito es ser protagonistas en los partidos y dominadores con el balón siempre que podamos.
- Para ello, ¿qué plantilla espera tener a su disposición?, ¿habrá muchos cambios con respecto a la que logró el ascenso?
- Está por ver, pero hay muchos jugadores de los que nos han llevado hasta aquí que están capacitados para competir en Segunda. Trabajaremos en la confección de una buena plantilla y a mí me gusta participar de esa labor.
- Borja Jiménez se ha ganado el derecho a continuar, pero no sería descabellado pensar ya en una ampliación de contrato más allá de junio de 2021. ¿Hay algo de eso?
- Tengo un año más de contrato y si tiene que llegar el momento de sentarnos para hablar de ir más allá lo haremos, aunque todavía no es ese momento pues la prioridad es formar la plantilla y llegar preparados al inicio de la próxima Liga.