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tribuna libre / OPINIÓN

Luces y sombras de la ley Celaá

18/06/2020 - 

Como ya es sabido, la Ley Celaá, es un proyecto de Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), que ha sido aprobada por el Gobierno en el Consejo de Ministros, y la misma pasará este miércoles 17 de Junio al Congreso para su debate y tramitación.

Esta Ley, como todas, ha creado mucha polémica en toda la comunidad educativa, porque su propuesta trae consigo cambios significativos en el sistema educativo. Estos cambios están siendo cuestionados por diferentes agentes educativos, mientras que otros simpatizan con ellos, pero como todo, tendrá sus luces y sombras, dependiendo del cristal y el ángulo desde donde se mire.

La ministra de Educación y Formación Profesional, Dña. Isabel Celaá, ha señalado que esta reforma educativa se fundamenta en la inclusión y la equidad del ser humano, con el objetivo de no dejar atrás a ningún estudiante, además de modernizar la profesión docente. Eso está muy bien, pero hay que ser conscientes que la LOMLOE traerá cambios significativos que causarán impacto tanto al alumnado como al profesorado.

Por nombrar algunos ejemplos de ello, en el caso del profesorado, la nueva Ley pretende evaluar su desempeño revisando su formación universitaria, además de hacerles cumplir un año de prácticas tuteladas antes de que puedan ejercer su profesión, esto puede verse como un modo de garantizar la calidad educativa.

En el caso del alumnado en la etapa de primaria y secundaria, se evitará las repeticiones, aplicando en ambos niveles programas de refuerzo para los alumnos con dificultades de aprendizaje. Esto aunque es positivo porque le brinda más apoyo al alumnado, también puede crearle vicios o desmotivaciones que podría derivar en una falta de esfuerzo para lograr la excelencia académica.

La ministra Isabel Celaá. Foto: MONCLOA

En el nivel de Bachillerato, propone que los alumnos que hayan suspendido dos asignaturas en el primer curso, puedan pasar al segundo con las pendientes, pudiéndose así obtener el título de Bachiller por compensación, cuando se aprueben todas las asignaturas menos una. Esta medida que puede ser incluyente y prevenir el abandono escolar, también puede implicar un bajo nivel de exigencia que conlleve efectos negativos a largo plazo tanto en el ámbito profesional como en el ámbito social.

Otra de las modificaciones propuestas, es que se eliminan las pruebas de final de etapa y se recupera la anterior PAU para acceder a la Universidad, lo cual, aunque es práctico, supone un retroceso a la anterior LOE, quien en su momento provocó una disminución en los niveles de rendimiento académico.

Con la LOMLOE, el contenido curricular tendrá un 55% de sus competencias en manos del gobierno, y un 45% en el caso de las comunidades autónomas con una lengua oficial. Esto ha sido criticado negativamente, pues le resta autonomía a los centros educativos, al supeditarlo a los criterios de cada administración educativa.

Otro aspecto polémico de la LOMLOE es que desplaza la asignatura de "Religión" a un segundo nivel, sin efectos académicos, planteando como obligatoria una nueva asignatura "Educación en valores cívicos y éticos", pero este cambio no ha sido consensuado por todos.

Una Ley Orgánica de Educación debería tener el máximo consenso posible de todos los agentes que forman parte de la comunidad educativa y social por lo que no debería plantearse la discusión y la aprobación de una Ley tan importante  en estos momentos tan excepcionales.

La crisis sanitaria ha sido motivo de mucho estrés para diversos sectores, y el sistema educativo no escapa a ello, quedando explícita su necesidad de modernización para alcanzar mejores niveles de excelencia y equidad. La ministra ha asegurado que la nueva ley se fundamenta en esto, y ha ganado la simpatía y aceptación de muchos, pero quienes la miran desde otra óptica no la aceptan, alegando que conlleva a un perenne fracaso escolar y evita la educación basada en el esfuerzo. Ante esta situación, es importante ser objetivos y continuar analizando y discutiendo todos los pro y contras de la misma, para encontrar un punto neutro entre luces y sombras.

Pedro Adalid es doctor en Educación y profesor universitario de Políticas de Calidad Educativa y Planes de Mejora

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