MURCIA (EP). Una revisión de investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) publicada en la revista científica 'Frontiers in Psychiatry' ha examinado la evidencia de que los microbios intestinales podrían desempeñar un papel importante en la anorexia al afectar el apetito, el peso y problemas psiquiátricos como la ansiedad y el comportamiento compulsivo, entre otros.
El estudio también ha examinado el potencial de los tratamientos microbianos para la anorexia, pero destaca que apenas estamos comenzando a comprender la compleja relación entre los microbios intestinales y la enfermedad.
"La anorexia nerviosa es un trastorno psiquiátrico muy común y puede ser increíblemente debilitante o incluso fatal, pero lamentablemente sigue siendo bastante difícil de tratar. Además, ha habido un gran entusiasmo reciente por la idea de que los microbios intestinales afectan muchos aspectos de nuestra salud, incluida nuestra salud mental, y que esta relación es en ambos sentidos", explica la autora principal de la revisión, Ana Ghenciulescu.
Investigaciones anteriores han demostrado que los pacientes con anorexia pueden tener más bacterias que digieren la capa protectora de moco del intestino, lo que hace que el intestino tenga "fugas" y contribuya a la inflamación crónica, que se asocia con síntomas psiquiátricos. Otros microbios que se encuentran en la anorexia pueden afectar el apetito y el metabolismo energético, los cuales pueden contribuir a la anorexia.
Sin embargo, es difícil saber si el desequilibrio microbiano en los pacientes con anorexia contribuye a la enfermedad o si es simplemente un efecto de su dieta dramáticamente restringida. Esta situación de la gallina y el huevo es un rompecabezas, pero los estudios en ratones pueden arrojar algo de luz sobre la situación. Si bien los experimentos pueden parecer un poco extraños, ya que se basan en la fuente más disponible de microbios intestinales, las heces, los resultados son convincentes.
"En un estudio con ratones, los investigadores transfirieron muestras fecales de pacientes con anorexia a los intestinos de ratones sin microbioma propio. Estos ratones ganaron menos peso y desarrollaron comportamientos más ansiosos y compulsivos en comparación con los ratones que recibieron heces de pacientes sanos. Esto sugiere que sus bacterias intestinales alteradas también podrían estar contribuyendo a síntomas similares en pacientes con anorexia", detalla Ghenciulescu.
Si bien estos resultados son preliminares, insinúan la intrigante posibilidad de que apuntar al microbioma podría ser un tratamiento viable para la anorexia. Promover y mantener un mejor equilibrio microbiano puede ayudar a reducir algunos de los síntomas de la anorexia.
Entonces, ¿cómo serían estos tratamientos? Podría ser tan simple como tomar suplementos probióticos, o puede involucrar trasplantes fecales. Sin embargo, la revisión destaca que nuestra comprensión de la relación entre los microbios intestinales y la anorexia está en su infancia. "Todavía no hay consenso sobre cómo se ve un perfil de microbioma 'saludable', y la composición óptima probablemente sea diferente para cada persona. Es necesario trabajar mucho más para comprender el ecosistema microbiano rico y altamente complejo dentro de nuestro intestino", concluyen los autores.