grand place / OPINIÓN

Los señores de la Guerra

18/08/2021 - 

BRUSELAS. La TierraProhibida había quedado aislada de la civilización en el verano del Año I d.C -después de la covid-. Más bien era una isla en el planeta, donde el virus no parecía existir, donde la vida no parecía existir…, al menos para la mitad de su población, la mitad femenina. Todo comenzó, o bien continuó, con la llegada de los Señores de la Guerra, sembrando terror a su alrededor, especialmente para la mitad de la población, para la mitad femenina. De repente, o no tanto, aquella mitad de la población, la mitad femenina, desapareció de sus lugares de trabajo, de las escuelas, de las calles…, se las invisibilizó.

Esto relataba la Tieta en su tarjeta SIM, mientras seguía a la búsqueda de un remedio para la pandemia que no pasara por paralizar el mundo. Aquél mundo, el de la TierraProhibida, no obstante, sí quedó paralizado. El tiempo se detuvo, la historia se paró, las mujeres fueron borradas.

Cincuenta años después, sigue sin ser posible el control sobre el Territorio-EsteMedio. Su gobierno, si es que existe, es una incógnita. Su población pulula entre sus fronteras, debatiéndose entre un reino del medioevo y el reino de ELLA. La necesitan, especialmente para tener el control de las armas autónomas sin depender de la GranFábrica, para tener su propio software.

El mundo pronto le dio la espalda a un territorio incómodo, que les avergonzaba. Tras 20 años de invasión occidental, sólo habían conseguido convertirlo en un Estado fallido, como tantos otros por los que habían pasado con sus ideas de libertad, democracia, igualdad… En algunas zonas del planeta, estos conceptos resultaban ininteligibles. Todavía hoy, el concepto de democracia sigue sin ser comprensible para las últimas generaciones del TerritorioEuropa, aunque fuera su cuna.

Un periodista afgano, relataba bajo el anonimato y el miedo, escondido en aquel tórrido domingo de agosto en que los talibanes conquistaron Kabul, su amarga decepción de Occidente: “Nunca podríamos imaginar que Estados Unidos podría traicionarnos tanto. Se hablaba mucho de valores, se hablaba mucho de progreso, de derechos, de los derechos de las mujeres, de la libertad, de la democracia… Todo eso resultó vacío”. Todo esto ocurrió pocas semanas después de que las tropas del TerritorioAmérica abandonaran el país.

Despegue. FOTO: RLMientras todo esto estaba por venir, el gobierno de la Unión quedó en la más absoluta parálisis por la nueva crisis de refugiados que cruzarían todo el Oriente hasta llegar a la tierra prometida. Sus líderes, incluido el Alto Representante de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, guardaron un notable silencio.

El aeropuerto de Kabul se convirtió en un caos. Una multitud invadió las pistas de despegue, colgándose incluso de los trenes de aterrizaje del primer avión que despegó, en un vano y último intento de escapar de la barbarie. Sus cadáveres poblaron los terrados de la capital, cuál ángel caído…

"Déjalos ir…". Pero, ¿a dónde? Más de 60 países emitieron una declaración conjunta durante la noche en la que pedían a todas las partes que respetaran, y facilitaran la salida segura y ordenada de los extranjeros y afganos que desearan salir del país. Excepto Rusia y China. La pregunta era otra. ¿Qué países iban a acoger a todos esos afganos? Sólo Albania y Kosovo aceptaron una solicitud de Washington para traer temporalmente a refugiados afganos que buscaban visas para ingresar en Estados Unidos.

—Hola, David. ¿Me escuchas? Te dejo esta crónica histórica de los acontecimientos vividos en el último verano antes del CaosPrevio. En aquellos momentos, todo estaba preparado para convertirse en caldo de cultivo para el terror. Los Señores de la Guerra cabalgaban de nuevo…

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