Las comunicaciones de los bancos centrales son siempre un acto de equilibrio, algo todavía más cierto para la reunión del 11 de marzo de la institución europea
MADRID (EP). Las comunicaciones de los bancos centrales son siempre un acto de equilibrio, algo todavía más cierto para la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del 11 de marzo de 2021. El aumento de los precios de las materias primas, una tasa de inflación superior a la prevista en la zona del euro y la cuestión de si el paquete fiscal estadounidense acabará por impulsar la inflación, han provocado un aumento de los rendimientos nominales, lo que ha puesto líneas de preocupación en la frente del Consejo de Gobierno del BCE.
El BCE pretende que las condiciones de financiación sean favorables, con el objetivo final de lograr una tasa de inflación inferior, aunque cercana, al dos por ciento. A estas alturas, sabemos que las condiciones de financiación abarcan un amplio espectro, como los tipos de interés de los préstamos, pero también la curva de swaps sobre índices a un día (OIS) y la curva de rendimiento de la deuda pública ponderada por el PIB, factores que, a su vez, también constituyen la base para fijar el precio de los préstamos a empresas y hogares. Pero cuando la subida de 30 puntos básicos de los rendimientos de los bonos federales a diez años ya desencadena una avalancha de intervenciones verbales, se impone una aclaración.
Por lo tanto, esperamos que la presidenta del BCE, Lagarde, haga hincapié en primer lugar en la flexibilidad del Programa de Compras de Emergencia (PEPP), especialmente en lo que se refiere a un posible aumento si fuera necesario en el futuro. Esto ya forma parte de las observaciones introductorias que podrían reforzarse aún más para demostrar la voluntad del BCE de mantener unas condiciones de financiación favorables.
En segundo lugar, es probable que haga hincapié en el alto grado de incertidumbre económica, que se reflejará en las proyecciones sobre el crecimiento y la inflación. En tercer lugar, aunque el BCE no controle explícitamente la curva de rendimiento en el sentido de mantener constante un determinado rendimiento, es probable que las preguntas giren en torno a la definición de qué niveles de rendimiento siguen siendo "favorables".
En general, esperamos intervenciones verbales significativas. En nuestra opinión, el PEPP es lo suficientemente grande y está diseñado para ser lo suficientemente flexible como para manejar mayores compras semanales sin alcanzar rápidamente sus límites. Por lo tanto, no esperamos que el PEPP sea aumentado o recalibrado. El acto de equilibrio comunicativo del BCE consistirá en dejar esto claro mientras mantiene los rendimientos bajo control.
Ulrike Kastens es economista de DWS