BRUSELAS. El cielo siempre es azul aquí arriba. Y el sol luce brillante, desafiante, sin pudor. Nada que ver con lo que se cierne bajo la capa de ozono. Desde que se desató la guerra del cambio climático, la IIIWWCC (III World War Climate Change), en los años 30, tras el fracaso de los objetivos de París 2030, el aire ya no era igual. Se había ido convirtiendo en irrespirable, hasta que fuimos evolucionando genéticamente para adaptarnos al medio. Hay quien dice que la vacuna ARN-m nos ayudó, y otros lo achacan a la transformación de la sociedad y su engranaje virtual.
Al principio no nos dimos cuenta, porque seguíamos respirando nuestro propio dióxido de carbono a través de las mascarillas y las salidas al exterior se fueron reduciendo a los trabajos esenciales con los equipos de protección adecuados. Fue por poco tiempo, porque las R-Kelly’s sustituyeron al ser humano, el que había sobrevivido al los covid-19, covid-21 y covid-27, los más letales…
Las R-Kelly’s son hijas de los primeros robots que llegaron en el invierno de 2021 a limpiar las salas covid de los hospitales en el Territorio-Europa. Ante una pandemia que no parecía remitir, en lo que fue su cuarto brote, la Comisión se adelantó a una posible revolución entre el personal sanitario y esencial comprando los primeros 31 robots para desinfectar las habitaciones de los pacientes y contener la difusión del coronavirus.
Los dos primeros robots llegaron a Eslovenia y, posteriormente, otros 29 fueron repartidos entre los hospitales públicos de Bélgica, Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, España, Croacia, Lituania, Luxemburgo y Países Bajos. Fue un experimento piloto. Estos robots podían desinfectar una habitación de tamaño estándar en 10 minutos, usando rayos ultravioleta. Y funcionaban en 18 habitaciones con una sola carga -aún usaban baterías recargables en la red, como los coches eléctricos de primeros de siglo-.
El objetivo era asegurar un ambiente esterilizado en los hospitales sin exponer a los trabajadores a un riesgo innecesario, dado el alto número de bajas que seguía padeciendo el personal sanitario de primera línea, expuestos a una enorme carga viral en las instalaciones para enfermos de covid-19.
Se trataba de un proceso físico, en lugar de químico, lo que era más seguro y evitaba a los limpiadores coger, transportar o guardar productos químicos peligrosos, tóxicos o corrosivos. El trabajador limpiador dirigía el robot de forma remota a través de una aplicación móvil y desde fuera de la habitación contaminada, con lo que ni personal sanitario ni auxiliar estaban presentes durante el proceso de limpieza.
La pionera fue una compañía danesa, UVD Robots, a la que la Comisión EU compró los robots para ayudar a los Estados miembros. En aquel primer momento, destinó 12 millones de euros para la compra de 200 robots, las Robots-Kelly’s.
Parece ser que David ha salido de su cuarentena, tras volver de la FronteraNorte. El Consell ha anunciado la apertura temporal de las terrazas en la ZonaZero-VLC. Desconozco las condiciones, porque si hay una tormenta de ozono, tal vez no podamos vernos allá arriba ni con la mascarilla FPP14. Tendremos que quedar de nuevo en holograma…
-Hi, David… ¿Me oyes? Estaba pensando en nuestra próxima cita. Espero que tu chip funcione mejor que el mío, ahora que has vuelto a estar operativo tras la cuarentena…
-Hola, Laura. Estoy operativo y a salvo. Las R-Kelly’s ya han pasado por mi habitáculo. El protocolo de seguridad pre-contagio ha finalizado. Y, si el gobierno ha dicho que abre las terrazas, pues nos veremos. No digo más. Apúntalo…