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XEITO I ESPENTA / OPINIÓN

Las cosas de comer

A veces los análisis políticos son más sencillos de lo que parece. En la Comunidad de Madrid no ha habido voto ideológico. Tampoco se puede reducir al voto del berberecho. El vuelco en el tablero madrileño se basa en la "normalidad" de la economía abierta de Isabel Díaz Ayuso y en el enfrentamiento a las decisiones de la gestión de la pandemia con sus correspondientes restricciones del Gobierno de Pedro Sánchez

9/05/2021 - 

MURCIA. Voto transversal. Díaz Ayuso ha acaparado el voto de Ciudadanos, también de Vox y lo que sorprende, del PSOE. Que el mapa madrileño esté vestido de azul en su practica totalidad es sintomático del rechazo a la gestión de Sánchez y a esa idea fuerza, que dicen los politólogos, como ha sido la apuesta por la libertad. Muchos se reían pero ahora esa sonrisa está congelada. A los socialistas y a la izquierda en general, hasta sus feudos y bastiones tradicionales, le han dado la espalda. En todos los distritos y barrios madrileños ha ganado el PP y el denominado cinturón rojo del sur de la comunidad ha ocurrido otro tanto. En Ferraz no dan crédito porque no lo vieron venir o no lo quisieron ver. Se enrocaron en dar una batalla ideológica cuando se estaba dirimiendo, les guste o no una gestión frente a la pandemia. La inicial omnipresencia de Pedro Sánchez en campaña, la improvisación del candidato Ángel Gabilondo, el seguidismo de la pauta de Pablo Iglesias les llevó al descontrol. A su vez Iglesias no pudo parar la fuerza de su ex Iñigo Errejón y su candidata Mónica García. Entró al cuerpo a cuerpo con Vox pensando que le daba votos. 

El caso de Madrid. Ahora todos están en la posibilidad de extrapolar los datos madrileños en clave nacional. Es sabido que todas las comunidades tienen su peculiaridad. En Madrid revertir el voto para la izquierda es complicado desde hace veintiséis años y no terminan de dar ni con la clave ni con el candidato. Por otra parte el PP de Madrid es distinto al de todo el país. Y si le sumas la inusitada potencia de Díaz Ayuso el resultado ha resultado hasta sorprendente. No es Alberto Núñez Feijóo ni Juanma Moreno, ambos más moderados y centrados. Y todos de distinta manera han arrastrado el voto de Ciudadanos. En Moncloa y Ferraz se apuran a desligarse de este resultado, dicen que es distinto y recuerdan Cataluña donde ganó Salvador Illa y su mayoría de gobiernos autonómicos. Lo que sí es cierto, como pasa con los encuestas, menos la desprestigiada del CIS gracias a José Félix Tezanos, es que se marca una tendencia en el medio plazo. Ni el PP se debe encantar ni el PSOE sentirse acabado. Siempre hay un término medio para unos y para otros.

El Tablero

PSOE: Pedro Sánchez tiene un problema. Primero ha sido un error de campaña bajar a la arena y al barro frente a Díaz Ayuso que demostraba la poca confianza en Gabilondo. Cuando sufres una derrota de ese calibre se produce algo clásico en política. No se asumen las responsabilidades. Ahora vemos cómo se pasan la pelota entre Moncloa, Ferraz y la siempre débil Federación Socialista Madrileña. Algunos piden crisis de Gobierno, otros dimisiones, pero todo con la boca pequeña. En estos momentos, Sánchez solo cuenta con una seguridad, el poder que le da la Presidencia del Gobierno. Tendrían que cambiar muchos los acontecimientos para que adelantase las elecciones generales. Al final la salida inopinada de Pablo Iglesias fue un respiro momentáneo y la operación de la moción de censura en Murcia fue otro patinazo. Además, no han sabido recoger el voto joven y de las clases urbanas que se lo ha llevado una pro activa Mónica García de Más Madrid que le ha superado en votos. Tampoco contemplaron que una participación masiva suponía apoyos para PP. Infravaloraron a Díaz Ayuso por su gestión, por su discurso, y por considerarla un elemento cuasi folclórico. Iván Redondo, que se volcó en la campaña como gran estratega, ha sufrido un revolcón considerable. Estéticamente ver un mapa azul al completo es una losa de la que necesitan reinventarse pensando en el corto y medio plazo.

PP: Pablo Casado empieza a descontar tiempo. Ahora tendrán que reposar resultados y estrategias a futuro. La impaciencia y el entusiasmo desmedido deberán controlarlo. Moncloa todavía está lejos. Casado promovió a Isabel Díaz Ayuso con la sorpresa de propios y extraños. Nadie daba un duro por ella. Ahora resulta que es el icono de la derecha. Casado tendrá que compatibilizar ese protagonismo presente con sus posibilidades. Es sintomática la escenificación de la noche electoral. Un primer saludo de los dos para visualizar ese futuro nacional y después con los demás cargos, y todo en un balcón de Génova que tiene los días contados. Ahora se aprestan a recoger a las víctimas del naufragio de sus otrora socios de Ciudadanos y a convivir con Vox, ese socio incómodo. En Madrid, Díaz Ayuso ha logrado entre otras cosas que no sean del todo necesarios para gobernar por su victoria incontestable. Deberán medir cual es su relación con la formación de Abascal porque puede ser una suma peligrosa pensando en el futuro autonómico y nacional.

Vox: Santiago Abascal, compuesto y sin argumento. Hicieron una campaña muy agresiva buscando el enfrentamiento polarizador con Pablo Iglesias para recoger votos a la contra. Se sabían seguros de su electorado que estimaban iba a crecer. También infravaloraron la fuerza de la candidata popular. Creían que iban a ser más decisivos. Evidentemente Díaz Ayuso les va a necesitar para cuestiones tan importantes como la elaboración de los Presupuestos, pero antes para facilitar la investidura. En apariencia parece que sin condiciones, pero en política nadie da nada gratis. Ahora hasta se dejan querer para entrar en el Gobierno y seguro que algo más pedirán.

Unidas Podemos: Pablo Iglesias, retirada planificada. En la campaña se le veía desganado, sin fuerza, como entregado a ese futuro que muchos preveían. El número en el debate de la SER que le puso en bandeja Rocío Monasterio fue todo un síntoma pero no un efecto que se recogiese en el voto, aunque sí consiguieron arrastrar al PSOE a su discurso. Al final ninguno salió favorecido. Cuando dejó el Congreso y ungió a Yolanda Díaz como heredera y vicepresidenta no resolvía su sucesión. Díaz no es militante de Podemos, proviene en origen del Partido Comunista y con algún que otro problema con Izquierda Unida. Ya se avecina pelea, porque la ministra Ione Belarra parece que dará la batalla para lograr liderar la formación. Aunque podría ser una bicefalia. Veremos qué ocurre. Cuando en una formación el hiperliderazgo es tan acusado como ha sido el caso de Iglesias la sucesión siempre es complicada. Recordemos que en tiempo se habló de Irene Montero como el futuro de la formación. Al final, también ha habido en silencio una retirada a tiempo. Y otro asunto no menor. Ahora Iglesias no tiene el paraguas del aforamiento por si las cuitas judiciales vinieran mal dadas.

Ciudadanos: Inés Arrimadas y la huida hacia ninguna parte. Como en el PSOE, la autocrítica ha brillado por su ausencia. Da la sensación de liquidación por derribo. Solo queda por ver si es a corto o medio plazo, aunque se empeñen en no verlo. Todo su caudal lo ha recogido el PP y eso no admite otro análisis. Les toca refugiarse en sus exiguos diez escaños en el Congreso. Ya están temblando pensando que Juanma Moreno adelante comicios en Andalucía y se diluya su fuerza que le permite gobernar en coalición con el PP, como ocurría en Madrid. Tras el resultado madrileño continua la fuga de sus militantes a las filas populares, algunos incluso esperan cargos prominentes. Arrimadas se resiste a tirar la toalla e insiste en la necesidad de mantener un partido de centro. Lo que pasa es que el electorado en esta ocasión le ha dado la espalda y Madrid es una plaza muy importante. Necesitan hacer un profundo análisis y tomar decisiones. Tienen difícil la reinvención y les han dejado sin argumentos para mantener acuerdos con un PSOE tocado por estos comicios. Aunque en política nunca se puede decir que uno está muerto. A alguno hemos visto resucitar cuando nadie daba nada por él.

Las frases de la semana

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid: "Lo que ha sucedido en Madrid ha trascendido las siglas del PP". ¡Se sabe poderosa y deberá medir sus tiempos y los del PP. Miguel Ángel Rodríguez le ha ganado la partida a Iván Redondo. Los fontaneros y estrategas siempre son importantes por sus errores y aciertos!

Pablo Casado, presidente del PP: "Isabel es puro PP, es Partido Popular por los cuatro costados. Yo quiero ser la media entre Feijóo y Ayuso". ¡Siempre da explicaciones sobre el perfil del partido e incluso de su liderazgo. Tiene dos serios competidores que de momento están con él!

José M.ª Aznar, expresidente del PP y del Gobierno: "Isabel Díaz Ayuso es una gran esperanza para todos". ¡Y encima el jarrón chino empujando. Tiene demasiados herederos y le gusta apadrinarlos!

Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno: "El fascismo en ocasiones llega disfrazado con la bandera de la libertad. Para un socialista es dificilísimo hablar de cañas de ex y de berberechos". ¡Explicación nerviosa de la pérdida. Necesitan análisis y estrategia urgentes!

Pablo Iglesias, ex de todo: "Cuando uno deja de ser útil tiene que saber retirarse. No voy a ser un tapón. Me han convertido en un chivo expiatorio que anima los instintos más oscuros". ¡Pirueta en la despedida planificada. El canto del cisne cuando no sacas buenos resultados!

Iñigo Errejón, líder de Más País: "Pablo Iglesias ha sufrido un acoso intolerable. Ha jugado un papel decisivo en la historia de España". ¡Este reconocimiento desde tus buenos resultados es toda una victoria personal y política. Al menos en Madrid le ha ganado la partida a su otrora amigo y colega!

Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos: "Este partido es de personas valientes que no tiran la toalla. España es un país mejor con Ciudadanos". ¡Se le alaba las ganas, pero lo tiene muy difícil. El futuro de su formación está en entredicho porque se está desangrando con malos resultados electorales y sus constantes fugas de militantes y cargos!

Isabel Bonig, una política honesta: "Libre fui para entrar y libre soy para salir. Nunca pedí un puesto. He trabajado y seguiré trabajando porque se puede hacer política de muchas formas. Espero que la política siga siendo confrontación de ideas y se reconozca el derecho del adversario a ser escuchado". ¡Todo un carácter, y en política estamos ayunos de eso. Comprometida, aguerrida y peleando por su PP en momentos de gran zozobra. Ejemplo para muchos y respetada por sus adversarios. Vehemente, tierna y trabajadora. Y finalmente víctima de los tiempos e intereses de la política!

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