CASTELLÓN. Los técnicos de inspección fitosanitaria del ministerio de Agricultura ubicados en el puerto de Castellón han frenado este año la entrada de cuatro cargamentos infectados del hongo denominado mancha negra, una enfermedad que deja inservible la fruta para su uso comercial y que no está presente en España.
Según han confirmado fuentes ministeriales a Castellón Plaza, las cuatro partidas interceptadas (confirmadas posteriormente en laboratorio) llegaron el 2 y el 17 de octubre, procedentes de Argentina y de Uruguay, los dos países que han remitido este año cítricos hasta Castellón fuera de la campaña local.
Resulta curioso que ambos países latinoamericanos se repartan a partes iguales las partidas contaminadas por la Phyllosticta (Guignardia) citricarpa, nombre científico del hongo. Y es que Argentina ha remitido este año el 86% de las 30.000 toneladas de naranja que han llegado al puerto y Uruguay tan solo el 12%, procediendo la diferencia restante de otras zonas.
Este 2019 ha sido el primer ejercicio en que se ha dado esta problemática en el recinto portuario castellonense. De hecho, desde 2015, cuando se inició la importación de fruta y el departamento de Inspección de Sanidad Vegetal en frontera del Ministerio de Agricultura la analiza en busca de "organismos nocivos en cítricos", solo se había producido una detección: en 2018, también por mancha negra.
La noticia llega en pleno debate sobre la importación de fruta con enfermedades a la Unión Europea, algo que trata de evitar, por ejemplo, Sudáfrica con el envío a países con inspecciones más laxas que las españolas. Pero esto no evita una gran cantidad de interceptaciones en Europa. Solo en octubre, Argentina remitió cuatro partidas contaminadas (dos de ellas a Castellón) por mancha negra. Sudáfrica remitió las mismas a otros puntos de la geografía europea, con además otras siete interceptaciones de falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta).
Y es que en este punto colisionan muchos intereses. Por una parte está la actividad empresarial, ya que la llegada de fruta permite mantener la actividad en los almacenes hortofrutícolas fuera de la temporada local. Por otra, y en lo que se refiere a la producción, las organizaciones de agricultores reclaman la misma intensidad en las inspecciones en el resto de puertos del Viejo Continente -algo que no se da hoy en día- para frenar la entrada de plagas que amenazan sus cultivos.
En este sentido, para evitar que se propaguen las enfermedades, desde el ministerio de Agricultura señalan que, una vez detectada una plaga, la partida infectada o bien se devuelve a origen o se reexpide a otro país no comunitario que no sea productor de cítricos. En los cuatro casos castellonenses, desde la Comisión Europea concretan que la entrada de la fruta "ha sido rechazada".
Desde el Ejecutivo comunitario, con el que también este diario se ha puesto en contacto para obtener la información, señalan que, una vez interceptada una partida infectada, el Estado que lo lleva a cabo se lo comunica "a la Comisión y a los demás estados miembros de la UE". Asimismo, también "se notifica inmediatamente al tercer país afectado para que haga un seguimiento de la causa de la interceptación".
Con la información conjunta de toda la Unión Europea, "la Comisión discute cada mes con los estados miembros las interceptaciones y las acciones de seguimiento en el Comité Permanente", pero no parece que esto esté teniendo demasiado calado. Según ha denunciado la Unión de Labradores recientemente, hasta octubre de este año han sido detectadas un 17% más de partidas de cítricos infectadas en los puertos europeos: 124, por las 106 de 2018. En total, el año pasado la Unión Europea detectó 1.716 envíos con organismos nocivos en las importaciones de países terceros.