MURCIA. Lo de Juanjo Martínez Cánovas con la muerte es, según sus palabras, "una obsesión". Pero no de ahora, ni desde que comenzó a hacer su tesis sobre los artistas murcianos que han abordado este tema en su obra; desde que era un niño. Con su exposición Splendor Lucis Aeternae -que se inaugura este martes (20.30 horas) en el centro Puertas de Castilla de Murcia- el artista murciano no sólo se enfrenta a una idea que le atormenta "en una especie de ejercicio de autocuración", sino que además lo hace desde el sentimiento y el respeto. Porque la muerte - y la vida- de la que habla en esta muestra es la de su propio abuelo, Juan Martínez Cánovas, en cuya exhumación estuvo presente.
Splendor Lucis Aeternae -que es el primero de los proyectos artísticos que ve la luz impulsado por el programa Reactivos Culturales del Ayuntamiento de Murcia en apoyo del sector durante la crisis del coronavirus- supone un interesante ejercicio plástico para "sacar a la luz lo olvidado", que es lo que realmente significa la palabra 'exhumación'. Fue, además, en una de estas prácticas funerarias donde se encuentra el origen de la exposición. En este sentido, Martínez Cánovas explica que cuando murió su abuela en octubre del año pasado, se exhumó a su abuelo, muerto en la década de los ochenta, para poder enterrarlos juntos. El artista, junto a unos pocos miembros de su familia, estuvo presente cuando abrieron el ataúd y pudieron ver el cuerpo momificado y las ropas con las que fue enterrado en perfectas condiciones. "Sin ninguna intención", el artista tomó unas fotografías.
Más tarde, en la casa de la abuela descubrieron numerosas pertenencias del que fue su marido, como rollos de películas rodadas en Súper 8 en los años 70 con escenas familiares; cuadernos con sus anotaciones como guardia civil en Barcelona, en los que apuntaba todos los detalles de los casos que había investigado, como parricidios, tráfico de drogas, incendios y hasta alguna profanación de tumba; o una serie de fichas de detenciones que había realizado... Y así, con todo este material como punto de partida surgió Splendor Lucis Aeternae, como un viaje que va en sentido contrario, de la muerte a la vida.
Así, por ejemplo, en esta exposición una videoinstalación recrea una salita de estar de los años 70, con el papel pintado característico de la época y mobiliario antiguo (parte es original de la casa del abuelo), en la que se proyectan las películas que encontraron y que han sido posteriormente digitalizadas. Otra de las piezas muestra unas paredes cubiertas con la documentación encontrada y ocho retratos del fallecido lo presentan al espectador desde que era joven hasta poco ante de morir. También se pueden contemplar dos pinturas al oleo de la exhumación, concretamente un retrato y una mano, así como un dibujo de gran tamaño.
Completa la exposición una instalación consistente en la escultura de un cuerpo tumbado sobre la tierra -para el que el artista se ha usado a sí mismo como molde- y vestido con un traje del abuelo; así como distintas vitrinas con pertenencias del difunto sobre el que gira este proyecto, como la cámara de Súper 8 original, su clarinete, sus gafas, el DNI,...
Juanjo Martínez Cánovas entiende que el espectador, desde fuera, pueda sentir un cierto morbo hacia todo lo relacionado con la muerte que se puede ver en Splendor Lucis Aeternae, pero él asegura que ha hecho esta exposición desde el sentimiento y como una especie de homenaje de su abuelo, del que tenía pocos recuerdos.
"Hay muchos tabúes relacionados con la muerte y quizá se deban romper para que no se convierta en una obsesión como lo es para mí", considera el artista, quien manifiesta su miedo a desaparecer y sobre todo a que "se pierda toda la información y todos los sentimientos que tengo en el disco duro de mi cabeza". En ese sentido, apunta a que el arte puede ser una salvación, ya que hace perdurar algo de uno mismo a lo largo del tiempo. "Para mí sería un alivio saber que un cuadrito mío se quede expuesto en algún sitio", asegura este artista que aborda en Splendor Lucis Aeternae la muerte, la luz, la huella en el tiempo y la necesidad inexorable de permanecer, de una manera u otra. Todavía no sabe si esto le ayudará.