BRUSELAS (EP). La Comisión Europea ha firmado este jueves el nuevo contrato de compra con BioNTech y Pfizer para contar con 900 millones de vacunas contra el coronavirus para toda la UE en el periodo 2022-2023, con una opción de compra por otra cantidad equivalente, lo que podría elevar el contingente total hasta las 1.800 millones de dosis.
El acuerdo, que fue anunciado el pasado abril y aprobado por el Colegio de Comisarios a principios de mayo, es el tercer contrato de compra que firma Bruselas en nombre de los Veintisiete con estos laboratorios.
Con esta compra, la Unión Europea espera no solo aumentar la cantidad de dosis disponibles para reforzar la inmunidad de la población, sino también prepararse mejor ante el riesgo de nuevas variantes peligrosas y contar con recursos suficientes para la vacunación de menores.
Entre las condiciones del nuevo contrato figura que las vacunas se hayan producido en fábricas instaladas en la Unión Europea y que los componentes esenciales utilizados para su elaboración tengan también origen europeo.
También recoge que el suministro a los países de la Unión Europea debe estar "garantizado desde el inicio de 2022", según ha señalado en un comunicado el Ejecutivo comunitario, que sostiene que la cooperación con estos laboratorios ha quedado "consolidada" durante la ejecución de los dos contratos previos y los ajustes que se han hecho para adaptar el sistema a la situación.
El nuevo contrato, además, refuerza el poder de los Estados miembros a revender o donar las dosis que le corresponden en el marco del tercer acuerdo a otros países de fuera de la UE con carencia de vacunas o de redistribuirlas a través de la plataforma internacional Covax para ayudar a países vulnerables.
"Debemos ir un paso por delante del virus y para ello es necesario tener acceso a vacunas adaptadas, que nos protejan de la amenaza de las variantes, y también de dosis de refuerzo que nos permitan prolongar la inmunidad y proteger a los más jóvenes", ha resumido la comisaria de Salud, Stella Kyriakides.
La comisaria ha recordado que la estrategia de Bruselas se centra ahora en tecnologías nuevas que han demostrado su calidad, como la de ARNm, aunque ello no impide que el Ejecutivo comunitario esté "abierto a otras opciones".