BRUSELAS. De la Información Transformada se llegó a la Realidad Transformada. No se tardó mucho. Ni siquiera fue cuestión de tiempo o de legislación. Por supuesto que tampoco hizo falta un Estado de Alarma ni un Certificado Digital intimidatorios. La ausencia de análisis estaba fuera de toda discusión. La creencia ciega era el objetivo final a alcanzar.
Todo comenzó por difundir información sin contrastar e incluso sin leer desde los perfiles en las redes sociales. En todo caso, ya estábamos acostumbrados a que los algoritmos y los buscadores de las plataformas digitales eligieran por nosotros en base a una supuesta preferencia. La tácita aceptación de la sustitución de nuestra voluntad fue meramente inconsciente. Si la máquina puede hacerlo por ti…
Uno de los medios de comunicación más importante del Territorio-EuropaSur lo había anunciado a sus suscriptores como una buena nueva. La información transformada en imágenes evocaba la tan manida frase: una imagen vale más que mil palabras. Si la imagen era real. pero aquí no sólo se trataba de fotos, sino también de vídeos fáciles de manipular y de infografías, con una interpretación subjetiva previa y una construcción de un relato que no daba opción a contrastar fuentes fidedignas.
Era así como se nos pretendía vender la nueva información, como se iba a comunicar y difundir la OtraRealidad. Y así es como llegó la aceptación universal de la NuevaNormalidad. De ahí a matar al mensajero sólo había un paso. Como los ataques a periodistas del presidente de Eslovenia, la censura de prensa en Hungría, el asesinato de una periodista en Malta Y, como norma, los insultos y desautorizaciones a los informadores en las redes sociales.
La Unión Europea condenó estas señales de alarma y levantó un muro contra las fake news y la desinformación que, sin embargo, estaba construido por los señores de los algoritmos. El gobierno del Territorio-Europa delegó en Google, Twitter o Facebook el Fact Check, el control de las noticias falsas en internet. Se convirtieron en los guardianes de la verdad.
De ahí a los nanolectores de la mente sólo había un paso. Ya se había dado, aunque tardarían unos pocos años en implantarse. El gurú de LosOtros, Pedro Baños Bajo, ya lo advirtió: “Por si el control de la mente no era suficiente para manipular a las personas, el siguiente paso es hacerse con nuestro cerebro. Nuestros pensamientos serán transparentes y alterables”. No le dio tiempo a pasar al OtroLado…
Lo contaba en Tendencias21 Eduardo Martínez de la Fe. “Nanopartículas pueden inundar el cerebro humano para interactuar con los 80.000 millones de neuronas y tratar enfermedades como el Parkinson o Alzheimer. También podrán manipular nuestros comportamientos y opiniones”. Por aquélla época, investigadores de la Universidad de Miami desarrollaron nanopartículas magnetoeléctricas (MENP) que, integradas en el torrente sanguíneo humano, podían llegar al cerebro, registrar la actividad mental de una persona y traspasar esa información a un ordenador externo.
Así fue como, poco a poco, llegó también la ciencia, para ayudar en el propósito. Lo que comenzó por una lectura neuronal para diagnosticar currar enfermedades, pasó a formar parte de un programa militar que investigaba el uso de señales acústicas, ondas electromagnéticas, nanotecnología, neuronas mejoradas genéticamente y rayos infrarrojos. El otro objetivo: permitir que un único soldado controle con su mente enjambres de drones habilitados para Inteligencia Artificial.
—¿Pasaste el control de las MENP, David? Te va a hacer falta para tu visita al Territorio-Panarab, especialmente si tienes que cruzar el Canal de Suez. Desde el 2021 que sigue obstruido por un megabuque-contenedor que convirtió el estrecho en un mar de chatarra, parece el desguace de Pulp Fiction. Por cierto, cuidado con el Señor Lobo.
—No hay problema, Laura. Tengo la Green Card y la Black Card. Los MENP, ya instalados. En breve me pongo en órbita y a descansar. Si la máquina puede pensar por ti…