Los constructores esperan un cambio de tendencia en los próximos meses, que será progresiva conforme se controle la pandemia
MURCIA. La pandemia, y sobre todo el confinamiento que se produjo el año pasado, hicieron que los murcianos mirasen con otros ojos su casa, ya que pasaron en ella más tiempo que nunca, aunque esta tendencia no derivó en que le dedicasen más recursos a reformarlas. Al menos eso se desprende de la caída que se produjo en las peticiones de licencia de obras y declaraciones responsables que recibió el Ayuntamiento de Murcia en 2020.
En todo el año pasado, los murcianos pidieron 5.070 licencias de obras y declaraciones responsables, 1.201 y 3.869, respectivamente. Esto supuso casi un 30% menos que en 2019, cuando fueron 6.877 (1.490 y 5.387). En el año previo al golpe de la pandemia, uno de cada diez vecinos del municipio hizo reformas en su vivienda, concretamente el 14,8% de los propietarios, según recoge el apartado de modificaciones y alteraciones de viviendas del padrón, que desglosa que Murcia contaba con 459.792 habitantes, 6.280 más que el año anterior, a fecha de 1 de enero de 2020.
La construcción de obra nueva también sufrió un parón el año pasado, cuando en 2019 empezaba a recuperarse del golpe de la crisis económica que se había iniciado en 2008, aunque en el centro de Murcia curiosamente se incrementó la apuesta por la rehabilitación de edificios históricos para dedicarlos a viviendas de lujo. En cuanto a otras zonas del municipio, al igual que en el resto de la Región, las nuevas promociones se pararon en seco, algo que los constructores esperan que cambie este mismo año, en cuanto se controle la pandemia.
Lo cierto es que a principios de 2020 llegó el golpe del coronavirus, lo que provocó un frenazo en la economía e incluso que en la Semana Santa del año pasado se parase toda la actividad, lo que incluyó a la construcción. Esas dos semanas, el sector se congeló, aunque el de las reformas y rehabilitaciones tuvo que esperar hasta principios de mayo para reactivarse, ya que el Gobierno no permitía que se obrase en edificios habitados.
La construcción de obra nueva también se paró el año pasado, cuando en 2019 empezaba a recuperarse del golpe de la crisis económica, aunque en el centro se incrementó la apuesta por la rehabilitación de edificios históricos para viviendas de lujo
Quizá por ese parón y por el posterior miedo a invertir, los murcianos dedicaron menos recursos a sus viviendas durante el año pasado. A la caída de las licencias de obras se les sumó el de las declaraciones responsables, que son un documento que pueden presentar los promotores manifestando que sus proyectos cumplen todos los requisitos necesarios para iniciar una obra y que surte efecto desde el mismo día de su presentación, "por lo que es una figura muy empleada porque dota el proceso de mucha agilidad", explican fuentes municipales.
Pese al parón en la construcción y en las reformas el año pasado, los murcianos cuidan cada vez más sus casas, por lo que es posible que haya un despegue importante en la petición de licencias este año, aseguran fuentes del sector de la construcción.
Pese a que la pandemia lastró hace un año el buen crecimiento que tenía el sector de la obra nueva y las reformas, los murcianos se preocupan cada vez más de sus hogares. Y muchos están buscando un nuevo patrón. Y es que, según varios estudios, se decantan cada vez más por viviendas más grandes en el centro o con jardín (bien individuales, bien en residenciales con amplias zonas verdes) y alejadas del centro urbano, así como en el campo. Una búsqueda que se centra en el extrarradio. Y es que el confinamiento que provocó el coronavirus ha cambiado los gustos de los murcianos con respecto a su hogar ideal.
Pero no son los únicos cambios que se han producido en el sector inmobiliario. Los extranjeros que buscan viviendas en la costa de la Región han cambiado. El nuevo perfil es el de personas más jóvenes, con dinero para gastar y que pueden teletrabajar, por lo que eligen la Comunidad como escenario perfecto.