El experto tiene claro que son buenas noticias que en los últimos días se hayan distribuido más de 1.000 millones de vacunas en todo el mundo
MADRID. Mientras que en Estados Unidos, Reino Unido y últimamente también en Europa se ha progresado considerablemente en las campañas de vacunación, el aumento del número de casos, las nuevas variantes del virus y los recientes confinamientos han puesto en peligro la continuación de la recuperación económica. En particular, el fuerte aumento del número de positivos en India ha generado últimamente nuevas dudas sobre si la aceleración de la economía mundial podrá mantenerse. Es de prever que continúe el tira y afloja entre el progreso de las vacunas con la apertura progresiva de la vida pública y el incremento de nuevos casos; en este contexto, las bolsas mundiales empezaron la última semana de manera desigual.
Son buenas noticias que en los últimos días se hayan distribuido más de mil millones de vacunas en todo el mundo, sobre todo por la presencia de las distintas variantes de la covid-19 especialmente en los mercados emergentes. A pesar de la incertidumbre, la aceleración económica parece estar ganando impulso (véase el gráfico de la semana) y las bolsas mundiales y estadounidenses alcanzaron nuevos máximos históricos pese a la volatilidad reciente.
Además del paquete de rescate de la Casa Blanca por valor de 1,9 billones de dólares, el presidente Biden presentó al Congreso un plan de gasto adicional de 1.800 millones de dólares. Asimismo, son de destacar los numerosos indicadores alternativos de alta frecuencia de los EE. UU, de los que se desprenden señales de crecimiento positivo. El indicador económico semanal de la Reserva Federal de Nueva York apunta a que el crecimiento en EE. UU. es superior al de las previsiones del consenso.
El ritmo más rápido de vacunación también se está notando en Europa. El Índice de Gestores de Compras (PMI) de la zona euro apunta a una recuperación económica más fuerte en los próximos meses. En Reino Unido, el indicador adelantado incluso alcanzó su nivel más alto desde 2013, reflejando la demanda acumulada tanto de los consumidores como del sector empresarial. Y con la relajación de las restricciones, el sector de servicios superó al manufacturero en Reino Unido por primera vez desde el inicio de la pandemia, y subió hasta su nivel más alto desde 2014. Esta evolución también se observa en el índice Ifo de clima empresarial de Alemania, que mejoró por tercera vez consecutiva, pero al mismo tiempo también refleja la tensa situación mundial de las cadenas de producción.
El encarecimiento de las materias primas -el cobre alcanzó un nuevo máximo de 10 años-, así como la subida de precios de los insumos sugieren que se acumularán las presiones inflacionistas en un futuro próximo. Los responsables de los bancos centrales internacionales deberán estar muy atentos a esta dinámica alcista de la inflación: en EE. UU., las expectativas inflacionistas subieron a un nuevo máximo desde abril de 2013. La Reserva Federal contempla un panorama económico positivo, pero no ve necesario normalizar su política monetaria, al igual que el Banco de Japón. El Banco Central Europeo ratificó recientemente sus decisiones de marzo, entre ellas, la de mantener el mismo nivel de compras de bonos. No obstante, es interesante observar que el Banco de Canadá ha sido el primer banco central importante que ha decidido reducir sus compras de bonos.
La temporada de resultados empresariales del primer trimestre estará en plena ebullición, después de que un 35-50% de las empresas estadounidenses y europeas ya los hayan anunciado en la última semana. Hay unas buenas indicaciones de que los resultados de las empresas serán mejores de lo esperado; un signo, entre otras cosas, de que los mercados bursátiles deberían de mantenerse bien respaldados pese a las elevadas valoraciones.
Ciertamente, las dudas están justificadas: los indicadores técnicos del mercado a corto plazo señalan una situación de sobrecompra de la renta variable mundial, además de un posicionamiento alcista. También los efectos estacionales ('sell in May') podrían indicar que nos encontramos en una fase de mercado más volátil. No obstante, aunque muchos indicadores transmiten señales de alarma desde hace un tiempo, podría tratarse simplemente de una pausa temporal de la tendencia alcista a largo plazo, dada la mejora de los datos fundamentales y la abundante liquidez (proporcionada por los bancos centrales).
¿Hay motivos para preocuparse? Sí, pero también motivos justificados para seguir siendo optimistas.
Stefan Scheurer es director global Capital Markets & Thematic Research de Allianz Global Investors