MURCIA. Aquellos que piensan que el rock está muerto o en coma, es porque no se dan una vuelta por la actualidad musical. No paran de aparecer nuevos combos con grandes canciones, que es lo verdaderamente importante, y con ganas de no dejar que el barco se hunda. Uno de ellos es de Alicante y ha sorprendido a todos. Bicho Raro han llegado al panorama para seguir creyendo en el rock.
El cuarteto, nacido en la cuarentena, ha editado tres sencillos; Con pocos detalles, Caer y levantar e Imaginemos. Los alicantinos llegan dispuestos a editar álbum y gira. Me siento con tres de sus componentes para hablar de todo ello. Larry, guitarra del combo, recuerda cómo se gestó la banda. “Óscar y yo estábamos en un punto de inflexión, nuestra banda anterior se había parado por la pandemia y cierto agotamiento, así que decidimos lanzarnos a un proyecto nuevo, con un sonido más sofisticado y que nuestras inquietudes personales quedaran satisfechas. Con ese fin en mente, encontramos a Pepe M. de los Santos, la mejor persona y bajista que podríamos haber encontrado”
Un concepto como bicho raro se te queda en la mente a la primera. Quien más y quien menos lo ha empleado alguna vez. “El nombre venía de una canción del proyecto anterior, que reflejaba muy bien como somos cada uno de nosotros en nuestro fuero interno, unos bichos raros”.
La pandemia y su cuarentena ha influido en la vida de todo el mundo; y está claro que ese trance tiene que tener su eco a la hora de componer. Todo el bagaje personal y vivencial influye. “La pandemia nos dejó tocados y es por eso, que nacieron muchas canciones. Bicho Raro somos una banda tan fresca y con tanta energía, que los temas son muy de reciente composición. Trabajamos sin descanso para que los próximos lanzamientos sean del impacto de los anteriores”, comenta Óscar Ballester, voz y guitarra del grupo.
Con pocos detalles, es una canción muy interesante, llena de rock y con un clip grabado en Alicante. Uno de esos temas que te hacen volver las orejas hacia él. Con pocos detalles es nuestro tercer single, veníamos de Imaginemos, que es un chute de energía y positividad, y de Caer y Levantar, que tenía mucha fuerza y rabia, así que queríamos, de alguna manera, combinar las dos ideas”, señala Pepe Martínez de los Santos, bajista del combo. “Nos apetecía también llegar a un clímax de épica en el tramo final, y es por ello que el uso de los coros tomó mucha fuerza, van creciendo a medida que transcurre el single rompiendo a la salida del mismo”, apunta.
Indudablemente cada píldora que nos van regalando los alicantinos muestra alguna de las aristas de lo que será su larga duración. “Cada single representa una evolución de nuestro sonido como banda, y asoma la patita de lo que será el siguiente, sin llegar a ser un disco conceptual en la temática, sí que sigue una línea argumental en ese sentido”, dice el bajista.
Escuchando los sencillos extraídos de su primer disco, aunque todavía no lo hayan editado, te viene a la mente Leiva en algunas partes, pero también Radiohead. “Leiva es uno de los artistas con más talento del panorama, era muy fan de Pereza y de muchísimas bandas madrileñas como Burning, Los Secretos, Quique González... Antonio Vega también me marcó muchísimo en mi adolescencia por su delicadeza en las letras y en la música”, recuerda Ballester. “Amo el rock americano, lo británico, y nos apasionan los Beatles muchísimo. Somos tres tipos que venimos de estilos diferentes y ese cóctel maravilloso, hace que hayamos encontrado ese sonido tan genial”.
Las letras en Bicho Raro están muy trabajadas, tiene en común una lírica personal que las hace diferentes. “Los textos tienen una importancia capital”, señala Larry. “Óscar es un gran letrista y refleja muy bien las emociones en cada línea que escribe. Si algo define a Bicho Raro es la emoción que vertebra las letras y la música, el modo en el que todo se escribe, se compone y se toca con auténtica pasión”. Son letras con las que cualquiera puede sentirse reflejado, alejada de metáforas. “Nos vemos reflejado en los textos, en nuestras preocupaciones diarias –prosigue Larry–, con nuestras idas y venidas. Eso se transmite muy bien hacía el exterior y el público lo capta y hace propio”.
Cada vez más las bandas y solistas editan singles sin disco en el horizonte; pero eso todavía no es algo asentado en el rock, donde las bandas siguen publicando discos, aunque hagan adelantos. “Nuestra hoja de ruta ahora mismo es seguir ensayando, y pre produciendo en el local los próximos temas para poder trabajarlos con Raúl De Lara en el estudio”, comenta el bajista. “Nos encantaría poder lanzar el resto del disco para finales de año, el nombre del álbum no podemos desvelarlo todavía”, remata.
Con toda la incertidumbre y dificultades asociadas a la pandemia, editar un álbum en estos momentos debe ser complicado, casi una bendita locura. “Lo es, pero esta locura también nos está alimentando, señala el bajista, “y de alguna manera, nos tiene la creatividad por las nubes, creo que nuestra forma de revelarnos contra todo esto es haciendo música, nos sentimos muy vivos y vamos a dar mucha guerra cuando se abra la veda”.
Ahondando en el tema de los singles, parece que hoy todos son sencillos y que el álbum es más un compromiso que una necesidad. “La industria ha cambiado de forma radical, lo digital le ha ganado el terreno a lo físico y es por ello que los románticos estemos todavía asimilando esta situación”, explica Ballester. “Sabemos que es el momento de las playlist y de los singles; pocos grupos muestran sus cartas lanzando un disco completo sin ofrecer al menos 2 ó 3 canciones como pinceladas de presentación”.
El single allana el camino. “Nuestros tiros irán por ahí, seguir disfrutando del trayecto, haciendo cuánto más ruido mejor, y esperamos que a finales de año podamos lanzar el disco completo. Lo que tenemos claro es que de una forma u otra, la música nos vuelve a salvar, es la vacuna más fiable”, apunta Ballester.