MURCIA (EFE). Con dos de sus series recién estrenadas en Netflix y Movistar+ (¿Quién mató a Sara? y Libertad) y varios proyectos por venir, el actor lumbrerense Ginés García Millán se siente afortunado de haber tenido una carrera estable en el mundo de la televisión, un universo que conoce bien y que hoy se enfrenta a importantes retos tras la expansión de las plataformas. Así lo cree el actor (Puerto Lumbreras, 1964), quien en sus casi tres décadas de carrera ha participado en muchas de las series más icónicas de la televisión española (Periodistas, Isabel o Cuéntame cómo pasó).
El sector audiovisual está viviendo una explosión, pero tiene que sentar bien sus cimientos para que el éxito no sea pasajero y repartir equitativamente los beneficios. "Creo que los que hacen esta profesión se merecen tener mejores condiciones, que no siempre se dan", ha indicado.
El intérprete recibe a Efe unos días después de aterrizar en Madrid procedente de México, donde ha rodado la película mexicana
La novia de América, un país con el que ha estado muy vinculado en los últimos meses gracias a su papel en ¿Quién mató a Sara?, una de las series más vistas en Netflix durante las últimas semanas.
Cuéntenos de su relación con México, ¿ha trabajado mucho últimamente allí?
Tengo la fortuna de que hay series españolas que se han visto mucho en México como Herederos o Isabel. Que te vean fuera está bien porque eso genera cosas muy bonitas. No es la primera vez en estos años que me han llegado proyectos de allí pero no los pude hacer porque tenía otras cosas y, de repente, por intuición y porque me gustó mucho cuando lo leí dije, este es el momento.
¿Esperaba entonces el enorme éxito de ¿Quién mató a Sara?, que semanas después del estreno sigue entre lo más visto?
En España sigue entre las más vistas, pero también en Alemania, Francia, Italia... Ha superado todas las expectativas y eso es buenísimo para todos (…). Los creadores de Sara (José Ignacio Valenzuela, David Ruiz y Bernardo de la Rosa) llevan mucho tiempo haciendo televisión y creo que se ha dado circunstancias porque es una serie que tiene mucho oficio, que está muy bien hecha.
¿Cómo se avecina la segunda temporada para su personaje, César, el millonario español prepotente y cruel?
Si piensas que no puede ser más cruel, puede ser más cruel y habrá muchas sorpresas. Como todo villano interesante siempre tendrá seguramente un punto débil que por algún lado lo haga más humano. Es un personaje deleznable, lo tiene todo, homófobo, cruel, arrogante, es un tipo despreciable. Pero es un personaje que está bien escrito. Cuando estás haciéndolo no hay que juzgarlo, hay que disfrutarlo.
También hemos podido verlo en la serie de bandoleros Libertad, en el pequeño pero intenso papel de Pedro de Urquijo, trabajando a las órdenes de Enrique Urbizu. ¿Cómo fue la experiencia?
Para mí era un sueño trabajar con Urbizu. Creo que es nuestro John Ford y yo siempre he querido hacer un western, es un cine que me gusta mucho. El de Pedro de Urquijo es un papel cortito pero muy bonito, diferente. Me gusta mucho cómo es él (Urbizu), lo que genera en un set, en el equipo, su visión de esta profesión.
¿Cree que hoy en día el sector audiovisual español goza de buena salud?
Están las bases para crear una estructura industrial importante. Lo que necesita este mercado es una industria fuerte para poder aguantar cuando vengan las crisis. Hemos padecido durante años una crisis muy grande. Hay una parte del sector que esta muy tocada y ojalá que esto sirva para sentar las bases y para que haya mejores condiciones de trabajo para todos, actores, técnicos... que no estemos ahí siempre sufriendo. Se dan las circunstancias para hacerlo bien. Vamos a ver si somos capaces porque a veces nos dejamos llevar por el momento y no ajustamos los cimientos para que esto dure.
¿Ha vivido usted en su trabajo épocas de sequía?
Yo soy de los afortunados que he trabajado casi siempre y mucho, pero son pocos casos. Realmente es una profesión en la que siempre tienes baches, en la que siempre falta trabajo y en la que hay mucha gente que no tiene las oportunidades que seguramente merece. Esto es muy complicado. Ahora por ejemplo con tantas plataformas parece que hay muchas oportunidades, pero hay mucha gente que no está trabajando o que está trabajando en unas condiciones pésimas y esto es lo que no debería ser. Si hay beneficios se tienen que repartir y creo que los que hacen esta profesión se merecen tener mejores condiciones, que no siempre se dan.