El entrenador murciano, que ha guiado al Nagoya Oceans a ganar la Liga y el título continental, asiste "con preocupación" a la situación que vive España "porque las cifras de contagios y muertes son alarmantes" y cita el civismo nipón como "la principal herramienta" para combatir un virus ya controlado en un país con 126 millones de habitantes y sólo mil casos y 47 fallecidos, según los datos anunciados
MURCIA. El mejor entrenador murciano de fútbol sala, Juan Francisco Fuentes, quien por cierto esta semana ha sido elegido como el sexto mejor del mundo en pasado año, vive la crisis sanitaria que vive el mundo por la expansión del coronavirus COVID19 desde Japón, país en el que se ha quedado durante estos días una vez que ha finalizado la temporada porque se le ha recomendado no viajar a España a pesar de que está de vacaciones.
"Estuve con mi mujer y con mi hija y permanecí en Murcia desde el 27 de enero y hasta el 9 de febrero tras disputar la final de la Liga. Hice escala en Hong Kong y ya revoloteaba el virus, pero volví con total tranquilidad y aquí la situación está controlada, aunque siento preocupación desde la distancia porque en España las cifras de contagios y muertes son alarmantes", expone este vecino del barrio Infante que lleva años alejados de su tierra pues tras dejar el banquillo del filial de ElPozo se marchó a Kuwait, luego a Italia, a Bélgica y ahora está en Japón.
Juan Francisco Fuentes Zamora, de 40 años -nació el 12 de septiembre de 1979 en Murcia-, se encuentra solo en Nagoya, a cuyo equipo de fútbol sala, el Nagoya Oceans, ha hecho campeón de la Liga y anteriormente también campeón de Asia.
"Desde el club me reclamaron que hiciera el esfuerzo de seguir en Nagoya y, aunque tenía previsto volver a Murcia para ver a la familia sabiendo que pasarán meses para poder volver a hacerlo, yo he asumido la responsabilidad laboral"
"Estos días estoy en Japón, aunque en condiciones normales estaría en Murcia. Aquí terminamos la temporada el 20 de marzo, pues la competición se desarrolla de mayo a marzo, y el próximo día 13 iniciaremos la pretemporada ya de cara al curso 2020/2021. Desde el club, ante el peligro de no poder volver desde España o de tener que hacerlo más tarde, me reclamaron que hiciera el esfuerzo de seguir en Nagoya y, aunque tenía previsto volver a Murcia para ver a la familia sabiendo que pasarán meses para poder volver a hacerlo, yo he asumido la responsabilidad laboral y he atendido su petición", explica el entrenador.
En esta isla en la que viven 126 millones de personas no hay confinamiento pues apenas se han producido mil contagios por el coronavirus y 47 muertes, según los datos hechos públicos por su Gobierno, y la pandemia está controlada.
Esto tiene una explicación bien sencilla a la que se refiere Fuentes.
"Aquí se puede salir a la calle ya, al menos donde yo vivo, que es la cuarta ciudad del país -2,3 millones de habitantes-. En su día se suspendieron las clases en los colegios y se cancelaron las competiciones, pero es que todo el mundo obedeció las recomendaciones del Gobierno y esa ha sido la principal herramienta para combatir el virus", relata desde un país con una densidad poblacional de 334 habitantes por kilómetro cuadrado por los 93 de España, donde se dan casi 65.000 casos y cerca de 5.000 fallecidos.
"Aunque sea grande, es una isla, y el que quiera venir aquí tiene que usar el avión o el barco, lo que hace mucho más controlable el tránsito de personas, aunque Japón tiene su turismo. Esto no es como China, país cercano del que partió un virus que ha causado estragos, aunque, como los chinos, los japoneses son muy precavidos e incluso utilizan mascarilla por un simple resfriado y lo hacen para no contagiar al que está al lado por una cuestión de respeto", añade.
"Los japoneses son muy precavidos e incluso utilizan mascarilla por un simple resfriado y lo hacen para no contagiar al que está al lado por una cuestión de respeto"
El carácter cívico nipón es la clave para luchar contra un problema como el que actualmente azota al mundo. "Es una cuestión de cultura. Aquí ni se da la mano ni se besa, sino que el saludo se hace inclinando la cabeza o la columna. Además, en Japón se actuó de forma rápida ante el coronavirus y la ciudadanía acató las recomendaciones sin que hubiera que insistir en ello", cuenta Fuentes, quien valora algunas cuestiones que en España son a día de hoy como de otra galaxia: "En este país la gente, cuando va en el metro, no llama con el teléfono móvil porque eso puede molestar a los demás viajeros y los peatones se paran si un semáforo está en rojo aunque sea de noche y la calle esté desierta y haya que cruzar una calle de apenas cuatro metros. Así les han enseñado y así actúan".
Sin duda que cuestiones como esa hacen que un país responda con celeridad y sin titubeos en situaciones extremas como las que estamos viviendo en todo el planeta.