MADRID (EFE). La campaña citrícola da sus últimos coletazos en España y el sector ya tiene la mirada puesta en la próxima temporada -que apunta a que será más corta de producción-, así como en su futuro, del que es optimista pese al creciente problema con la plaga del cotonet y la posible reducción del agua del trasvase Tajo-Segura.
Las dos interprofesionales del sector, Intercitrus (naranja y mandarina) y Ailimpo (limón y pomelo), tienen esperanzas de que en los próximos años puedan retomar las exportaciones a Rusia y Estados Unidos y abrir otros nuevos mercados, y que aumente el control fitosanitario en frontera de las partidas de terceros países.
El presidente de Intercitrus, Ramón Espinosa, ha explicado a Efe que el año pasado se produjo un punto de inflexión, ya que tras un constante goteo de pérdida de superficie, en 2020 "se ha recuperado potencial productivo, con 1.500 hectáreas de nuevas plantaciones citrícolas", sobre todo en Andalucía.
"Tenemos constancia de que se sigue vendiendo mucha planta de vivero y que se está plantando", después de más de una década en la que los productores sustituyeran naranjos por otros frutales como el caqui o el aguacate, lo que aumentará los volúmenes de cara a la apertura de nuevos mercados o la recuperación del británico tras bajar sus ventas un 5 % desde el Brexit.
Los buenos precios alcanzados en 2020 en la naranja y la mandarina, fruto del aumento de la demanda de vitamina C por la pandemia de la covid-19, ha incentivado su cultivo, ha apuntado Espinosa.
A su juicio, esta campaña que acaba de finalizar ha sido "razonablemente buena, mejor en mandarina que en naranja", pese al estancamiento de precios que se produjo a partir de diciembre, debido a que se solapó la producción y se cerró la hostelería.
El presidente de Ailimpo, Antonio Moreno, que dejará este cargo rotativo el próximo 14 de julio para dar paso a un representante de los operadores de zumos (Aizce), ha asegurado que el impacto del cierre del canal horeca se ha sentido más en el limón que en el resto de cítricos, por lo que su balance de campaña es más negativo.
"Ha sido una campaña complicada, atípica, con una gran cosecha pero menor mercado", lo que ha provocado "momentos con excedente de producción y caída de precios, que aunque no ha sido tan desastrosa como en otros años, sí los ha situado por debajo de coste en algunos momentos", ha declarado a Efe.
Para Espinosa uno de los mayores retos para el futuro del sector pasa por aumentar el control en frontera con el objetivo de contener la entrada de plagas en las zonas productoras, así como el mantenimiento del volumen de agua trasvasado desde el Tajo hacia el Levante español.
Si se reduce el trasvase, "podríamos perder el 50 % de la superficie agraria útil de cítricos" en la zona mediterránea, ha sentenciado.
La cochinilla algodonosa (cotonet) "pone en riesgo el presente y el futuro de nuestra producción", una plaga que crece en algunos campos de la Comunidad Valenciana y de la que los productores adolecen de "mecanismos de defensa" a día de hoy, ha incidido.
El presidente de Intercitrus tiene puestas sus esperanzas en que en octubre, cuando se revise el tratado comercial UE-Sudáfrica, sea más estricto el control de los envíos en frontera para frenar la entrada del cotonet y los calendarios que hacen que se solape la campaña de este país africano con el inicio de la española.
El próximo día 15, esta organización contará con una nueva gerente que abordará temas como el volumen de trasvase -que ahora se encuentra en el proceso de alegaciones a la propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica-, nuevas promociones y nuevos mercados y la mejora de los análisis sobre el sector.
Mientras que en Intercitrus las primeras sensaciones para la próxima campaña pasan por que "va a ver una menor producción", en Ailimpo tienen la impresión de un recorte que podría llegar hasta el 20 % respecto de la temporada que acaba ahora, debido a las lluvias durante la floración y a la tradicional vecería del cultivo.
Moreno, al igual que Espinosa, no descarta que a corto plazo acabe el veto ruso a la entrada de fruta comunitaria.
Si Sudáfrica y el cotonet está en el punto de mira del sector de la naranja, en el del limón es Argentina y el temor a que se instale el hongo de la mancha negra en las zonas productoras que ha sido detectado en muchas partidas a su entrada en la UE, lo que provocó el cierre de la frontera para estos envíos desde el verano pasado.
El presidente de Ailimpo se ha mostrado prudente al analizar el aumento de la superficie de limón en España, al explicar que más plantaciones "pueden complicar" el equilibrio del sector si no se consiguen nuevos mercados y continúa la creciente competencia turca.
De los dos años que ha estado como presidente de la interprofesional del limón, ha resaltado el avance de Ailimpo en la "implementación de transparencia de datos", el impulso y participación en la Organización Mundial de Cítricos y el éxito de la campaña de promoción que han acometido y con la que han ganado varios premios.
Aún quedan tareas pendientes, como la puesta en marcha de un censo real de producciones y un registro de contratos que, en el sector del limón, ya están homologados para cumplir con la normativa de la Ley de la cadena alimentaria.