El experto destaca el papel de activo refugio del 'metal amarillo' en tiempos de incertidumbre, por lo que caso de quebrarse un acuerdo comercial se beneficiaría
MADRID. El oro ha experimentado un recorte desde los máximos marcados el pasado mes de septiembre, cuyos niveles no veíamos desde abril de 2013. Dicho recorte ha venido motivado por las esperanzas de un acuerdo final en la 'guerra comercial' librada entre Estados Unidos y China, lo que ha provocado un nuevo impulso en la renta variable a nivel mundial y ha eliminado al menos por el momento las previsibles incertidumbres que han alentado la demanda del metal precioso.
Los nuevos máximos dentro del mercado norteamericano también han venido provocados por unos datos macroeconómicos que disipan las dudas sobre una recesión próxima en la economía estadounidense. El inversor ha sido atraído de nuevo por la rentabilidad que ha otorgado la renta variable, dejando de lado la inversión en activos refugio y reactivando otra vez el apetito por el riesgo.
El interés en el oro como cobertura ha disminuido y el coste de oportunidad por mantener activos con un rendimiento menor que otros activos como la renta variable es elevado. El claro indicador de la vuelta al optimismo en los mercados de renta variable en detrimento del oro es que la volatilidad -el conocido como indicador del miedo o VIX Index- ha estado cotizando en mínimos desde los últimos siete meses. La política monetaria actual seguirá impulsando la renta variable ya que los bancos centrales seguirán apoyando el posicionamiento que tienen en la economía actual.
El potencial del oro seguirá siendo positivo a largo plazo porque sigue habiendo capital dentro del mercado -proporcionado principalmente por los bancos centrales- para realizar inversiones en activos alternativos que no sea renta variable, y el 'metal amarillo' goza de un atractivo interesante siempre que vuelva de nuevo la incertidumbre sobre la 'guerra comercial' y la posible recesión.
En este ultimo punto debemos de tener en cuenta que solo la curva de tipos que se ha invertido en algunas jornadas y el mercado de materias primas pasa por alguna dificultad, pero datos como el diferencial de crédito, el crecimiento salarial, la oferta de dinero, el empleo, las ventas minoristas y los márgenes de las compañías, actualmente no muestran ningún síntoma de recesión cercana.
El oro deberá esperar un nuevo impulso que llegará con la incertidumbre y cuando vuelva el apetito inversor por activos refugio. Aun con el recorte sufrido desde septiembre, sigue conservando niveles que no son preocupantes a la hora de llegar a pensar en una caída mayor de esta materia prima preciosa.
Jorge López es analista de XTB