CARTAGENA. "Creadores plásticos profundos, narrativos y con un cierto sentimiento de misterio" son los artífices de Un silencio metafísico, que reinará en la galería Bámbara de Cartagena hasta el 31 de marzo. Así se ha referido el director de la galería, Luis Artés, a los artistas que muestran su obra en esta exposición, entre los que se encuentra Iván Araujo (Madrid, 1971), Amadou Camara (Bignona/Senegal, 1968), Ángel Mateo Charris (Cartagena, 1962), Paco Ñiguez (Cartagena, 1959), Rubén Zambudio (Murcia, 1976) y María José Contador (Cartagena, 1961).
Artés explica que 'estética metafísica' es como se calificó a una corriente del arte italiano de comienzos del siglo XX que estuvo encabezada por Giorgio de Chirico y Carlo Carrá. Esta muestra, que la galería ha prorrogado, muestra el trabajo de artistas actuales cuyo trabajo también expresa "lo misterioso e impenetrable que es nuestro mundo interno en la vida real, donde siempre algo de nosotros está construido de apariencia y disimulo".
El director de la galería cartagenera recuerda que el término "metafísico" viene del griego "ta meta na fusiká" (después de las cosas físicas), pero asegura que realmente esta corriente artística se ha desarrollado siempre a lo largo de toda la historia del arte universal. "Es una corriente plástica, filosófica y moral, que discurre enlazada por un hilo dorado, hilo que nos une estrechamente a nosotros con las obras y los sentimientos de todos esos periodos del arte", manifiesta.
Por otro lado, añade Luis Artés, "esas mismas obras de arte son representaciones plásticas donde lo visible es sólo símbolo de una otra realidad distinta, más invisible pero igual de real, que es la que en verdad intuimos y nos interesa, es la que hace que la escena nos atraiga y nos subyugue, es ese saber que hay algo más de lo que observamos, es en esa otra realidad, por donde pasa el hilo dorado, donde en definitiva queremos estar".