El analista advierte que las actuales negociaciones entre la UE y Reino Unido están en peligro, lo que podría añadir más inestabilidad a los mercados
MADRID. Las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido están en peligro después del proyecto ley que esta intentando promover de manera interna algunos de los integrantes del partido de Boris Johnson. Sin embargo, el núcleo europeo no ha tardado en dar un ultimátum poniendo como fecha limite finales de este mes para que cambie la ley que han lanzado, ya que si se ejecuta eliminaría la posibilidad de acuerdo.
Si Boris Johnson no se retracta de la decisión, la UE no dudara en emprender acciones legales. Este hecho no es el mas preocupante, por cuanto el organismo europeo no cumpliría con el gran acuerdo comercial entre ambas partes. Una circunstancia que puede perjudicar seriamente a la economía británica, pero también provocando problemas a las compañías que desarrollan su actividad al otro lado del canal.
Este movimiento por parte de Johnson despierta serias dudas en la posible confianza que pueda haber a la hora de alcanzar acuerdos o posibles negociaciones con Reino Unido; mientras esta cuestión es incluso discutida dentro de su partido. Si la ley finalmente se ejecuta y no hay un paso atrás por parte del gobierno británico las sanciones financieras no serían el único mecanismo que utilizaría la UE.
El órdago por parte de Johnson ha sido respondido con total contundencia por parte de la UE y la maniobra ha sido devolver el envite y dejar en manos del Reino Unido la posibilidad de restablecer las relaciones; pero es cierto que este tipo de movimientos dañan la imagen de fiabilidad de un gobierno que juega al despiste y socava la lealtad dentro de los acuerdos firmados entre ambas partes.
En la situación actual Reino Unido parece distraer la atención y no focalizarse en los problemas reales que atañen a su economía, que no es inmune al impacto de la crisis pandemica. El claro incremento de casos de coronavirus choca contra la postura radicalizada por parte del Gobierno en intentar por cualquier medio no hacer un segundo cierre economico por el incremento del virus, que dificultaría seriamente las posibilidades de salida de la recesión en la que se encuentra sumido Reino Unido.
Todo ello sucede mientras en otras zonas de Europa la situación no es mucho mejor, pero tensionar las relaciones en el asunto del Brexit es innecesario en un momento donde e la concentración de los esfuerzos debería ser combatir las urgencias sanitarias y económicas que en este momento asolan toda Europa, sin exceptuar Reino Unido. No olvidemos tampoco que Reino Unido se encuentra en una situación delicada por las medidas arancelarias que ha ido imponiendo, lo que elimina la posibilidad de inversión extranjera y provoca la huida del tejido industrial que ya desarrolla su actividad como es el caso de la industria automovilística.
Las medidas para atacar el mayor incremento de deuda que ha existido en la historia de Reino Unido se está abordando desde el debate de una posible subida de impuestos temporales para reducir el negativo impacto que la pandemia ha causado en las arcas de la nación. Ello unido a un límite de las ayudas provenientes del Gobierno que no valora ningún tipo de extensión o prórroga de las mismas -circunstancias que sí se han dado en otras partes de Europa- podría ocasionar una crisis aún más profunda.
Por todo este tipo de circunstancias Reino Unido debería de prestar más atención a sus problemas internos y favorecer las relaciones internacionales. Incrementos arancelarios e incumplimientos de acuerdos enturbian un camino ya de por sí difícil.
Jorge López es analista de XTB